jueves, 13 de abril de 2006

EL PERIÓDICO COMERCIO O EL COMERCIO DEL PERIÓDICO

Entre Luis y Marilyn se nos coló el Comercio. Llegó hasta mi panel y tuve que soltar los pinceles para hojearlo y luego leerlo detenidamente. Se trata, nada más y nada menos que, del fenomenal, tremendo, espectacular, descomunal, extraordinario, fuera de serie, por todo lo alto, del increíble, el único en su clase y ya todo un clásico de la literatura periodística, el nuevo periódico pepiniano COMERCIO. COMERCIO tiene como subtítulo "guía comercial" y como logo poco original, un símbolo que se parece al de reciclaje, si es que no es el mismo. Fue impreso en hermosas gradaciones y variantes de blanco y negro. Por pura casualidad aparece en su primera plana una paca de billetes tal y como apareció en la primera edición del igualmente magnífico periódico Nuevo Progresista. A que ustedes son tan cándidos que no se imaginan ni remotamente de qué personaje aparece un maravilloso y reluciente retrato en blanco y negro en la primera plana. ¡Adivinó!: de Mon Medina y Salas, Peón, digo, Obrero del Pueblo. A que sigue siendo tan bobo que tampoco adivina de quién aparece una cita en esa primera paginita del periódico. ¡Adivinó de nuevo!: de Mon Medina y Salas. A que usted no sabe quién dijo lo siguiente: "que me digan dónde están esas bambúas para resolver el problema, si es que ellos no pueden" Ya en esta oración, amigo, usted se lo debe imaginar: lo dijo Mon Medina y Salas. Así fue citado por Lionel Valentín en la primera edición del periódico COMERCIO.

Usted, que es una persona inteligente, se preguntará: ¿qué importancia tiene todo eso que menciona Pepín? Pues ninguna, mi amigo, si no fuera porque en su escrito de presentación titulado A manera de presentación, el que escribió eso que es la presentación de todo lo que viene después, dijo estas contundentes, firmes, dramáticas y conmovedoras palabras: "Esperamos que el temor manifestado por varios comerciantes, reacios a anunciarse por miedo a que el dinero que invirtieran en publicidad pudiera utilizarse para hacer campaña por tal o cual candidato hayan sido dispados". Leyó usted bien: temor y miedo en una sola oración. Que este inculto pintor sepa, Mon Medina y Salas es candidato y si no que lo niegue él mismo en el próximo NEGOCIO, digo, COMERCIO.

En esa misma presentación, que no es otra cosa que la presentación de todo lo otro, el que la escribió dijo: "No puede negarse que los medios noticiosos aquí están demasiado politizados y eso no es bueno, ni para los medios noticiosos en sí, ni para el comercio en general". El párrafo cierra con una conmovedora y escalofriante exhortación que dice: "Con su ayuda lograremos mantenernos apolíticos". A mí por lo menos, esa exhortación me pareció una hermosa exhortación de colecta de los buscones de la doble A. Todo esto lo dijo el editor en la presentación, que es lo que viene primero anunciando lo que viene detrás, sin que se me olvide que comenzó el primer párrafo de la presentación con la palabra progreso, en la segunda dice que Pepino es progresista y en las páginas cuatro y cinco destaca, mediante fotografías, dos obras de la nueva administración municipal.

Veamos todo esto canto a canto. Eso que de los medios noticiosos aquí, están demasiado politizados es la más falsa, embustera y mentirosa de todas las afirmaciones que he escuchado desde las vistas de Maravilla para acá. Los medios noticiosos de nuestro pueblo están horriblemente politizados, a Dios gracias. ¿Se imagina a este bendito pueblo sin medios noticiosos politizados? ¿Se imagina acaso a un periódico satírico‑cultural sin una satirita a los políticos, o a un Pepino sin un pepinazo en contra del primer político que le pase por el lado al editor brinca lealtades? Todavía más, ¿se imagina usted los progresos sin Mon Medina y Salas en una foto, o en el micrófono, o a los que no progresan sin alguna oposición a lo que sea, después de que sea al que esté en la guisaera política? Si usted se imagina todo eso es por una sola razón: usted no es pepiniano ni corre por sus venas las aguas del Culebrinas.

