viernes, 18 de marzo de 2011


PESETEO 
Por: Ramón Edwin Colón Pratts  

Hace unos cuantos años, no muchos, la televisión puertorriqueña pasaba cuñas que invitaban a la reflexión mostrándonos algún principio o lema inspirador. Por la forma de presentarlo, el mensaje lograba impresionar sacándonos del marasmo televisivo. En medio de cualquier programa, y sorpresivamente, aparecía la noble expresión en letras de lujo en pergamino barroco, sin sonido. Nadie hablaba o actuaba, tan solo quedas palabras fajándose con el lector. Había que mirar la pantalla en todo momento, porque si lo presentaban mientras buscabas o salías del agua, lo perdías. Mi Viejo, que no hablaba inglés (curiosa y novel condición para existir), pero tenía vergüenza, decía que los mensajes eran alimento para el alma. Las llamaban “palabras con luz” porque el brillo que producía la fricción de su sublime composición iluminaba el atribulado espíritu de un pueblo humillado al que los energúmenos del poder de oropel y billetes a granel, empujaban hacia el abismo de la perdición social. 
Pasado un tiempo, y entendiendo plenamente lo que eran “Palabras con luz”, la picardía pueblerina comenzó a utilizar la expresión con sorna o ironía. Paradójicamente, cada vez que algún paisano hincaba las zancas diciendo algún dislate o imbecilidad, casi a coro se le decía que había pronunciado “palabras con luz”. En ese contexto el significado de la expresión era como antónimo de su uso televisivo original. Todavía la expresión se usa con ironía o mofa. 
Como decíamos en el Rabo del Buey, en guardarraya con Tablaestilla, “pago por no escucharlo”, pero no tengo oídos selectivos, y siempre algo capta la aurícula y se cuela al tímpano. Por culpa de esos escurridizos sonidos, escuché a ese muchacho apocado, nacarado, peinado, lavado, planchado y pesetero bien vestido de semáforo, que más bien luce a vela de procesión, que le dicen Luis y que por culpa de los enredos coloniales y muchos aderezos demagógicos, resulta que es gobernador. Gobernador que en su triste papel es como el Sancho sin poderes en la Ínsula Barataria (que disculpe Cervantes, que su personaje tenía al menos sentido de justicia). Hablaba del caso del Colegio de Abogados. Créame que me impresionó. Escucharlo decir que “si a ti te cobran de más, tú vas a exigir que te den el dinero que te cobren de más, aunque sean cinco chavos”, me le torció el brazo al recuerdo y regresaron a tropel al rostro de mi memoria las “palabras con luz” en el significado sardónico que en la tertulia de la esquina le dábamos. 
En primer lugar, ese tuteo encetado en nuestra patria por el delincuente, criminal, asesino y ahora recoge galletas Romero, y seguido por el ubicuo médico muriático, loco con aspiración a que homologuemos su gaguera por inteligencia, debe desaparecer de la expresión desinhibida, más bien desfachatada, de este nuevo quincallero con pose de erudito de la colonia. Aclaro: todo este lenguaje deslenguado viene al caso por la forma en que nos tratan, y para no pagarle al psiquiatra, mejor estrujo el magín y les escribo en la misma forma en que me provocan, y que me perdonen mis nietas. De paso, y como este escrito no se lo lleva el viento porque está anclado en la escritura, es posible que los que lo lean se percaten, por carambola, de la abusiva expresión oficial. En este país casi nuestro, al que tutea fuera del familión, o sin autorización, se le dice: “más respeto, a mí no me tutee”. En nuestra cultura, usar ese tono para con el que no es su pariente o amigo íntimo, es agresivo e irrespetuoso. 
Así que Luis, ya que me tuteas, y por la dispensa que produce la falta de respeto, imprudencia y agresividad de tu lírica, te hablo como tú: de tú a tú. Ahí voy.
Pues, ¿con quién se cree que está tratando este mamalón, en palabras oficiales del coquero de la Betsy, que vive en la nadería y que pretende que toquemos el fondo de la desesperanza? Es hora de exigirle más respeto al que se supone que debe saber dirigirse a los demás que no son su parentela o cofrades de clubes exclusivos y pases blancos de bandejas de espejo o niqueladas. Digo, si es que leyó algo más que la Caperucita Roja, y sus papás le enseñaron modales básicos. 
En segundo lugar, Luis, no seas lépero y agreste en su peor significado: el Colegio no te cobró de más. El caso que tus amigos de la corporación de los risueños extranjeros está llevando junto a un juez de capa caída, no es por cobro de más, sino por cobro de lo supuestamente indebido, que no es otra cosa que un cuasicontrato. Dudo mucho que los juzgadores con aspiraciones a gringos como tu juez entiendan esa figura jurídica, ya sea por congénitas limitaciones neurológicas o por puro prejuicio con el derecho civil.En tercer lugar, Luis, aunque Fortuño viene de fortuna, No eas peseteromente echándole mano a lo que se aprende en la calle, calle que nunca tuviste, no seas pesetero. Confórmate con vivir de las riquezas que, inmoral y tal vez, ilegalmente, produce tu doña y no demuestres tan descaradamente esa ruin afición al dinero, a la avaricia. Estás negando toda una hermosa evolución de ese espíritu que no quisieras tener pero que te une a los que niegas porque eres la manifestación más escandalosa del que quiere que su madre sea la del vecino. Eso de estar pregonando en los medios la agresividad de que si te cobran de más vas a exigir que te den hasta el último centavo, provoca una escandalosa impresión gansteril con humo en el cañón por un tumbe de drogas. ¿Es que no te das cuenta que le puedes servir de ejemplo a algún desentendido que puede imitarte en tan vergonzoso reclamo, no ya en Fortaleza sino en un sórdido callejón de mala muerte, por una deuda de un pitillo? Sé más fino, muchacho, ten más caché que es de lo que entiendes porque sé que de asuntos de vergüenza no se te puede hablar.
Por último, ¿no te ruboriza que después de haber reclamado tus cinco chavos, un colega abogado te los envió para que no desesperaras en tu reclamo peseteril? ¿Es que crees que esa obsesión por hacerte de billetes y cretinizarte y gringolizarte hasta las meninges te va a quitar la eñe de tu apellido, esa que te delatará siempre, y a pesar de todo, como puertorriqueño? Cono, Fortuno, no tienes que hacerle caso al tecato de la Betsy. Déjale ese conato de hombre al olfato de la Nina. Estoy seguro que si te lo propones, con bastante esfuerzo y ayuda, no serás ningún mamao. 
Luis, perdona lo poco, pero en estos días el machito de la policía me tiene anonadado y no hay forma de conjugar un verbo. Que me disculpen los etiquetados, finos y canchendosos cuyos virginales oídos nunca han escuchado estos tuteos profanos. Por último, que me perdone mi yo, que es tu tú, por haber bajado hasta tus entendederas y en ese deslenguamiento, parecerme a ti que para mi, no es otra cosa que usted.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre lo he dicho y Don Pepin lo confirma... la caballerosidad, el honor, la dignidad, la integridad y la verticalidad no se compran con un titulo ni con dinero.

Las caracteristicas ausentes en aquellos que se creen superiores, estan presentes en las cicatrices de nuestro pueblo; humilde, trabajador, honesto y de buen corazon. El usted y tenga es valor basico en nuestra cultura. El que no tiene integridad propia se acoje a los escombros que producen sus palabras y echos.

Bien recuerdo al gran Don Pacheco, que con profundo respeto a los ninos siempre se dirigio a ellos como USTED. Hay que respetar al ser humano como digno reflejo de Dios. El tutear fuera de contexto es sinonimo a manosear la cara del projimo. Me pregunto si a EL( sin conocerme) lo tuteara Yo? Pues si EL lo hace... que remedio... me imagino que yo puedo....o no? Hay bendito!!!

Si los lideres de un pueblo no son quienes para brindar buen ejemplo, no esperemos que el pueblo brinde buenos lideres....

Juan A.

Anónimo dijo...

Bien puesto Don Pepín. Y haciendole eco al resonante comentario de mi gran amigo y hermano Juan A., digo lo siguiente:

Los modales y las buenas costumbres son germanas de una crianza arraigada en los principios de enseñarles a los pequeñines que los niños hablan cuando las gallinas hacen micción.

Ahora yo me pregunto, ¿de qué valen los títulos si el individuo asume una conducta gansteril y para colmo la adorna por ajuares antropoides?

Como bien dijo mi abuelo, ex-alumno de la universidad del frente portuario, recinto del muelle de la parada 5 del barrio Puerta de Tierra de San Juan: "ser educado no orbita en academia o diploma, sino en tratar al prójimo con guantes de dignidad, honra y respeto."

Claro está, como la elegancia y la ética son "old fashion", no debe sorprendernos cuando la cafrería ha de percolarle por los poros a aquel que trata de adornarla con dinero y fortuna.

Saludos,
Matute D'Lacalle