Pedirle a este pueblo, a los niñitos nuestros, a nuestros padres, abuelitos, familiares, vecinos y antepasados que nos mantengamos despolarizados o despolitizados es casi una herejía. Despolarizarnos sería como negar nuestra identidad, convertirnos en gente amorfa, abstemia, jincha, papuja, fofa, enfermiza, débiles, malandries, mamalones y cómodos. Es algo así como negar nuestro sexo, nuestra marca de fábrica, nuestra enseña de pueblo, nuestro tatuaje, nuestra religión y hasta nuestra madre. No, COMERCIO, por favor, ¡no nos pidas eso! Aquí, afortunadamente, nadie es apolítico, si es que el pequeño diccionario que tengo desde escuela superior no me engaña, cuando dice que apolítico es la persona alejada de la política.

Como me imagino que el que escribió la presentación, que es lo que viene antes de todo lo demás, es una persona inteligente, por favor no me haga una distinción boba entre politiquero y político. En este pueblo se hizo una melcocha de ambos que diariamente los políticos se acusan de politiqueros y los politiqueros se autoproclaman políticos dando como resultado al ya patentizado político‑politiquero que es un invento muy nuestro que nos identifica como pueblo, nación, municipio, región y situación.

Continuando con la presentación, que es lo que va antes de lo otro, el que la escribió dijo que COMERCIO es una guía comercial que viene a remediar la triste realidad de que "el pueblo adolece de un medio que provea oportunidad, tanto al pequeño como al mediano comerciante, de llegar a la comunidad que sirve". Más adelante indica: "Sabemos que hace mucho ustedes (los comerciantes) esperaban por un periódico que se preocupara más por las necesidades del comercio, que a fin de cuentas es quien mantiene los medios de comunicación en el pueblo". Sencillamente, no entiendo al que escribió esa jeringonza. ¿Para quién es el COMERCIO, para los comerciantes o para el pueblo? Fíjese que primero dice que "el pueblo adolece" pero después dice que los comerciantes "esperaban por un periódico que se preocupara más por las necesidades del comercio". Este humilde pintor lo que cree es que el que escribió la presentación, que es lo que viene antes que las otras cosas en el periódico, entiende firmemente que toda la gente de este bendito pueblo, es comerciante. Esa es la única forma en que se puede armonizar lo que se dice en la presentación que ya usted sabe.

Además de todo lo anterior, el periódico habla del Centro de Compras en San Sebastián (realmente dice San Sebastián Shopping Center), de las manos y las caras de Lionel Valentín Calderón, de un conmovedor escrito de un paisano del barrio Calabazas llamado Robert Weinstein, de una fórmula mágica para hacerse rico, de las Fiestas Patronales de nuestro Pueblo y de par de cosas más.

Yo, que soy tan amante de los periódicos regionales, locales y municipales como cualquier otro que viva en nuestro pueblo, le doy la bienvenida a COMERCIO. Que me perdonen los demás editores, a mí me encantó, muy en especial la sección de la presentación que espero se repita en el próximo número para volver a leerla. Por medio siglo he estado viendo y leyendo los periódicos pepinianos y todos son buenos incluyendo el último de la avenida: COMERCIO. No me atrevo a dar consejos en eso de los periódicos porque como ya le dije, yo lo que sé es leerlos y hay veces que me los tienen que interpretar porque no entiendo bien lo que dicen. De todos modos, la tentación es mucha y quisiera que todo este público lector tenga la amabilidad de permitirme que le dé un consejo al editor de COMERCIO. Gracias, aquí va el consejo: Oiga, editor, el periódico le quedó lo más lindo. Las fotos no son las mejores del mundo (a excepción de la portada) ni los artículos son lo mejor que se ha escrito, pero el periódico está bien. Así como lo lee, está bien. Sin embargo, no creo necesario que en la primera tirada tuviera que dedicar tanto espacio a la política, y que Dios lo bendiga.

No hay comentarios.: