lunes, 19 de diciembre de 2011


LA DIGNIDAD DEL SILENCIO

Por: Ramón Edwin Colón Pratts 

La dignidad del silencio, enrevesada e ininteligible expresión, ha sido utilizada frecuentemente como talismán verbal del juez presidente del Tribunal Supremo de San Juan. Lo que es digno es el verbo, no el silencio, pero, por un funambulismo palabrero, se ha dicho lo contrario. Callar cuando se debe hablar es asunto de estrategia, no de dignidad. La palabra, aquella que fue el principio de todo, nunca debe suprimirse porque es como intentar obliterar lo que nos distingue de otras especies.
Por el asunto de la estrategia, que tiene más pinta de militar que de judicial, cuando al juez presidente se le preguntaba sobre algún asunto en el que había decidido o que se relacionaba con el tribunal, casi siempre salía una escueta “dignidad del silencio”, que como expresión ligera e inocua, pero con falso semblante de profunda o poética, era un resuelve para lograr el objetivo de contestar sin decir nada.

Alguien presentó una querella en el Departamento de Justicia contra el juez presidente. El quejoso alegó uso indebido de escoltas y vehículos oficiales. No bien la noticia trascendió, voló la dignidad del silencio y según la prensa, el juez presidente emitió un comunicado mientras la dignidad y el silencio se encampanaban. Dijo lo siguiente: (1) que conoce la querella; (2) que las alegaciones en su contra carecen de toda veracidad; (3) que las denuncias están relacionadas con su seguridad; (4) que la Regla 10 del reglamento del Supremo le brinda esa seguridad a los jueces y a sus familiares; (5) que ese reglamento establece que los alguaciles por sí mismos (sic) estarán a cargo de la seguridad de los jueces, de sus familiares inmediatos y de los empleados del tribunal; (6) que las quejas en su contra se daban “dentro del marco de unas reclamaciones laborales”; (7) que esas quejas las llevan a cabo varios empleados de la rama judicial; (8) que lamenta que los empleados “descarguen sus frustraciones” intentando “lacerar su imagen en el servicio público”; (9) que su "récord" público es claro; (10) que el país conoce sus "ejecutorias"; (11) que no se dejará amedrentar por reclamaciones que responden a intereses personales; (12) que lo hará de la misma forma en que rechazó el intento de paralizar las labores de esa importante rama de gobierno hace unas semanas por esfuerzo de ese mismo grupo de empleados y (13) rechazó tajantemente cualquier intento de que se lo presionara con ataques personales y a su familia. O sea, dijo un paquetón de cosas, entre las más significativas, esa de las frustraciones, que a decir verdad, es una belleza.

Dijo todas esas cosas. Para mí, que soy un furioso defensor de la libertad de expresión, actuó correctamente. Pero el asunto no es ese. El asunto es que mientras el juez presidente puede defenderse de lo que él considera presiones, ataques y frustraciones, los demás jueces del país, en cuanto a asuntos que los afectan directamente, tienen que permanecer como efigies de la indiferencia ante cualquier ataque injurioso, difamatorio, exacerbado y falso. Es por eso que, en un escrito anterior, decía que cualquier periodista fanático, de pluma fácil e indigente redacción, o cualquier magistrado federal y hasta los políticos (si el juez no fue nombrado por su administración) intentan hacer papillas a nuestros jueces como mal oficio de “bullying” de la palabra.
¿Quién le debe pedir al juez presidente que ante ataques a él y a su familia se abstenga de contestar, de defenderse? A nadie se le ocurriría. Evidentemente, a mí tampoco. Al único que se le ocurriría sería a él, si es que va a ser consecuente con sus pasadas expresiones y con las normas que utiliza para los otros, los que sí pueden ser vapuleados sin derecho a defenderse públicamente.

Que nadie venga con la bobalicona argumentación de que los jueces se pueden defender en las vistas que les celebre la Oficina de Asuntos Legales de la Administración de Tribunales o la oficina que sea. Esas defensas en oficinas público-privadas no defienden el honor público y lo dicho públicamente, se rebate públicamente porque lo dicho se queda dicho y se esparce dañinamente como almohada de plumas sacudida al viento.
A todos los jueces, ésos que nos garantizan que hablemos hasta por los codos, lo menos que se les debe garantizar es que hablen lo que ellos entiendan que deben hablar en defensa de su honor, de la verdad y de la dignidad. Como diría el personaje de Los Hermanos Karamazov, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Si hablamos de los fundamentos de las determinaciones de los jueces en sus sentencias, órdenes, dictámenes o resoluciones, ésas surgen de los escritos que las contienen y no hay nada que añadir. Pero si hablamos de ataques a su reputación, que es lo que hemos acumulado poco a poco con la decencia de nuestras actuaciones, y que se convertirá en caudal hereditario moral para la posteridad, se le debe permitir al juez hablar hasta el cansancio, como lo ha hecho el juez presidente en su comunicado.
Que viva la palabra. El silencio, por más poético y embelequero que le parezca al juez presidente, no tiene dignidad, tan sólo, ausencia de sonido. Y que me perdone Marcel Marceau.
15 de diciembre de 2011

miércoles, 7 de diciembre de 2011


OTRAS VÍCTIMAS 
Por: Ramón Edwin Colón Pratts  

Once años atrás, un periodista fanático, de pluma fácil e indigente redacción, publicó un artículo de encargo contra un juez de Aguadilla. Esperé a que alguien le contestara al liviano redactor pero nadie dijo nada. Decidí responder a los motivados disparates y falsedades del corresponsal de encargo en un escrito que se llamó Hemos esperado bastante. Años después ocurrió algo similar cuando el fiscal federal Gil Bonar formó un bochinche fantasioso y mendaz en la Región Judicial de Ponce. El federal había fisgoneado a algunos jueces a través del teléfono (práctica prohibida por nuestra constitución) y el juez presidente del Tribunal Supremo de San Juan, aún siendo la información producto ilegal en nuestros procesos, salió corriendo a hacer una investigación porque Gil había bembeteado. Volví a esperar y nuevamente, nadie dijo nada. Publiqué El Fisgón. Ambos escritos forman parte de mis libros Estilete y Lezna. 
Tengo la obligación profesional y moral de desalentar y evitar ataques injustificados o atentados ilícitos contra los jueces o contra el buen orden de la administración de la justicia. Como escritor, me asigno estas letras de oficio en holocausto del qué dirán porque los jueces, que se convierten en víctimas de algunos desentendidos, y que trabajan en las salas públicas de las defensas, les están vedadas las defensas públicas. Los cánones de ética se lo prohíben y si hay prohibición hay castigo: no lo pueden hacer so pena de ser castigados. Es por eso que algunos periodistas intentan vapulearlos. Darle al que no responde, como oficio de “bullying” periodístico, es un guame. Desde hace unos años, los jueces federales, con graciosas poses de doctos, le hacen el juego a los periodistas (en ese orden) e intentan convertir en palillos al que consideran árbol caído. Cada vez que un magistrado federal embelequero quiere regañar a nuestra judicatura, zumba un dislate en o fuera de un juicio que denota falta de juicio. De esos no hay que decir mucho porque todos conocen de la zanca que cojean. 
Últimamente, esa múcura perforada que chorrea mediocridad y que le llaman poder ejecutivo, para levantar cortinas de humo en evitación de que lo sigan descubriendo en sus escamoteos, también se une a la comparsa de periodistas irresponsables y federales disparateros. Cuando el periodista desenfunda, los federales y el ejecutivo hablan, el juez presidente tiembla y los jueces vapuleados livianamente terminan referidos a la Oficina de Asuntos Legales de la Administración de los Tribunales. Nadie dice nada porque la defensa parece que es asunto vedado para los jueces y aquí, el que no tiene miedo es porque está temblando.
El 11 de noviembre, en Aguadilla, un despechado le dispara a su ex compañera y luego se suicida. La Procuradora de la Mujer, que no debe existir porque su mera mención denota discrimen (¿se imaginan una oficina del procurador del hombre?) entra en estado de chifladura y le echa la culpa del desgraciado incidente a los jueces Diómedes González Velázquez y Rafael Ramos Sáenz. La frivolidad de su argumentación es casi una imputación de que fueron ellos los que dispararon y se suicidaron. Muy escandalizada, perturbada y falsamente preocupada, por poco inculpa de la fatalidad a los dos jueces porque no le pusieron un grillete al suicida. Fue ese comentario el que encendió la mecha de la lengua periodística que activó una investigación innecesaria con efectos difamatorios.
Los jueces diligentemente hicieron lo que tenían hacer: expidieron orden de protección en contra del agresor, determinaron causa por haber violado la orden, fijaron una fianza y ordenaron que se pusiera un grillete. La encargada de colocar grilletes, es la Oficina de Servicios con Antelación a Juicio, que se supone lo instale simultáneamente con la prestación de fianza. No lo hicieron. En aquel momento, la ahora acusadora, que es la Procuradora, que tiene oficina en el Tribunal Municipal y recibe notificación de todas las determinaciones de órdenes de protección y de arrestos por ley 54, por lo que su obligación es evaluar el caso para proteger a la posible víctima del agresor, no hizo nada. Nada, pero ahora, para salvar su responsabilidad, le echa la culpa a los jueces que no pueden hablar. 
En este caso, ¿qué resolvía un grillete? La situación es similar a Estremera v. Inmobiliarias Rac, Inc., 109 DPR 852. En ese caso, la familia del asesinado demandó al dueño del lugar del asesinato porque no colocó unas bombillas en una escalera. El Supremo, citando a Enneccerus dijo: “¿Acaso el sastre que retrasa la entrega de un abrigo de viaje que se le había encargado tendrá que responder realmente si le sobreviniera a su cliente un accidente ferroviario a virtud de haber aplazado el viaje por ese motivo?” En la herida y suicidio en Aguadilla, tragedia lamentable, un grillete electrónico, ¿hubiese evitado que un kamikaze le disparara a su víctima? No hay duda de que los jueces actuaron diligentemente y conforme a derecho. No busquemos chivos expiatorios que el problema es mucho más profundo que la lavada de manos que se quiere dar la procuradora con el aval de los que están en el perenne éter cósmico. 
1 de diciembre de 2011










jueves, 20 de octubre de 2011


A NADIE LE IMPORTA 
Por: Juan Emilio Alicea Cortés

No hay nada peor que un imbécil con iniciativa, ausencia de sentido común y enmarañado complejo de inferioridad. Este empotramiento de cualidades hace de cualquier individuo, un inepto cuadrúpedo con la habilidad de destruir cualquier organización, sin importar la excelencia de sus compañeros. Esta es la realidad en muchas de las organizaciones gubernamentales y privadas que mantienen batatas políticas en posiciones de liderazgo y poder. Esporas durmientes que no contribuyen al desarrollo del bien pero que a la menor provocación esparcen sus venenosas partículas para fastidiarle la vida a cualquier ser viviente. Sin embargo, a nadie parece importarle.
Si a usted le violaron sus derechos constitucionales, si es víctima de discrimen en su empleo, si le repugnaron en la sala de espera o nunca recibió el servicio, no se preocupe en protestar. Si su factura eléctrica subió este mes, como si usted tuviera una termonuclear en su apartamento, no intente refutar; tal medida lo llevara a desarrollar una úlcera temprana. ¿No tiene el servicio de agua por las últimas dos semanas? ¿Por qué discutir? Solo aquellos que se bañan todos los días necesitan tan preciado líquido y usted no debe de beber tanta agua. De todas formas, a nadie parece importarle.
Nuestras carreteras son embreadas con ennegrecido betún de zapato en época de elecciones. Durante el resto del cuatrienio, las vías de tránsito parecen cráteres marcianos que muy generosamente demolerán la carrocería de su automóvil. Proyectos de construcción que tomarían meses en terminar, son retrasados consecutivamente, en un intento de continuar socavando los fondos gubernamentales que usted y yo sufragamos. La transportación publica colectiva no puede ser levantada del pavimento, debido a la falta de repuestos mecánicos. Los pocos medios de transportación disponibles parecen gritar de angustia ante el constante abuso de sus servicios. Pero, a nadie parece importarle.
En un intento de ganar adeptos y engañar al pueblo, grandes pancartas son erigidas a diario, comunicando a los cuatro vientos las grandes y costosas obras comunitarias. Sus grandes tamaños abrigan la isla, informando del gran progreso y desarrollo. Más bien, parecen encubrir detrás de ellos el derroche fiscal y el bochornoso hurto de horas laborables, ignorando las verdaderas necesidades. No obstante, a nadie parece importarle.
Hacinadas salas de emergencias y largas horas de espera son la norma. Con agonía y empedernida aflicción, su premura no agilizará el proceso; conseguirle un camastro dentro de 3 días será más difícil que pintar el Morro a brocha. Con reforma en mano, finalmente encontrará su lecho hospitalario y será referido a una larga quirúrgica lista, que muy seguramente le causará la pérdida de su paciencia y salud. Aspirina y alcoholado serán los recetados mejunjes, que gracias a la vasta cubierta médica gubernamental, le aliviarán ese inocuo tumor cerebral. Como el dolor no es ajeno, a nadie parece importarle.
Exigua seguridad nacional, desmembrada economía general, decadente transportación colectiva, menesterosos servicios médicos, maltrecho sistema educativo, endeble sistema energético, anticuada distribución pluvial, inconsistente planificación urbana, corrupto procedimiento legislativo, monopolizado sistema bancario, favoritismo contractual, torcido régimen contributivo y sobrefacturación de servicios públicos, son alguno de los resultados directamente asociados a la ineficiente administración por parte de directivos y gerenciales en nuestro gobierno.
¿Por que culpar a la alta gerencia estatal por el desmadre, abandono y falta de esmero social? La culpa esta en el electorado que elige a sus líderes por sus lindas caras y vagas promesas. Fueron elegidos en castigo a pasadas administraciones sin pensar en las consecuencias de sus actos. Ante la euforia del momento y el rítmico fervor de las comparsas políticas, el pueblo sufragó su voto sin conocer a la persona que lo representaría en el alto gobierno. Votamos por colores y no por valores. Ahora esta del pueblo en hacer un cambio significativo para la isla. Pero, si usted es un fanático politizado, que sin cerebro ejecuta su voto, se queja de todo y no está en acuerdo con este artículo, usted es uno de esos que no parece importarle. ©




jueves, 1 de septiembre de 2011

Este excelente artículo fue publicado originalmente en El Bembeteo y aún se puede leer en sus "páginas". Agradezco al amigo Juan Emilio Alicea Cortés la autorización para publicarlo en este blog.

¿ESPERANZA? 
Por: Juan Alicea Cortés 

Cerca del 1977, en el pueblo de Moca, mi tío José Luis Alicea (que en paz descanse) decía que ya no había hombres de respeto como los de antes. Hombres donde su palabra era honor sin necesidad de vanos juramentos. Caballeros donde un fuerte apretón de manos y una mirada firme se convertía en sello oficial de su verbal tratado. Su riqueza era antónimo de honra, más el buen reconocimiento de su nombre era motivo de orgullo. 
Con seguro caminar y frente erguida, su confianza lo caracterizaba como columna del centro familiar. Una pausada, pero fuerte voz hacían eco de ideas simples y certeras. Su vestir manifestaba sencillez pero inspiraba admiración. Su gris cabellera reflejaba años de experiencia y sus ásperas manos, cicatrizadas por el escalpelo de la vida, testigos de ardua labor. En contraste, cabizbajos y sollozantes, nuestros jóvenes marchan sin rumbo como esperando que sus pasos los conduzcan al propósito de sus existencias. En sus manos cargan la incertidumbre y el desasosiego fundado al utilizar su pubescencia para malograr su futuro.Cuando encontramos personajes que sin vergüenza ni decoro deciden fotografiar su intimidad, en desafío a la moralidad humana, comenzamos a comprender la falta de compostura en nuestro mundo. No criticamos el derecho a la intimidad pero no aceptamos la pública expresión de grotescos ofrecimientos. Cuando estas proposiciones provienen de miembros del liderato de un país, es abrumador imaginar hacia que obscuro sendero nos encaminamos. Finalmente y luego de ser confrontado con tan vergonzosa evidencia, nuestro fotogénico delegado, involuntariamente y sin confesión dimitió sus responsabilidades. 
Con corrupto y arrogante andamiaje otros también han dejado su mal oliente huella entre los lóbregos pasillos de la casa de las leyes. Lugar de honor, convertido en nido de roedores que esperan nerviosamente apoderarse de 30 monedas de plata. Alimañas que ahora desean canjear su bochornosa historia a cambio de un listado de presuntos transgresores a los cuales una vez prometieron voto de silencio. 
¿Si estos grandes próceres de la demagogia y la bachata son nuestros dirigentes, que podemos esperar de todos los prospectos aspirantes a las riendas de nuestro país? No olvidemos que los ignorados jóvenes tendrán en sus manos las decisiones del futuro de nuestros hijos.
Lamentablemente, hoy observamos a nuestros impetuosos cachorros abrazar la idea de mostrar su ropa interior mientras sus pantalones de deslizan pidiendo a gritos un cinturón. Con ensordecedor y rustica melodía pretenden alimentar sus sentidos. En empeñada competencia por lucir sus colores desatan sus ocultos deseos con fémina delicadeza. Sin esmero procuran enriquecer sus bolsillos mientras maltratan la inocencia del grito que les dio la vida. Empedernidos en su imagen, manejan esplendorosas galeras, como distintivo de su altura y linaje. Sin experimentar sudor corpóreo, por el usufructo de sus labores, su ingenuidad y audacia es engrosada ante las gratuitas suculencias de la vida. Prontos a la ira, establecen su dominio, repudiando el dialogo y abrazando un sepulcro prematuro. 
Mas la vida no se detiene a contemplar tan vagabunda existencia y abre paso a los que deciden envolver la virtud del compromiso y esfuerzo. Futuros hombres que son forjados por iconos en nuestras familias, que no inquieren reconocimiento pero ameritan emulación.  Aún si solo quedare uno que aprecie la rectitud, la moral y la verticalidad, nuestro futuro tendrá esperanza de convertirse en la imagen de nuestros padres. Hombres en nada perfectos pero con la encomienda de representar a su patria en forma sencilla y de excelencia.


lunes, 1 de agosto de 2011

Este artículo lo recibí de mi amigo Rasputín de la Mácula. Es como si me lo hubiera robado, porque lo pensé casi igual. Si lo hubiese escrito, y estoy bien seguro de que no lo escribí porque no fui yo, él estaría diciendo lo mismo: "el maldito Pepín me lo tumbó". Fue publicado originalmente en El Bembeteo ( http://www.el-bembeteo.com) y lo copio tal y como vio la luz. (-Pepín de la Vega)


SEA LA MADRE DE TU "ABA" MADRINA 
Por: Rasputín de la Mácula  

Recientemente me doy por enterado que la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos dormita en su lecho de muerte a raíz de la decisión del Tribunal Supremo de Puerto Rico. Me entristeció la noticia porque dicen las niguas que, “cuando se cierra una escuela se abre una prisión”. No obstante, como soy presenta’o, me puse a averiguar por qué le dieron pena de muerte a la controversial facultad.
Según la prensa borinqueña, los dioses de la suma curia jurista “portorricensis” le pusieron el pestillo pedagógico a la escuelita de pensadores independientes cuando en su resolución del pasado 30 de Junio le negaron la acreditación definitiva. Como decía Perico Macoña, “Recoge Toño, que cerraron el kiosco”. Según los togados, su dictamen se ampara en que la escuelita no demostró su autosuficiencia fiscal y el puntillazo homicida se lo embetunaron con la falta del “sellito de la chulería” de la acreditación del American Bar Association, la cual en Villa Palmeras se le conoce como el “aba”.

Ante esto me recordé cuando mi vecina, la mulata Encarnación (tremenda hembrota, cará’), me tocaba en los años ’50 un disco de Mon Rivera que decía, “¿Dios mío que barbaridad...ay, que sin cunchi cú, ay que sin cunchi cá...qué será, que pasará?” Aquí hay gato encerra’o (me dije) porque es duro entender cómo esta escuela después de dieciséis (16) años de operación ininterrumpida y una inversión de más de $6 millones (6 más y forman un par de semillas grandes) para la construcción de nuevas facilidades de biblioteca, así como casi $20 millones de inversión pública realizada en apoyo a su desarrollo y acreditación, pueda dudarse ante los ojos de Dios de su autosuficiencia fiscal.
Pero nada, lo que más curiosidad me dió es por qué en la decisión, moldeada por dieciséis (16) famélicos y escuálidos párrafos, el Tribunal machacaba con la matraca, la falta de la bendición de la “aba” madrina. Pero como soy muellero de vocación y no abogado (aunque tengo un swing sabroso), le pregunté acerca de la dichosa aba a mi amigo de Cataño (el que tiene la cara de chupacabra amarra’o) ya que el mandulete se graduó de leyes en California. También le pregunté a Pepín de la Vega, que le dió clases de derecho penal a Perry Mason (el que nunca perdió un caso en la televisión), para ver cuál es el engorro con la aba dentro del marco de la abogacía en suelo boricua. Esto fue lo que descubrí:
Mi pana de Cataño me confirmó que la acreditación de la aba no es un requisito para practicar la abogacía en los Estados Unidos. La aba, que es una entidad privada, está compuesta por un combete de abogados culipanderos que andan engüevaos entre la calle 15 y la Avenida H en Washington, DC. Otro hecho curioso es que muchos estados de la nación norteamericana le sacan el cuerpo a la aba porque la autoridad de regular y aprobar la práctica de la abogacía, en sus respectivas jurisdicciones, recae exclusiva e independientemente en sus gobiernos locales y no la comparten. (No se hacen codependientes del gusto arrogante y desabrido de esos picapleitos)

Por ejemplo, California es uno de esos estados que le dice al aba...¡aba-se al k-rajo, ja, ja, ja! ¿Por qué? Porque a pesar de los avances tecnológicos, el aba arbitrariamente se niega a acreditar toda facultad de derecho que use como medio principal de enseñanza la red virtual/cibernética (on-line school, como dicen en Castilla). En su contumacia, la aba insiste en ignorar hechos significativos y relevantes que aseguran la calidad de estos programas, como el hecho de que los materiales educativos de dichas instituciones no tradicionales son los mismos que usan las escuelas tradicionales; sus exámenes (en las escuelas no tradicionales) se administran con el mismo rigor con que se administra la reválida estatal, el cual todo hijo de vecino la toma con el rabo entre las patas; sus profesores son abogados practicantes que también enseñan o son egresados de escuelas tradicionales; y para completar, los estudiantes de dichas escuelas no tradicionales tienen que pasar la reválida estatal de primer año (Baby Bar) para poder tener el derecho legal de continuar estudios conducentes al grado de Doctor en Derecho. Casualmente, cuando mi amigo de Cataño se graduó de una de esas escuelas no tradicionales en California, el estado le reconoció su derecho de sentarse a tomar la reválida para licenciarse en esos lares.

Pero eso, al aba le tiene “plin y a la madama dulce coco” y afirmándose en su lógica testicular no cede en su capricho malévolo. Lo que no se dice aquí es que si el aba le pone su sellito a las susodichas escuelas no tradicionales, cuyas cuotas naturalmente son menores que las de una escuelas tradicionales (porque no tienen que gastar en mantener estructuras físicas y otras majaderías) se le caería la “piquita” a las escuelitas tradicionales. No tiene sentido gastar sobre $100,000 por un título que se puede adquirir por menos de $30,000 en una escuela no tradicional y de igual manera poder practicar la honorable profesión. O sea, como decía el difunto Ray Barreto, “Quítate la máscara...quítate la máscara, bandolera.”
Lo anterior me puso más bruto, porque si el aba es de los gringos, y ellos se la pasan por la ingle, ¿por qué el Tribunal fragua el fusilamiento de la escuelita de pensadores independientes en la falta de la acreditación del aba? Después de todo, la difunta escuela cae bajo la jurisdicción del “sacrosanto” Estado LIBRE y Asociado de Puerto Rico mientras que la acreditación de la “discordia” es producto de una entidad privada y forastera. A pesar de que la respuesta contendía con la lógica, no me rendí en buscar cómo entender al Supremo. Por eso me jugué un dominito con Pepín de la Vega y hasta me endulcé el hipotálamo con una piragua de frambuesa mientras Tito “el Alférez” Alicea nos raspaba otra de tamarindo.

Pepín me explicó que el Supremo tiene la facultad inherente de regular la práctica del derecho boricua. No obstante los bártulos estatutarios de la isla albergan el escollo del inciso 3 de la Ley Número 17 del 10 de Junio de 1939, sección 721 et. seq., que obliga a todo aquel egresado de una universidad “portorricensis”, que aspire a ser admitido a la práctica de la abogacía en dicha jurisdicción, a recibir su título de un escuela de derecho aprobada por la aba madrina. Eso me acordó a una letra del conjunto Clásico que dice, “Por qué me castiga señora Ley”. Esto quiere decir que nuestra ley se acuclilla sobre el dogma que obliga el reconocimiento cualitativo del susodicho producto local a depender del carimbo anglosajón.

Al otro día me acosté en una hamaca que tengo guindando entre un árbol de naranjas y otro de panapén y empecé a revisar la funesta resolución. Cuando la leí con más detenimiento noté que la insolente admite que la escuelita martirizada cumple con la mayoría de las condiciones impuestas por la resolución del Supremo del 13 de febrero de 2008, al igual que con muchas de las observaciones emitidas por la aba en su vista de acreditación el 21 de abril de 2007. Es más, el número de sus egresados sobrepasan por mucho el índice de aprobación del examen de reválida en la isla y uno de los graduados hasta fue la nota más alta en el examen de Marzo. ¡No obstante, le partieron a Hostos su galillo didáctico y se rifaron sus túnicas! 
Al continuar mi lectura no pude evitar que se me escaldara la úlcera del duodeno cuando en la nobleza del Supremo se le extendió la acreditación provisional por tres (3) años adicionales, en aras de que Hostos pueda cumplir a cabalidad con los requerimientos restantes. No sé por qué o para qué k-rajo, pues ya la trancaron sin remedio. En otra parte noté que se le reconoció el derecho a tomar la reválida de los estudiantes actualmente matriculados y que completen los requisitos del Juris Doctor. Ese mismo derecho también se le reconoció a sus egresados. Entonces, ahora me pregunto yo, ¿qué paso con la mórbida ley 17 y su lúgubre sección 721 que dice que sin el sellito del aba, como rabito en el “cuero de chivo”, un aspirante no puede chupar bombón? 
En resumen, y como dijo Pepín (en uno de los rincones donde él se mete), “Para entender este lío no hay que ser abogado.” Lo que hay que ver aquí es que la fenecida escuela era una fábrica de pensadores que no auspician la petulancia de un gobierno que predica igualdad mientras practica el despotismo, amordazando a la democracia al emascular el pensamiento crítico del ciudadano. Un gobierno que le apaga la luz a la cátedra legal con la falsía de proteger el bienestar social ante el “riesgo” penumbroso del aula soslayada por la divisa extranjera. Y para colmo, se usa el máximo foro judicial para lapidar una institución educativa que hoy tiene el derecho divino de decirle a los arquitectos de su defunción, “Sea la madre de tu aba madrina.”©

domingo, 29 de mayo de 2011


LA ALIADA  
(SINOPSIS)
Por: Pepín de la Vega 

En un pueblo cualquiera de la Isla, una agrupación cívica de personas retiradas, decide hacer una campaña de limpieza para mantener al pueblo “limpio y bello”. Como parte de sus actividades, en la entrada principal del pueblo, en un lugar de reunión de tertuliantes, colocan un carretón-mural en panel de madera con dimensiones aproximadas de dos metros y medio de alto por cinco de ancho y le pintan un simpático personaje al que llaman Pepín de la Vega, el cual será descrito en detalle en el primer canto de esta obra. Será un logotipo del pueblo, que con sonrisa permanente, dará la bienvenida a los viandantes.Pasados muchos años, un día apareció en las calles del pueblo una hoja suelta con un escrito firmado por Pepín de la Vega, Peón del Pueblo. Evidentemente, lo de “Peón del Pueblo”, era una burla a un alcalde lépero y ladrón que se hacía llamar “Obrero del Pueblo” y que pretendía que le convalidaran sus vivencias como inmigrante bolitero por un doctorado en administración pública. En el volante, Pepín se autopresentaba e indicaba que era el que todos conocían y que quería comenzar a hablar ya que estaba cansado de saludar y sonreír. El personaje, que por varias generaciones ha visto al pueblo pasar frente a él, comienza a opinar por escrito sobre las cosas que ocurren en la comunidad. Entre otros, escribe una obra teatral para la inauguración del primero y único teatro de la comunidad y se la envía al director del teatro. En ella describe a dos personajes que se han detenido a tertuliar frente a él y que según los ha visto formarse, están en la disposición de hacer cualquier cosa (entiéndase bien, cualquier cosa) para obtener beneficios económicos del pueblo, o sea, para robar. Para lograr su creación, el autor utiliza los siguientes personajes, algunos con nombres de la obra La Iliada. Ellos son:ABANTE - Lagarto. Joven conversador.AFRODITA - Muy joven. Belleza ordinaria. Es la taquillera caripelá amante de Aquél-es que tan solo pronunciará una oración.AGAMENÓN - Le quitó una mujer a Aquiles y en el canto cuarto le da consejos a Aquél-es. Es bastante mayor.AQUÉL-ES - El que confunde la inmoralidad y la “listería” con inteligencia. Casi viejo. Es lo que haya que ser, aunque en la obra aparecerá como hombre, por lo menos, hasta el último canto.BALEOS - Compañero de Heracles (el cual no tiene que ver nada con esta obra). Es otro de los conversadores.HÉCTOR - Mató a Patroclo y Aquél-es le vende “la pirámide” en el segundo canto. Es masculino y bastante mayorcito.
LOS QUE ESTÁN EN FILA - Femeninos, masculinos y neutrales. Edades variadas. En el canto quinto hablan tonterías de vez en cuando.OSVALDO - Viejo jefe divino. Será el embargador. Tiene alas de pato.PATROCLO - Aquiles lloró su muerte y Aquél-es glorifica su vida. Es la aliada.
PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO – Un pendejo a la vela como cualquier otro. Es el pintor que escribe y narra.TENEO - Aquiles lo mató por equivocación y en la obra se la pasa pelando a Aquél-es.TRASIO - Aquiles también lo mató y ahora para desquitarse, habla mal de Aquél-es.
ZÉFIRO - Viento. Es otro de los conversadores.ZEUS - Dios supremo de la religión griega pero en la obra es ZeU.S. No tiene sexo ni edad. Tampoco tendrá cuerpo.Para que no vengan los Schats de la vida (locas escondidas) a meter las narices y a embelecar con los discursos de moda, la obra no es homofóbica, aunque los personajes y el relator lo podrían ser. Yo Pepín, autor de esta maravilla, declaro que me importa tres pitos lo que cada uno haga con sus partes. En la obra no hay ningún requerimiento de efectos especiales o exigencias técnicas. Debe durar dos horas aproximadamente. Al señor director le digo que, aunque tiene que exagerarlos, no se las guille de psicólogo cuando de vida a los personajes. En la última obra que escribí, no advertí sobre el sexo y el director la descojonó totalmente con justificaciones tontas de liberación y otras mierdas más que en estos días están de moda. Comenzamos con esta maravilla.


LA ALIADACANTO PRIMERO Una vez el público tome asiento, la luz cogerá la juyilanga y todo permanecerá en tinieblas. Tan solo se podrá apreciar una cortina negra cubriendo el escenario. Poco a poco la cortina irá moviéndose de la mitad hacia los lados. La ausencia de luz no permitirá que se aprecie adecuadamente lo que se descubre. Muy sigilosamente la claridad irá apareciendo desgarrando el manto de tinieblas que cubre el escenario. Ahora tendrá forma, colores, fondo, brillo y movimiento.
En escena veremos un cartel-mural de dos metros y medio de alto por casi cinco de largo. Estará montado sobre un carretón mohoso con gomas vacías hecho de un bastidor de automóvil y tomará la forma de anuncio movible. Los paneles que forman el cartel-mural tendrán pintada una línea negra de ocho centímetros desde el borde que enmarcará su contenido. Se podrá apreciar que son paneles viejos y que sus colores brillantes han sido retocados en muchas ocasiones. Al lado izquierdo, y ocupando parte del primer panel, y un poco del otro, habrá un pequeño pedestal sobre el que un simpático personaje de pelo negro, lacio y abultado; ojos grandes al igual que el bigote, boina verde, camisa roja, mameluco azul con una "P" en el pecho, tres pinceles en su mano derecha y bodrogos negros, saluda alegremente. El pedestal estará a medio metro desde el borde inferior del panel. A su lado derecho, pero en lo que sería el piso del mural, habrá pintadas tres latas de pintura abiertas de colores azul, rojo y verde. La pintura se estará chorreando del borde de las latas. El personaje, con su pierna izquierda un poco hacia el frente y en señal de saludo, levantará la mano del mismo lado, casi tocando la palabra "BIENVENIDOS" escrita en letras rojas. Debajo de estas palabras estará escrito en tinta negra: "Soy Pepín de la Vega, Pepiniano y con orgullo". Un poco más abajo se podrá leer: "CONSERVEMOS A NUESTRO PUEBLO LIMPIO Y BELLO". Finalmente, en el borde inferior del panel dice: "Comité Timón Programa Limpieza y Ornato. Realizado, Instituto de Arte Montesol. Cortesía: Asociación Retirados del Pepino-Gobierno Municipal-Hon. Justo Medina-Obrero del pueblo".Muy lentamente, el personaje del mural que originalmente parecía una efigie, comenzará a tener movimiento. Mientras se vaya bajando del panel, con estruendosa pero melódica voz se dirigirá al público. En su perorata, recorre todo el escenario.
PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO Mi nombre de pila, bautismal, es Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, pepiniano, y con orgullo. Aclaro de entrada, que no hay nada de onomatopéyico en mi apellido. Soy el que con tenue sonrisa escondida detrás de este inmenso bigote, diariamente reclama que conservemos limpio y bello a nuestro pueblo. Cuando hablo de limpio, es de limpio que hablo. Aquí todo el mundo me conoce, pero para los que digan que no saben de mi existencia, ahí les va esto. He estado con ustedes por mucho tiempo, por demasiado tiempo. Desde hace décadas habito en este mágico y tradicional lugar donde todos alguna vez han tertuliado. Aquí vemos el discurrir automovilístico de la avenida Emérito Estrada Rivera, pepiniano famoso al que le erigieron un busto en un parque público del pueblo porque vendía carros y le pagó la campaña política a un alcalde tijerón. En este lugar privilegiado tengo vista panorámica del acontecer diario de mi pueblo. Veo a todo el mundo. Aunque no me muevo del lugar, me pasa lo que al paisaje, estoy presente, formo parte de él, pero nadie me nota. La gente que más se fija en mí son nuestros visitantes, particularmente los que sufren el tapón en el Festival de la Novilla, nueva santa patrona del Pepino. Dije que soy peón del pueblo y como peón visto. Como verán, mis pantalones son un mameluco (en su tercer significado) azul. Siempre calzo mis bodrogos negros de los que vende Chiqui Torres en La Casa del Agricultor y me engalano con mi camisa roja arremangada para meterle mano a lo que sea, no como los políticos, que se las arremangan para hacer anuncios de que meten mano y no hacen un carajo.Aunque en nuestra isla ya han pasado de moda, ya que las han cambiado por gorras de peloteros, cubro mi incipiente calvicie, que va esmandá, con esta preciosa y vieja boina verde que todos dicen que me va muy bien. He escuchado que alguna gente se entretiene haciendo especulaciones con los colores que le pusieron a mi vestimenta: que si el verde, por estar en la cabeza, es lo más alto y se relaciona con la inteligencia; que si el rojo, por cubrir el abdomen, es intermedio y se relaciona con la barriga; que si el azul, por estar donde está, es lo más bajo y se relaciona con las piernas. He escuchado un montón de cosas más que se las cuento otro día. De todos modos, que quede claro, esos colores no los escogí yo. Aquí donde me ven, soy del color y tamaño de la mayoría de mis compueblanos. Nada especial. Mi bigote de aspiración patriótica, ya cambia de color como mi pelo, pero a diferencia de éste, no me está abandonando. ¡Oh pelos que abandonan traicioneramente el cuerpo cuando zozobra! Esos ojos grandes que ustedes me ven día tras día no se deben a herencia ni a pretensiones de galán andaluz. Tan solo demuestran asombro por las cosas que veo y escucho desde mi panel. Soy un hombre de trabajo, un peón en todo el sentido de la palabra. Llevo en la derecha tres pinceles de colores azul, rojo y verde y a mi lado, tres latas de pintura Superior de iguales colores, siempre me acompañan. Por ahora, con la mano izquierda tan solo saludo. Me las busco como sea. Como pudieron apreciar cuando llegué, mantengo un pasito hacia el frente, demostrando que estoy dispuesto a echar pa'lante. Hago cualquier trabajo decente, pero predominantemente pinto. Cuando no puedo pintar, hablo. Cuando no puedo hablar, grito, cuando no puedo gritar, escribo y cuando no puedo escribir, pues me pinto para donde usted sabe. Lo que sí quiero que noten bien es esto (se señala al pecho). A la usanza de Superman, llevo esta "P" blanca bien grande que no es de lo que un mal intencionado pueda imaginar. Esa "P" es de Pepín, de Peón y de Pueblo.Habiendo nacido y vivido aquí toda la vida, no creo necesario tener que presentar mis credenciales excepto, claro está, para los que no me conocen. Soy yo. Aunque estudié poco, sé como cualquier otro igual que yo. Tal vez un poquito menos o un poquito más. No uso el chispo de inteligencia que me fue concedida para alardear de saber mucho sobre cualquier tontería de última moda y estar llamando a cuanto programa hay para dar mi opinión sobre todo. Pero como a cualquier mortal, me gusta opinar y algunas veces hasta exijo que respeten mis opiniones. Para opinar me informo, mucho o poco, pero me informo por aquello de que el que no se informa no puede opinar. Me informo un poco y opino poco. Nunca opino más de lo que me informo, aunque hay veces que la tentación es mucha y por no quedarme atrás digo cosas de las cuales no tengo ni una puta idea. Estoy furiosamente opuesto a los que dicen: "es mejor callar". Créalo, es mejor decir que no decir, hablar que callar. En este bendito país se fomenta el culto al silencio como una virtud, como si colectivamente aspiráramos a ser monjes penitentes. De los que hablan lo suyo y lo ajeno, aderezado, salpicado, embadurnado y embarrado de los más deliciosos dislates elevados a apariencia de erudición, hablaremos otro día.Fui un estudiante del montón. ¿Sabe lo que eso quiere decir? Pues quiere decir que nunca tuve destacadas actuaciones en nada de nada. Tampoco tuve la oportunidad de ser favorecido por Misis Ruiz, aquella doña de la Central que se desvivía por los nenes del Casino queriendo con sus atenciones, convertir a un perfecto morón en un muchacho inteligente, protegido y estúpido. Esos eran los nenes que ella calificaba como sobresalientes. Recuerdo con cariño especial cuando le preguntaba a los nenes ¿y quién es tu papá? para luego relamerse de alegría cuando escuchaba como música alegre, un apellido rico. Tengo que confesar que los odiaba, a los dos. Nunca recibí menciones, premios, reconocimientos, condecoraciones ni tuve la alegría de sentir que la mirada de Misis Ruiz se posaba en mí. Es más, a excepción de mis papás y del censo decenal, creo que nunca nadie se fijó si yo estaba o no, si existía o no existía. Creo que eso nos ha pasado a casi todos aunque todo el mundo se guilla y hasta de vez en cuando se inventan su triunfito por aquello de.Pues, no era lindo pero llegué a tener varias novias. Una tras otra, no todas a la vez y creo que alguna me llegó a tener un verdadero cariño. Saltando mi niñez y adolescencia, ya que no las tuve, salí de la casa de mis padres y me casé. Sé que lo que diré puede ser motivo de risa para algunos que llevan otra "P" en su pecho, pero nunca le he fallado a mi mujer. Entiéndase bien, no le he fallado quiere decir que no la he engañado con otra en ninguna forma. No la he engañado por amor y respeto. Además, es regla de la naturaleza que el hombre que le falla a su mujer provoca siempre un fallo igual, aunque sea en el pensamiento de su señora el cual se autoproclama como autorizado a la traición. Regla importante que los puros machitos de mi pueblo no deben desatender. Natura siempre tiene razón y los cuernos que pululan por el pueblo son prueba de ello.Como ya dije, estudié un poco, tal vez más de lo que quería pero menos de lo que necesitaba. Así son las cosas, uno no quiere, pero necesita. Me conformo, aunque no soy conformista. Con un poquito de aquí y otro de allá he logrado subsistir sin cupones ni Programa de Asistencia Nutricional. Aunque he tenido necesidad de ellos, el orgullo y amor que mis padres me enseñaron por el trabajo me ha impedido solicitarlos. Tengo que declarar que en varias ocasiones he sentido la inmensa tentación de acogerme a sus beneficios y decirle adiós a los pinceles, pinturas, latas y a todo ese montón de idiotas que nunca han entendido que a la gente no se les alquila, a la gente se les contrata. Así que, como dije antes, he sentido el deseo de olvidarme del sudor de mi frente para convertirme en un pidión sin sudor y sin frente, pero el recuerdo de mis padres, sus buenos consejos y el amor al trabajo realizado por tantos años, me lo han impedido.Soy bastante desapasionado pero en ocasiones me espeto como el clavo en el moralón que para sacarme me tienen que romper la cabeza. Vivo en este pueblo, que no es otra cosa que vivir en la frontera de la maldad, el conato de la perdición y la tentativa de la desesperación. He tenido que soportar a un paquete de alcaldes buscones y mediocres que desprovistos de toda sensibilidad, inteligencia y pudor, obtienen del pueblo un grado honorífico de payasos que les da licencia para que todo el pueblo le ría sus chistes, pocavergüenzas, incompetencias y robos. Aquí, frente a mi panel, los he visto y escuchado desde antes de ser siquiera aspirantes a la alcaldía. Lamentablemente les tengo que decir que me los he chupado hasta el cabo. He subsistido a ellos porque me he mantenido callado, sonriendo y saludando. Pero no crea, desde que comencé a escribir y a pesar de que nunca he dicho nada de esos angelitos, de sus pocavergüenzas, pillajes y comportamiento deshonesto, pasan por mi panel y me miran mal como si me estuvieran amenazando. Al pueblo no se le amenaza.
Por más de medio siglo he permanecido callado pero ya estoy harto. Aunque tarde, ahora que he comenzado a distribuir mis hojas sueltas, y que me siento cerca de rendir cuentas, quisiera aprovechar este escenario para dejar constancia de mis molestias, inquietudes y encojonamientos. Es más, tal vez le cuente uno u otro logro que sé que no quieren escuchar, pero que a mí me satisfará mucho contarlo.Como Chocano, he vivido poco y me he cansado mucho. Tampoco se trata de haber vivido tan intensamente que he logrado cansarme en corto tiempo. No señores, me he cansado porque toda esta piltrafa de vida cansa y hay veces que hasta molesta. No se equivoquen, que yo sepa, no me estoy muriendo por ahora, es que últimamente me ha dado con pensar en lo que todos deberíamos pensar y casi nadie piensa. En este país la gente cree que va a ser eterna. Nadie piensa en la muerte por más anuncios que escuchan de los nuevos cementerios privados. Acá entre nos, nunca he entendido como es que los muertos tienen cosas privadas. Aquí vivimos el ahora y el horita y hay veces que algunos viven hasta el ayer, pero pensar que a alguien se le ocurra que tal vez no tendrá ni horita, eso ni imaginarlo. Un amigo me decía que las hipotecas y préstamos por 30 años le han dado al puertorriqueño una nueva expectativa de vida, "ese préstamo lo hice y lo tengo que pagar". Bueno amigos, pues imagínense por un solo instante que no va a pagar nada, que tal vez ni siquiera haga el primer pago. Debería ser obligatorio que el famoso Departamento de Asuntos del Consumidor exigiera una cláusula en las hipotecas que dijera: "Señor deudor, de vez en cuando piense que se va a morir. Esta hipoteca no es un seguro de permanencia, así que no se haga de ilusiones". Es posible que con la advertencia se logre que todo puertorriqueño deudor se convierta en un puertorriqueño morible y deje de pensar en la inmortalidad.Pues, como decía anteriormente, me siento viejo, cansado y acabado. He llegado a la mitad de un siglo y eso es mucho. Así como lo oye, eso es un montón. Lo que pasa es que nadie que tiene esa edad quiere reconocer que eso es mucho, pero pregúntele a alguien que tenga quince años si cincuenta son una exageración o no para que vea lo que le dice. No sé usted, pero yo no soporto la gente que cayéndose en cantos se la pasa diciendo, "pues me siento como un nene de quince, lo que hay que mantener joven es el corazón". Los otros días y en pleno tapón aquí en la avenida, escuché a una vieja desgranándose en cantos que parecía un milagro de existencia y una obra mágica de costura, suturas y remiendos, que le decía a otra no tan vieja que venía guiando: "Lo importante es que mantengamos joven el corazón". Sentí unos deseos inmensos de bajarme del panel ese (señalando hacia el panel que está en el escenario) donde estoy aplastado e inmóvil y gritarle por la ventanilla: ¡embustera! No lo hice porque la doña tiene una operación de corazón abierto y se podía morir por desenmascaramiento embusteril. Ay, mire doña, si usted tiene un corazón joven después de la operación, es que usted nunca usó el trapo de corazón para nada, esto es, nunca sintió ni le sobrepalpitó, es más, ni lo ejercitó. Por lo menos, nunca estuvo enamorada ni sintió los fragores de unos buenos apretones en plena desesperación amorosa. Así que no me venga con ese cuento de que a los ochenta años usted tiene un corazón nuevo. Eso ni con transplante, que al fin y al cabo no son otra cosa que corazones usados con sabe Dios qué vicios y mal usos.Mientras esto ocurre, el telón irá cubriendo el panel-mural y la luz se irá concentrando en el personaje el cual se mantendrá fuera del escenario moviéndose hacia el extremo izquierdo. Al lado derecho se colocará un escritorio y silla en diagonal en relación con el escenario de tal forma que cuando alguien se siente en la silla quedará de espaldas al escenario y de lado al público. El parlador, que según consume su discurso irá incomodándose, hablando más fuerte y con ostensible coraje, se moverá hacia el lugar donde se encuentra el escritorio. Mientras tanto, continuará su monólogo.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOEn este país hasta los muñecos se molestan. Es por eso que hace un tiempo me cansé de tan solo saludar y sonreír y comencé a escribir sobre las cosas que pasan en este bedito pueblo. Y es que aquí pasan cuatro cosas que uno se revienta. Le hablé horita de los alcaldes y dije que diría algo sobre ellos, pero antes quiero hablarles de unos personajes que son tan malitos como los alcaldes y gobernantes. Esos son sus alzacolas, ayudantes, soplapotes, alcahuetes y alicates de todos los colores, tamaños, condiciones y aspiraciones. Se dedican a trepar, montar y enjorquetar a los otros y los mantienen en el poder sobándole el ego y acariciándole las espaldas. Me atrevo a decir que son más dañinos que los otros, los más que mandan. Esos serviles angelitos, muchas veces pasan por respetables pero se lucran como arpías de su gestión lambeojística en menoscabo de los mejores intereses de la comunidad. Algunos son empleados oficiales pero no hay que serlo para lograr beneficios. Con ser serviles les basta. Lo que más me revienta de ellos es que para justificar sus busconerías, muchas veces quieren que los confundamos con héroes y mártires, como si nosotros, los que los vemos guisar, fuésemos idiotas. Muchos son tan imbéciles que creen que uno se lo cree y eso es otra ofensa gratuita a la inteligencia del pueblo. Desde que comencé a tirar las hojas sueltas con mis mensajes, tengo la idea de escribir algo sobre estos angelitos, personajes que existen en cualquier comunidad y que muchas veces pasan desapercibidos. Eso ocurre porque como siempre estamos apuntando hacia arriba, se nos escurren del pensamiento algunas cosas intermedias, como ellos, que también son relevantes. He visto a muchos tertuliar frente a mi, los he escuchado planificar sus fechorías y cómo guisarse a alguien en el pueblo, o al pueblo, descansando en la buena fe de la gente decente y confundiendo su jaibería y descaro con inteligencia. Cada vez son más y han hecho de sus actuaciones casi una filosofía de vida, un nuevo estilo de ser, una nueva forma de comportarse y de buscárselas, que casi casi estoy por cogerle pena a los funcionarios corruptos. Hace tiempo que vengo pensando en esos muchachos. Si pudiéramos decirle en alguna forma que el pueblo los ve y que si no los confronta con sus fechorías es porque se avergüenza de la desvergüenza de ellos. Tal vez la mejor forma de hacerlo sea con una representación pública de sus actuaciones. Ahora que en el pueblo se está construyendo un primer y nuevo teatro, el cual se estrenará sabe Dios cuándo, una historia así podría entrar en sala como inicio de temporada teatral. Vamos a ver... vamos a ver... El personaje se irá sentando y tomará una inmensa pluma de ave en su mano derecha. Se escuchará su voz con algunos comentarios introductorios de lo que irá escribiendo mientras una tenue luz verde, que se va apagando poco a poco, lo estará iluminando. Luz y voz se irán extinguiendo simultáneamente hasta que todo queda a oscuras y en silencio.
En cada canto, Pepín permanecerá sentado en el escritorio escribiendo y hablando como si fuera un narrador hasta la mitad del último canto. Siempre estará iluminado con luz verde suave, mientras el canto se desarrolla. Lo que pasará en la mitad del último canto, lo descubrirá en la mitad del último canto. Cuando terminen todos los cantos, excepto el último, la aterciopelada luz que ilumina a Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, se apagará como si la oscuridad fuera la cortina.FIN DEL PRIMER CANTO


CANTO SEGUNDOCon el perseguidor sobre él, como si lo estuviera aplastando, Pepín regresa a su escritorio. Una vez sentado y mientras el telón asciende, comienza el escribidor su parloteo. Mientras habla haciendo que escribe, irá describiendo lo que el público estará mirando.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO Al subir el telón veremos una hermosa plaza pequeña del siglo antepasado, con detalles en ladrillo y tres bancos vetustos forjados en acero pintado de negro, con asientos y espaldar en listones equidistantes de madera. En tono muy bajo se escuchará La Marcha del Triunfo. Un poco hacia el fondo y el medio, una graciosa fuente de piedra rosa volcánica hará de las suyas ya que estará funcionando, el volcán no, la fuente. En su base habrá una inscripción esculpida en la que podremos identificar claramente el nombre UNIVERSITAS CATHOLICIS. Estará oscuro pero la luz que sale del agua iluminando la fuente, será suficiente para que el pequeño contorno se pueda apreciar en todo su esplendor. De hecho, con más luz, no sirve. Árboles y arbustos harán del lugar un nido aparte, donde flores, cánticos alados, murmullos de agua y fragancias celestiales, lograrán que el diminuto recinto sea un pequeño trozo del paraíso. Bueno, no tan así. Habrá un joven, que no es tan Adán, al cual llamaremos Aquel-es pero que para mejor lectura lo escribiremos como Aqueles, que fingiendo teatralmente, nos querrá hacer pensar que tiene la mirada perdida. Se encontrará sentado, con una botella de alcoholado Superior 70 a su lado izquierdo, en el banco delantero derecho el cual recibirá parte de la iluminación de la fuente. Sabremos que no tiene ninguna mirada de soñador ya que desde que el telón comienza a elevarse, estará tosiendo y contaminando el ambiente con humo de cigarrillo y el que tose y fuma a la vez no está pensando en nada, ni tiene mirada de soñador. Vestirá toga azul, birrete rojo y borla verde, por lo que no hay que ser muy inteligente para imaginarse que se acaba de graduar o que está en el lugar para que le tomen unas fotos. A su lado derecho pero en el piso, habrá un escudo y una espada. A sus pies, cientos de colillas y cajas de cigarrillos vacías y estropeadas, hacen las bases de lo que sería un pedestal para una escultura. Lentamente, como si estuviera tomando puntería, se colocará en la sien el pulgar de la mano derecha donde tendrá el cigarrillo entre el dedo del corazón y el índice, manteniéndolos apuntando hacia el cielo, como si estuviera ilustrando lo que vulgarmente llamaríamos, cuernos.De repente, saliendo de su ensimismamiento y controlando la tos que le sale de lo más profundo del pecho, se irá levantando con movimientos exageradamente lentos. Ya de pie volverá a toser y con volumen estrepitoso, finalmente gritará estas aladas palabras:AQUELESPariente Ze-U.S. (en adelante se escribirá y se pronunciará como Zeus) que hieres desde lejos y reinas desde el Ida, ¿es que no me vas a contestar? Dime, ¿qué voy a hacer ahora? Se me acabó el guiso, la guachafita, el copieteo y el mangoneo. Ya no podré visitar la casa alegre de Helena la Negra. Ya no tomaré más clases con aquél sa-cerdote (sa-cerdote se tiene que pronunciar como lo escribí, "sa" separada de "cerdote") que tanto gozaba de mi compañía. Meé, sí, me he graduado de nada, con un diploma de tercera y por poco no termino si no es por los favores especiales que le hacía a aquél otro. ¡Dime, oh dios del Olimpo, qué voy a hacer! Este ambiente se me acabó. Esta plaza que tanto gusto se dio viéndome en mis noches de imitación de bohemio, no existe allá en los reinos del Pepino. Dime qué hago, a quién cogeré de soca allá afuera si no tengo experiencia en la calle para atacar a mis semejantes tal y como lo hacía con mis compañeros de estudio, especialmente con aquél chiquito del Pepino que se hospedaba conmigo. ¿Qué haré ahora que he comprendido a plenitud que soy menos que mediocre aunque para tapar mi incapacidad a todos les he endilgado tal adjetivo? He hecho de mi vida una burda imitación del talento, la capacidad y la inteligencia. Siendo casi acéfalo he convertido el copieteo y el lambeojismo en una filosofía de vida, una forma de ser, un rumbo y un sentido. Dime tú, comandante en jefe de los dioses del Olimpo, ¿qué carajo hago ahora? Con lo único que cuento es con dos o tres citas de Nemesio R. Canales y Lloréns; con la imputación a todo el mundo de que son mediocres, lo cual lo expongo con un escrito de José Ingenieros (el que nunca entendí bien pero que suena lo más lindo); con mi mensaje a los que discrepan de mí de que están llenos de odio y con mi ya manifiesta mala fe. Terminadas estas palabras, entre la arboleda del lado izquierdo superior del escenario, una luz comenzará a manifestarse aumentando su intensidad, mientras la de la fuente se ir apagando. Como extasiado, Aqueles se le quedará mirando. De repente, se escuchará la carraspera típica del que tiene catarro y se apresta a comenzar un discurso o una canción. Mientras esto ocurre, la nueva luz que nace en los arbustos, variará de intensidad como si ella fuera la que produce el ronroneo de acatarrada. Acto seguido, una voz estruendosa, como la que tiene el locutor de Radio Oro, llenar el ambiente con estas aladas palabras:ZEUS ¡He escuchado tus lamentos, oh Aqueles, el Pélida desalmado! No creo que necesitas de mis consejos olímpicos para seguir el pasito que llevas. No se a qué viene tanta pregunta imbécil si sabes tu derrotero. Aquel error de tu madre Tetis, cuando te cogió por tus orejotas para sumergirte en el lago, para hacerte invulnerable logrando que todo tu cuerpo se mojara, excepto tu cabeza que quedó seca y vacía, jamás se lo hemos perdonado. Su descuido te dejó el cráneo como punto débil o talón de Aquiles como le llamaban antes, marcándote así para siempre. Todo tu cuerpo quedó blindado y protegido menos tu cabeza. Esa ausencia total de cerebro, ese vacío entre tus dos orejas, lo fuiste llenando poco a poco con las más bajas pasiones las cuales ocupaban cómodamente un espacio que no le ofrecía resistencia. Con porquerías y desperdicios de maldad fuiste inflando tu cabezota que para colmo era como tambor de filarmónica que solo tenía cuero, pelo y vacío. Por eso te decían "el de cabeza ligera". Desde pequeño demostraste tener un espíritu atrasado que no arrancaba de las primeras etapas de la evolución. Pregúntale al discípulo, en todo, de Hernán, si es correcto o no que eres un atrasado espiritual. ¿Es que no recuerdas cuando allá por los lares del Guacio te babeabas cuando veías a los hijos del patrón a través del roto que le hacías a una hoja de plátano para velarlos? ¿Recuerdas aquellos muchachos blanquitos, peinaditos y bien vestiditos que llegaban en su carruaje dorado hasta la finca? Sí, es bueno que lo recuerdes. Los veías llegar y los ligabas mientras tu ya afectado espíritu se comía por la envidia y el coraje. ¡Manifiesta tu ira, oh amigo de lo ajeno! ¡Expresa tus arrebatos y miserias y libérate de las pocas ataduras de vergüenza que accidentalmente se te hayan pegado!PEPIN DE LA VEGA, PEON DEL PUEBLO Mientras estas palabras fluyen como agua de cántaro rajado, Aqueles, colocando su mano abierta en ángulo de cuarenta y cinco grados sobre su frente, como si fuera un saludo militar o se fuera a partir en dos cantos, tipo visera y con movimientos discontinuos de sube y baja, y de lado y lado, buscará en el espacio, hacia arriba y hacia abajo el origen de la vocesota que todo lo hace estremecer.ZEUSNo seas bruto, aqueo de feas grebas, mi voz no está abajo, mi voz sale de la luz. ¿Es que no te has dado cuenta cuando ya todo el público lo ha notado? Haciendo gestos de estar molesto, Aqueles mirará hacia la luz, la que, como si lo estuviera viendo, aumentará su intensidad quedándose sin variar y alumbrándolo fijamente.AQUELESEres la mismísima maldad. ¿Es que acaso me estás insinuando que me zumbe para la calle con los vicios y malas mañas que tenía allá adentro? ¿No se supone que me des buenos consejos y me bendigas con alguna sabiduría?ZEUS¿Buenos consejos yo, para que me hagas lo que le hicisiste a tus padres Tetis y Peleo el Desalmado, que te los dieron y a quienes burlaste haciendo todo lo contrario porque creías que te las sabías todas? ¡Mierda es! ¿Quién crees que soy yo? ¡Yo soy Zeus, dios de los dioses, del mal y del bien, por algo tengo este puestecito! No te esmandes conmigo que sé más que eso. Ve, toma tu camino y se tú. Una sola cosa te digo, esa vocación de robarte el conocimiento que no tienes y que los dioses no te dieron, nunca la confundas con inteligencia, a eso en el Olimpo se le llama jaibería y fuerza de cara.AQUELESPariente mío, cógelo con calma.ZEUS¡Suspéndeme lo de la parentela!AQUELESNo quiero esmandarme. Me queda camino por delante y sé que la calle está dura. Tú, que sabes mis limitaciones (la luz que habla aumentará dramáticamente) y deseos (cuando Aqueles diga esto mirará a todos lados, bajará la voz como para que nadie, además de Zeus lo escuche, y pasando la punta de su pulgar por sus dedos índice y del corazón, los moverá como si se estuvieran acariciando entre sí), dame una orejita de cómo caminar por la vida ahora que dejo este parque que tanto me sirvió para planificar mis fechorías de estudiante.ZEUSHijo, te lo he dicho. Sigue tus impulsos naturales y normales. Siempre has sido un animal sin controles y ya se te hizo tarde para remediar tal limitación. Ya te lo dije, tu corazón carcomido por el odio y la envidia, nunca pudo forjar una puta idea buena, motivo por el que te dedicaste toda tu vida a imitar a los que creíste tus superiores. ¿Es que no recuerdas cuando andabas por el Guacio.AQUELES(Gesticulando como si estuviera protegiéndose de la luz tal y como hacen los albinos) ¡Padre mío, no entiendo un pepino y es la segunda vez que mencionas el barrio!ZEUSLo ves, te lo dije, eres lento como cachipa. Ahora mismo te explico y aunque es difícil darte consejos por tu lentitud neurológica y por la megalomanía hiperbolizada que te corroe hasta los huesos, algunos te daré.PEPIN DE LA VEGA, PEON DEL PUEBLOAqueles comenzará a caminar hacia atrás poco a poco hasta que tropieza con el banco en que se encontraba originalmente sentado. Se recogerá la toga en sus pliegues laterales, la levantará un poco y la extenderá a los lados y tomará asiento tumbando torpemente la botella de alcoholado. La luz seguirá su movimiento hasta que esté completamente sentado. Nuevamente se escuchará la voz potente y ordinaria que dice:ZEUSCuando por aquellos lares te criabas y siendo apenas un párvulo, obtuviste algún trato especial de tu maestra, ¿recuerdas? ¿Sabes cómo fue que lo lograste? Pues refresquémoste (Zeus no sabrá si esta palabra está bien dicha o es un buen disparate por lo que la pronunciar como si la estuviera deletreando) la memoria. Eras apenas un niño. Por ser hijo de Peleo el Desalmado, el que llevaba plátanos, chinas y guineos a la escuela, y de Tetis, la misis te consideraba y acariciándote la cabezota, te distinguía de los demás muchachos del grupo, hijos de los obreros a quienes Peleo pelaba. Podríamos decir que aquél trato especial tenía el efecto de destacarte un poco en aquellas clases bobas que te daban. Tú eras la ralea de los griegos que cargaban tus mismos apellidos, pero para aquellos pobres mortales, hijos de la pobreza y de troyanos, eras uno de los más destacaditos en el barrio. Parece que equivocaste el motivo por el cual la maestra te distinguía y desde entonces creíste que eras especial. Aquél trato era por lo que ya tú sabes, no había nada más. Aunque soñabas con vivir en la ciudad, tu vida fue muy triste cuando a la ciudad llegaste. Allí no eras destacado. Comprendiste que eras flojo, flojito, flojo. Así fue como comenzaste a desarrollar malas mañas para apropiarte de las cosas de los demás, hasta hoy que te has convertido en un ladrón de verdad, con doble remache y laterales en níquel. No entiendo cuál es tu preocupación. Sé que ya no se trata de copiarte del examen de tu vecino en el salón o de robarte una u otra anécdota ajena para contarla como de tu autoría. ¿Recuerdas cuando trataste de copiarte en un examen de la orina entregando la muestra de un amigo porque estaba más clara que la tuya? No, ahora tienes que ser todo un ladronsote hecho y derecho que lo mismo le robe la chilla a un amigo, que traquetee en grande con cualquier bolitero o alcalde como el de tu pueblo. ¿Que cómo lo lograrás? Pues con la práctica hijo, con la práctica. Lo que te diré lo podríamos llamar los consejos Afuera ya que son la antítesis de los de Adentro, de Don Miguel de Unamuno.En primer lugar, agarra la bandera de tu patria y mantenla enarbolada mientras vivas. Con bandera en alto, muchos te considerar n un hombre íntegro, como aquellos que ofrendaban vida y hacienda por los más altos valores. Luego cómprate una camiseta y hazle estampar un rótulo en la parte posterior, no muy abajo, que diga "se vende". Por encima de todo, se tú, cultiva tus mediocridades y maldad. Constrúyete un caballo como el de Troya y desembárcale o desmóntatele en el espíritu a los hombres de buena fe y voluntad. Esos casi siempre los encuentras en la familia, en los amigos íntimos, por su creencia en tí, en el deporte, por lo del fanatismo irracional, en las comunicaciones y en la política. Luego veremos por qué no comento nada de los dos últimos. Esa gente idealista, bien intencionada y repletos de buena fe que hay en esos mundos, son muy fáciles de manipular. Recuerda, ya te lo dije, no se trata de que tengas capacidad e inteligencia alguna, eso se demuestra de otra forma y no haciendo trampas. Se trata de la fácil cogida que le puedes dar a un chorro de fan ticos que normalmente actúan de buena fe y que no esperan que un canalla los coja. En eso, hasta el que no tiene talento como tú, puede ser muy bueno. Es más, en algunas ocasiones hasta podrías conseguir reconocimiento por ser supuestamente talentoso y brillante, aunque se trate de la última trastada que estás realizando. En esa dirección y con buen ritmo, empezaste a dar tus primeros pasitos allá en el campus. Ya que continúas siendo cobarde y no tienes con qué pagar un guardaespaldas, tienes que hacer lo que hacías antes en la escuela superior, tirar la piedra y esconder la mano. Hazte amigo de algunos abusadores que te protejan, ríele las gracias y dale hasta... las gracias. Es Justo que así lo hagas. Con los religiosos no te metas. Recuerda que ya el cura te votó en una ocasión cuando siendo monaguillo te sorprendió trasteando la colecta. No intentes más tumbes en esos mundos de Dios. Vete y comienza retando a la grandeza que es lo último que hay en la calle. Eso es un cursito de motivación sobre cómo hacerse rico e hijo de la gran puta a cuenta de tus más allegados. Aprovéchalo y ensaya con tus familiares y amigos más cercanos. Ten mucho cuidado con ir preso que hasta en ese tipo de tumbe hay que tener algo de inteligencia. No teniéndola, cógelo con mucha calma y sé listo, que no es otra cosa que usar trampas bajas para aparentar que se tiene materia gris. Si ahí no te funciona la guisaera, brinca al deporte donde todo el mundo aporte. Tu sabes que allí en las Vegas del Pepino no hay mucho que hacer y el que en estos días, a esos menesteres se dedica, billetes, gloria y fama conseguirá. Sé que te encantan los atletas por muchos motivos, especialmente porque en sus ejecutorias imitan a algún animal. No importa tengas que hacer muchas colectas, ya verás que ahí también te las puedes buscar. Si te tocara meterte en un deporte donde los atletas son flojos, no vaciles en contratar a un Carlos Busquets o a un Walter Mercado para que los abanique y le aplique fragancias para que su productividad aumente, aumentando así tu participación desinteresada en el deporte. En esa dirección puedes hacer muchas cosas, hijo, muchas cosas. No importa que la gente diga que esas brujerías te las copiaste de las grandes ligas donde hacen esas pantomimas de motivación pasándole hierbitas en el pecho a esos muchachos musculosos que te encantan. En ese mundo del deporte hay un consejo especial que te lo voy a dar sólo a t¡, ya que tus manías, hay veces, preocupan a la gente. Búscate una corteja, preferiblemente que antes lo haya sido de uno de tus peloteros, y ponla a cobrar en la taquilla ante las damas, niños y fanáticos que acudan a ver el espectáculo. Eso te hará mucho más retador y machote ante la fanaticada. Si logras embrollar a todo el mundo y como consecuencia de ello te confiscan el recaudo de la taquilla, y tienes que empujarle a todos, incluyendo a los peloteros, un cheque sin fondo, ríete, que eso también te añade liderato y soltura. Por último, eso del deporte te puede traer unos buenos viajes al exterior que te van a venir muy bien cuando de contar experiencias mundanas se trate. Siempre, siempre, mantén una cita de algún patriota en tus labios y deja que la gente te crea culto, valiente e inteligente. Por último, lamento informarte que este canto se está acabando y que por el momento no tengo más tiempo para aconsejarte. Mientras tanto, y en lo que te doy los otros consejos sobre política y comunicaciones, continúa predicando la moral y viviendo la deshonra y que siempre tu vida sea un canto a la lascivia. Siempre recuerda estas palabras: contrario a mi amigo Adán, tu salvación será una manzana.Al terminar, se escuchará un sonido como el de un trueno. La luz de donde saldrá la potente voz, se irá extinguiendo mientras la luz de la fuente poco a poco regresara a su intensidad original. Aqueles se levantará del banco, sacudirá la toga, se le caerá el cigarrillo, prenderá otro, toserá dos veces y dirá:AQUELES¡No te vayas, por favor, que no hemos terminado. Explícame eso de Eva, digo, de la manzana! Nada se escuchará. Tan solo se podrá notar que hay un movimiento brusco entre la vegetaci¢n del lado derecho, apenas percibiéndose una silueta que parece que estaba escondida escuchando. Aqueles, con volumen más alto, hará el mismo reclamo. Tampoco se escuchará nada. Continuará con su súplica aumentando la voz. Mientras la voz aumenta, las luces disminuyen y el telón irá bajando. Mientras más baja, más irá subiendo el tono de voz y más disminuirá la luz. Cuando termine de bajar se escucha un grito:AQUELES¡Coñooo!La Marcha del Triunfo que había permanecido en bajo fondo, ahora aumentará dramáticamente. Al terminar de bajar el telón, la luz tenue que ilumina a Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, se apagará y él se retirará.FIN DEL SEGUNDO CANTOCANTO TERCERO Con el perseguidor de acompañante, Pepín camina hacia su escritorio. Una vez sentado, y como si con sus palabras fuera levantando el telón, el escribidor arranca:PEPIN DE LA VEGA, PEON DEL PUEBLOMientras suba el telón muy lentamente, comenzará La Marcha Fúnebre tocada en piano andante. El escenario será la fachada y sala de una funeraria de pueblo pequeño en escala natural. Mirándola de frente, al lado izquierdo, tendrá una oficina en cuyo interior se verá un escritorio con teléfono negro, maquinilla igual y papeles y libretas dispersos. A su lado derecho, habrá dos puertas en cristal con marcos de aluminio color marrón, que darán acceso a dos velatorios. En medio del salón habrá un sofá en terciopelo color vino horrible y a cada uno de sus lados, una butaca de alto espaldar, de esos que parecen tronos del mismo material y color. Una pequeña mesita cuadrada de oropel, con aspiraciones barrocas y con un cenicero en una de sus esquinas y una lámpara de lagrimitas brillosas sobre ella, le servirá de eje al arreglo del mobiliario. En la pared derecha y entre las dos puertas que dan acceso a los salones de "reposo mortuorio" habrá un crucifijo que, con la parte superior del madero del medio, tocará el techo y con la parte inferior, tocará la parte superior de un teléfono plástico, negro y público, dando la impresión de ser parte del crucifijo o viceversa. A la entrada de cada uno de los velatorios, habrá un pequeño cristal con fondo negro, letras blancas y marco niquelado montado sobre un pedestal torneado que aparentará ser de plata, anunciando el nombre del muerto, edad, y fecha y hora del funeral. A su lado, un pequeño atril en madera, servirá de sostén a una libreta de líneas azules y papel grueso, donde los dolientes anotan sus nombres y direcciones como si se estuvieran inscribiendo en una lista de espera o llenando la hoja de una rifa de un número de la lotería tradicional. Al fondo, hacia el lado izquierdo, habrá una mesa larga con patas de madera que tendrá mantel de hule con flores rojas en fondo blanco, sobre la que se encontrará una cafetera grande de aluminio, dos potes de leche Carnation, una lata de chocolate Quik, una bandeja con donas y bizcochos, tres potes de azúcar, un recipiente para agitadores de madera, vasos desechables pequeños y un paquete de servilletas con todo y envoltorio transparente. Detrás de la mesa habrá una fuente de pedestal gris mohoso, para tomar agua doblado, de lado, chupando y haciendo ruido desagradable. En el lateral derecho habrá dos puertas: la de la izquierda tiene un rótulo que dice "Helenas" mientras que el de la derecha dice "Troyanos". El primer plano del escenario será una angosta calle con todo y boquetes, mal asfaltada, por la que, mientras se desarrolla este canto, transitarán varias personas. Cuando el paso de los transeúntes ocurra, los diálogos y la actuación del segundo plano del escenario, no se interrumpirán. En la esquina izquierda del edificio y en el borde del sardinel, como para que los viandantes tropiecen cuando caminan por la acera, habrá un pedazo de aluminio rectangular mal colocado con un solo tornillo en la parte superior de un tubo galvanizado, que dice Calle Epopeya. Le seguirá una pequeña acera y luego el edificio de la funeraria, que aparentará estar construido en hormigón. En el sardinel habrá papeles, latas y botellas. La fachada del edificio tendrá dos cristales pequeños, uno a cada lado, uno para la oficina y otro para el primer salón mortuorio. En la parte superior del edificio, habrá un rótulo con iluminación en bombillas pequeñas en colores. Algunas bailarán, ya que la mayor parte estarán fundidas. Bordearán unas letras vergonzosas que dirán Troyas Memorial. Las tres paredes, fondo y laterales, estarán pintadas de azul claro. En el piso, en medio de la entrada, habrá un limpia pies o alfombra de plástico rojo, que burlonamente tendrá inscrita la palabra "welcome" con un muñequito formado por un círculo amarillo que se estará sonriendo. Al lado derecho, pero en el mismo panel, habrá una inscripción que a modo de lema dice: "Se acabó la batalla".Antes de entrar el primer personaje, la luz del interior, que predominantemente será la que emane de la lámpara de lágrimas colocada en el techo que queda encima de la mesita de oropel, será muy tenue. Dominará la luz del exterior, que será una bombilla grande pelá colocada en la parte baja del pretil y montada en zócalo de porcelana blanca con muchas telas de araña. Mientras el personaje vaya entrando, la luz se irá mudando, esto es, la intensidad de la luz irá variando, quedando el primer plano, esto es, fachada, calle y acera, con poca luz, mientras el interior se alumbrará con la misma intensidad que antes tenía el primer plano.
Saliendo del lado derecho del escenario y caminando por la calle, llegará un paisano que es el personaje que mencionamos antes, agarrado a un bulto de vendedor de seguros y de un cigarrillo. Detrás de él y casi pisándole los talones, irá caminando coquetamente un gordito trigueño no muy alto, que seguirá su camino hasta el otro lado del escenario. Mientras el primer personaje se va acercando a la entrada, la marcha fúnebre aumentará un poco. El tipo es flaco, pero tiene una cabezota inmensa en la que hace equilibrio un sombrero de vaquero del viejo oeste, porque no logra entrar donde se supone que se acomode. Un pañuelo rojo amarrado a su cuello con las dos puntas a caballo sobre su hombro, acentuarán aún más la desproporción entre la cabeza y el resto del cuerpo. Camisa azul a cuadros grandes, de manga larga; mahón oscuro apretado, más bien apretadísimo, que le quedará corto, brinca charco, le decían antes; correa ancha con incrustaciones en botones de plata y hebilla con la bandera de Puerto Rico; botas altas con diseños laterales, tacos puntiagudos de dos pulgadas y herraduras que las hacen sonar como paso de caballo, es lo restante que nos queda por describir del caminante. No, queda algo. En el bolsillo trasero izquierdo del mahón tendrá un estampado en el que claramente se lee "SÍ PEPE" y en el derecho divisaremos un pañuelo verde y blanco, que como pasta de diente que sale por la presión, hará intentos por liberarse de aquél suplicio. Tendrá un tic muy curioso: contínuamente pasará la punta de su pulgar por sus dedos índice y del corazón. Esto lo hará con la mano que tenga disponible, esto es, para este movimiento ser ambidextro.Cuando llegue a la puerta, lanzará el cigarrillo de bombito. Al terminar de entrar, La Marcha Fúnebre volverá a bajar de tono mientras al aumentará la intensidad de la luz, descubriremos que en el sol hay alguien vestido de negro que estará sentado con la pierna derecha cruzada sobre la izquierda. Sin perder su pose, varonilmente le extenderá la mano al que entra, manteniendo la vista hacia el frente, esto es, sin hacerle caso. El visitante se parará a su lado derecho y le dirá:
AQUELESCampeón, te felicito, la verdad es que hay gente que nació parada y tú eres uno de ellos. Hoy es tu día de suerte.Por la calle pasará, de derecha a izquierda, un paisano en bicicleta sonando un timbre de manubrio que sonará: tingolín, tingolín, tingolín.HÉCTOR Día de suerte no, ¿no ves que las dos capillas están vacías y que nadie entra ni siquiera a echar un vellón al teléfono o a cachetearme el periódico?AQUELESDale gracias a Dios. Eso prueba que definitivamente estás de suerte. Capilla sin muerto y sin trámite, tiempo para la pirámide. Tienes tiempo y del bueno, ¡oh tiempo, tiempo, tiempo!HÉCTOR Muchacho, estoy tan aburrido que hasta a ti te soporto, dime, ¿cuál es el tumbe de hoy y qué tiene que ver la pirámide con los muertos míos? Aqueles gesticulará como si tuviera coraje. AQUELES ¡Coño chico, da la impresión de que me paso cogiendo de tonta a la gente!HÉCTORMira, mejor ni hablamos.Dos ciudadanos haraposos en aparente estado de embriaguez, pasarán por la calle de izquierda a derecha, uno se aguantar del otro mientras el otro se recostará del primero. Cada uno llevará un litro (no caneca) de ron en el bolsillo derecho. Detrás de ellos, con paso lento y mirando hacia el interior de la funeraria, pasará nuevamente el gordito que entró detrás de Aqueles al escenario.AQUELESPero chico, si te digo que hoy es tu día de suerte. Deja que te explique y verás que lo que te traigo es un producto nueveciiito... que no es producto, y que no es nuevecito nada. ¿Qué te parece?HÉCTORSi no te conociera, me parecería una maravilla, pero te conozco de atrás, así que deja esas jeringonzas para otro día y otra gente. ¿Cuántas veces te hemos dicho que te pongas a trabajar y te dejes de traquetear que la época universitaria hace tiempo que pasó? Es hora de que cojas vergüenza.AQUELES ¡Qué mediocre eres! Razón tenía José Ingenieros cuando escribió lo que escribió! Muchacho, parece que te tenía enfrente cuando hizo el ensayo.HÉCTORYa..., ya..., ya ese perro me mordió. ¿Acaso tu megalomanía no te ha permitido pensar que cuando Ingenieros escribió se refería a tipos como tú?AQUELESNo vine a discutir eso, pero te adelanto que Ingenieros y yo éramos igual de geniales. (Cambiando el tono de voz y con gesto suplicante) Déjame que te explique... (moviéndose hacia la puerta, hace un aparte y dirigiéndose hacia el público en alto volumen continuará) Aquí es donde me boto. En un curso de motivación en el que aprendí un paquete de cosas de un chorro de buscones, me enseñaron que mientras más se me resista la víctima, más motivado me tengo que sentir. Ahí es donde me inspiro para lograr mis propósitos que me producen una satisfacción tan placentera como... bueno, bien placentera. Para mí eso es un reto, es retar mi grandeza. Estas palabras las terminará estando en dirección a Héctor. El gordito que mencionamos antes, con sus lentas coqueterías, volverá a pasar mirando hacia adentro. Para que nadie se moleste con tanta repetición, el gordito este, pasará bastantes veces haciendo lo mismo, esto es, mirando hacia adentro.HÉCTORDime, dime. Cuéntame otra de tus geniales historias. Para que me cojas tienes hasta que suene el maravilloso, armónico, rítmico y musical timbre del teléfono notificándome la buena nueva del próximo muerto y eso, normalmente ocurre rápido, aunque ahora ni se sabe.Con una gran fuerza de cara, y como si no pasara nada, Aqueles se sentará a su lado, parsimoniosamente se colocará el bulto en la falda, le pasará el dorso de su mano derecha a la tapa superior, con mucha calma encenderá un cigarrillo, tomará una larga bocanada, acariciará el bulto nuevamente como si le estuviera pasando un pañito y se sonreirá.
Una señora preñada pasará por la calle de derecha a izquierda e inmediatamente regresará de izquierda a derecha sin estar en estado de embarazo. Héctor se le quedará mirando, la señalará y la seguirá con el dedo como si le estuviera apuntando. Cuando termina de pasar, Héctor bajará la mano y se reirá. Aqueles, o no le hará caso, o no se dará cuenta de lo que ha pasado.HÉCTOR¡Coño, como está la ciencia de adelantada!AQUELES ¿Ves este bulto?HÉCTOR(todavÍa asombrado)¿Qué bulto?AQUELESPues este bulto... Aquí están los millones que siempre has soñado. Así como lo escuchas. Aquí adentro están los millones...La Marcha Fúnebre aumentará el volumen mientras Héctor se irá girando hacia el bulto. Cuando Héctor detenga su movimiento, el volumen bajar y este exclamará:HÉCTOR ¡Por Dios chico, no me digas que mataste a Ferré! Se que lo envidiabas pero jamás me imaginé que fueras capaz de tal cosa! Lo más que me duele es que ese cangrimán, ni muerto será mi cliente.Héctor tratará de levantarse pero Aqueles lo halará por el brazo pidiéndole que se siente.AQUELESNo hombre, no. Es más fácil que eso. Quédate tranquilo en lo que te explico. Si te sirve de algo, no he matado a nadie, pero tengo la clave para tener todo lo que tienen los que tienen, sin necesidad de matarlos. Un anciano manco pasará vendiendo lotería. Saldrá del lado derecho, se detendrá enfrente a la funeraria, luego se recostará sobre el cristal izquierdo y regresará nuevamente por el lado que salió, esto es, por el derecho.HÉCTOR Entonces... lo del millón en el bulto es falso.AQUELES No, no es falso, pero déjame explicarte.Inmediatamente Aqueles termina la oración, comenzará a sonar el teléfono, que continuará sonando sin que nadie lo levante. Mientras el timbre suena, Héctor se pondrá nervioso, se levantará, caminará por todo el salón mientras mira el bulto, se asomará a la calle, mirará hacia ambos lados y volverá entrar.HÉCTOR¡Coño, qué mucho jode la mierda de teléfono! ¡Maldito sonido infernal que anuncias la muerte!
Dirigiéndose hacia el lugar donde se encuentra el café, preparará uno rápidamente. Aqueles girará la cabeza para observar lo que hace.AQUELESSi es fresco y está acabado de hacer, tráeme uno.HÉCTOR(Haciendo un gesto como si estuviera molesto)
Más chiquitas son las reinitas y van al río.AQUELESCreía que eso era para cuando te pedían agua.HÉCTORPero lo entendiste.AQUELESOlvídalo, olvídalo.Héctor se tomará el café en el lugar en que se encuentra. Una vez termine volverá al asiento. Esta vez se sentará más cerca del bulto y tímidamente le colocará una mano encima con la misma ternura y sigilo con la que un enamorado rozaría por primera vez la mano de su amada. En ese momento, el timbre ya medio olvidado, dejará de sonar.AQUELESTócalo, tócalo que no pica y pronto ser tuyo. Sacando la mano rápidamente y haciendo gestos de estar avergonzado, Héctor le dirá tímidamente:HÉCTOR¡Hay chico!, por Dios... Un lechón pasará de izquierda a derecha halando a un pobre hombre, que frenando con la parte trasera de sus zapatos, será casi arrastrado por el animal. El hombre pronunciará una serie de improperios irrepetibles.AQUELESYa mismo lo pongo en tus manos, pero primero, lo que es primero, la explicación.Frotando las manos entre sí, Héctor dirá:HÉCTOR¡Estás seguro de que no quieres un cafecito fresco acabado de colar?AQUELESNo, ya no.HÉCTORPues, zúmbale, zúmbale.AQUELESEs muy sencillo. Tú sabes que hay gente que se dedica nada más que a pensar.HÉCTORSí, como Aristóteles y Platón.AQUELESNo, hombre, no. Yo te hablo gente como nosotros pero que tienen cerebro y se dedican a pensar. Hay gente que tiene tanta inteligencia que han vivido toda la vida como millonarios sin dar un tajo, ¡como millonarios! La pregunta que todo el mundo se hace es ¿cómo lo hacen? ¿Verdad que entre muerto apestoso y muerto apestoso, te lo has preguntado?Héctor demostrará estar muy interesado acercándose cada vez más al bulto y a su interlocutor, como tratando de acaparar toda su atención con morboso apetito.HÉCTORSeguro que me lo he preguntado.Un pintoresco carrito de vender piraguas con un radio encendido en una conversación que no se entiende, lleno de cachivaches pegados a sus lados y guindando de todos los lugares, pasará por el frente de izquierda a derecha. Su conductor se detendrá en el medio por unos segundos como para descansar y luego continuará su camino. Cuando esté llegando al final del lado derecho donde ya casi no se ve, se escuchará que grita: ¡Hay vida!AQUELESPues hay un gringo que descubrió la forma de hacerse millonario en pocos días, legalmente y sin la necesidad de dar un tajo o haciendo casi nada. Claro está, el tipo, que todo se lo merece, es tan y tan bueno que está en la disposición de casi regalarte la forma de lograr los millones por un triste porcientito que tu, estoy seguro, te alegrarás darle.HÉCTOR¡Pues seguro que sí! Hay que ser bien afrentao para pretender tener los millones y no darle una comisión al que te dio la clave. Yo no soy así.AQUELES¡Seguro que no eres así Nos vamos entendiendo. Pues este señor, santo, mago, lindo y genio de las finanzas, un día se encontraba huyendo por el mundo porque unas personas de esas que tienen mal humor, lo estaban buscando por alguna tontería. Visitó varios lugares y en cada uno de ellos enseñó un truco nuevo de robo, tumbe, busconería, guisaera, cogioquera, apropiación, engaño, maldad, luz divina del traqueteo y a todos embadurnó con su sapiencia y dominio de las artes fiscales. Día a día sus cazadores aumentaban, tú sabes, gente bruta y sin comprensión, de esos que no creen en el progreso ni en la norma dorada de "distribuye con el más listo lo que tengas en tu poder que él lo codicia más que tú". En esos voy y vengo, huyo y me cogen, corro y me escondo, un buen día llegó a Egipto. Te podrás imaginar lo que sintió cuando vio a Keops, Kefrén y Micerinos, esto es, las pirámides de Egipto, una de las siete maravillas del mundo. Obra tan solo comparable con la de Mon Medina Salas, alcalde del pueblo. Como si estuviera fascinado, se quedó tan eslembao como Napoleón Bonaparte cuando por primera vez las vio. Las miró fijamente e inmediatamente se las imaginó como grandes alcancías llenitas de pesos gordos. Se acomodó en un oasis, se sentó debajo de una palma, pidió un coco frío fiao en lo que fantaseaba con el relleno de pesos gordos en la pirámide y con el cansancio, brisa, calor y coco, se quedó dormitando. Estando en ese estado hipnoidal, repentinamente escuchó una voz que le dijo: "La idea no es mala". Dicen los que escucharon su cuento por primera ocasión, que él dijo que la estruendosa voz le pareció ser la de un dios del Olimpo.HÉCTORDemonios, no me digas, síguelo, síguelo.Tres chamacos pasarán corriendo de un lado a otro tan ligero que no recuerdo ni la dirección en que iban.AQUELESSí hombre, escucha. La voz continuó diciéndole, "construye tu pirámide, el mundo es de los atrevidos y los listos, reta a la grandeza y atrévete a ser grande". ¡Muchacho, para qué fue eso! Brincó mirando hacia todos lados y en el primer camello que pasó cogió pon y se fue de todo aquello. Por el camino las palabras se repetían en su cerebro machacándole la frente y desfigurando su rostro: "Reta a la grandeza, atrévete a ser grande". Al llegar al hotel se acostó. No podía entregarse al sueño porque la imagen de la pirámide como alcancía de pesos gordos no se le apartaba ocupándole todos los espacios de su talentoso caletre. El cansancio y el tiempo hicieron su estrago y se lo llevaron a los brazos de Morfeo. Quedó profundamente dormido, no como la primera vez, que estaba tan solo en colindancia con el sueño. Soñó con aquellas maravillas de pirámides mientras escuchaba aquel estribillo que era como música olímpica de arpas: "Atrévete a ser grande, reta a la grandeza". Al otro día despertó con una sonrisa en los labios. Se levantó y fue directamente hacia la ventana del viejo hotel donde se hospedaba, abrió sus hojas de par en par y gritó al mundo: "¡Lo tengo, lo tengo, retaré a la grandeza y me atreveré a ser grande!" Más rápido que ligero, se lavó, se cambió y se fue a desayunar. Llegó al comedor muerto de la sonrisa, así como lo escuchas, muerto de la sonrisa. Pidió un desayuno continental, tú sabes: canto de pan duro, café aguao y jugo igual. Mientras llegaba el desayuno no dejaba de repetirse, "retaré a la grandeza, me atreveré a ser grande". A los pocos minutos de estar allí, otro gringo se sentó a la mesa. El individuo formaba parte de una excursión de Michigan. Inmediatamente le fajó. "Oiga señor (esto se lo dijo en inglés, por supuesto), ¿quiere hacerse rico?" El hombre, como gringo al fin, lo miró asombrado y le dijo: "¿Es que usted es morón? (algo así como ¿you are moron?) Todo el mundo se quiere hacer rico." "Ahh... pues estamos en las mismas, rete a la grandeza y atrévase a ser grande". Dicen que aquí el gringo lo miró como si el tipo estuviera loco. Al gringo mago, genio, santo y lindo no le importó, y sin perturbarse, continuó con su ataque: "Le garantizo a usted que antes de que termine el día, usted y yo y quizá alguna otra persona, hace billetes largos en este mismo comedor en que nos encontramos. Mire, he estado observando y he notado que su grupo, por lo menos el que está aquí desayunando, se compone de cien personas o más. Para que vea que en lo que le voy a explicar no hay truco y que no le voy a robar nada, usted llama al mozo que quiera y le pide que me amarre a esta mesa de tal forma que no pueda escapar mientras usted se va a buscar dinero entre su gente para los dos". El gringo que lo escuchaba se recostó en el asiento como si quisiera guardar distancia de su interlocutor, se rascó la cabeza con todo y gorra y se sonrió. El genio santo y mago continuó: "Es muy fácil, usted reta a la grandeza y se atreve a ser grande. Por darle la idea, usted me coloca en el bolsillo quinientos pesitos. Luego, usted va donde uno de sus amigos y le hace el mismo cuento que yo le acabo de hacer a usted. Tan solo le diré lo que yo le he dicho enfatizándole que rete a la grandeza y se atreva a ser grande. Su amigo le dará $500.00 de los cuales usted me traerá la mitad y la otra mitad será para usted. Luego continuará buscando amigos que le den los quinientos pesos, siempre trayéndome la mitad. A su vez, debe motivar al que le da los quinientos para que consiga sus quinientos y otros incautos más y el que él consiga le traerá la mitad de sus quinientos y usted me traerá la mitad de la mitad de lo que ese le trajo que si mal no calculo son unos ciento veinticinco pesos o una cuarta parte de los quinientos originales que usted le tumbó. Este proceso se repetirá hasta el infinito y con la gente de todo el mundo, todo el mundo sale ganando sin que nadie se de cuenta de lo que está pasando. Cada vez que un amigo que usted haya traído al grupo traiga a otro, le dará la mitad de la mitad y usted me dará la mitad de lo que él le dio, sencillo. Siempre que usted traiga a uno nuevo recibirá la mitad. Es como hacer una gran pirámide. Yo soy la cúspide y usted me sigue y así sucesivamente. Fíjese que la base de la pirámide podría ser infinita. Cuando se nos terminen los bobos de aquí, viajaremos a otros países y pasarán años y años para que la pirámide llegue a su base, que desde ahora le repito, me parece ser infinita. Ya para entonces, tanto usted como yo y los más cercanos y lejanos, si es que pusieron mucha gente a colectar, estaremos millonarios, ricos, ricos, ricos." Así le dijo. El otro gringo, que no era genio pero tampoco pendejo, le preguntó: "¿Oiga, y si eso es tan fácil, por qué usted no lo hace?" El genio, santo y mago le contestó inmediatamente, "Hay mijo, lo que pasa es que esto es para coger de bobos a tus familiares y amigos, a los que te quedan más cerca, a los que confían en ti. ¿Es que no te das cuenta de que lo que vas a hacer es robarle? No pensarás que van a confiar en mi, ¿verdad? Recuerda que el que más o el que menos, aquí o en el país que sea, tiene sus amigos y familiares." Cuentan que el hombre se quedó eslembao. Como un autómata, y mientras se acariciaba la pantalla de arete de oro que tenía en su oreja izquierda, introdujo la mano derecha en el bolsillo del mismo lado de su pantalón corto, extrajo la billetera, llamó al mozo, amarró al genio santo y mago de las finanzas a la mesa y le colocó cinco billetes de cien en el bolsillo de la camisa de aquél no tan desconocido, diciéndole,"espéreme que vengo ahora, voy a retar la grandeza y a atreverme a ser grande." A los quince minutos regresó con una paca de billetes y una lista donde había anotado a su gente. Le dijo al genio santo y mago: "funciona". Se fue de nuevo. Lo que se produjo en el salón fue un sal'pa fuera. Parecía que todo el mundo estaba en la misma actividad ya que varias personas se le acercaron al genio santo y mago a ofrecerle la idea con millares de matices y variantes. Dicen que una u otra galleta sonó, pero la mañana pasó en minutos y casi nadie desayunó. El gringo genio, santo, mago y lindo, luego de ser soltado por el mozo que también había guisado algo en la cocina, al igual que su amigo, se retiró con una funda llena de billetes. Algo así como un avispero se quedó detrás.PEPIN DE LA VEGA, PEON DEL PUEBLOPara ese entonces, ya Héctor tendrá en sus manos muchos billetes los cuales los irá sacando de su bolsillo trasero derecho poco a poco y mientras escuchaba el cuento de Aqueles. Presumimos que totalizaban quinientas estacas.
HÉCTORDime qué es lo que traes en el bulto.Un paisano bajito y flaco con muchos periódicos El Vocero sobre la cabeza, pasará apresuradamente de izquierda a derecha.AQUELESDame los billetes.PEPIN DE LA VEGA, PEON DEL PUEBLOHéctor le entregará el dinero, y muy nervioso, agarrará el bulto, el que se deslizará de las manos de Aqueles fácilmente. Muy meticuloso y con mayor cautela, Héctor se apresurará a abrirlo. Cuando lo logra abrir, busca en su interior con la vista y con las manos. Cada vez buscará más desesperado. En su búsqueda, tan solo encontrará un cassette en el interior del bulto. Mirará asombrado a Aqueles y le dirá:HÉCTOR¿Qué carajo es esto?AQUELESEso que tienes en tus manos es el cuento que yo te acabo de hacer. ¡Reta a la grandeza y atrévete a ser grande! Fíjate si te trato bien, que para que obtengas tus clientes casi no tendrás que hablar. Ese cassette es un curso de motivación. Con él motivarás a tus clientes incautos quienes te darán los quinientos como tú me los acabas de dar a mi, suavecito y sin que nadie te haya obligado. Vete, hijo de tremulante casco, haz tu obra y que el dinero te acompañe.Aqueles, con billetes en mano como un ramillete, se levantará y se acercará a la puerta mientras Héctor moverá la cabeza en gesto de incredulidad comenzando a levantarse. Cuando Aqueles esté en la acera, Héctor, como buen troyano, reaccionará, lanzará el bulto y el cassette hacia el lado derecho del escenario rompiendo el cristal de una de las puertas de los velatorios, sacará un revólver de la parte baja de su pierna izquierda y caminará ligero hacia la entrada. Mientras esto ocurre, el telón, que corre de sus lados hacia el centro, irá cerrándose. Cada lado del telón tiene una diagonal que se unen en la parte superior del medio, haciendo lo que ya usted sabe: una pirámide. El telón terminará de cerrarse en el momento exacto en que Aqueles desaparecerá por la acera hacia la derecha y Héctor llega hasta la puerta quedando dentro de la funeraria. En ese momento y ya con el telón completamente cerrado se escuchará a Héctor que grita:HÉCTOR¡Hijo de la gran puta!Inmediatamente después se escuchará el sonido de un disparo y toda la gente que estuvo pasando de un lado a otro, correrá en desbandada con bicicleta, barriga, lechón, botellas de ron, carro de piraguas y periódicos. El gordito, mirando hacia la dirección por donde corre Aqueles, pasará volando.
Mientras Aqueles va caminando, Héctor levantando, el maletín impactando, el cristal rompiendo, el gordito volando, el telón cerrando y el tiro sonando, La Marcha Fúnebre aumentará poco a poco hasta que se distorsionará molestando al público. Repentinamente, calla.Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, se retira con el mismo apuro de los demás.FIN DEL TERCER CANTO

CANTO CUARTO Mientras Pepín de Vega, Peón del Pueblo, vaya hablando y escribiendo, irán ocurriendo los diversos incidentes de entrada.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO Al subir el telón (en este caso sube, no como en el otro, que se movía de lado), nuevamente aparecerá la placita del primer canto. ¿Recuerdan todo aquello? Que si el tipo se estaba graduando, que fumaba mucho, que era un mediocre envidioso, copión, tramposo y cizañero que estudió en la Católica y por poco se cuelga, que no sabía para dónde iba ni qué hacer, que su espíritu no había evolucionado y estaba lleno de odio en vez de amor, que predicaba la moral y vivía la deshonra, que en el campo era un güame pero en el pueblo era un tostón, que su vida era un canto a la lascivia, que su punto débil era su cabezota que la tenía sin protección y estaba llena de porquerías, que no tenía controles, que estuvo hablando con un tal Zeus, que lo aconsejó y que él se quedó sin entender y todas esas cosas. Si no lo recuerdan bien, recomiendo la lectura íntegra del primer canto. El parque será el mismo, excepto que en esta ocasión, la fuente no estará funcionando ni tiene agua, por lo que no se escucharán los murmullos que se escuchaban en el canto primero. Tampoco se escucharán los cánticos alados. La iluminación no cambiará, ya que como antes, surgirá de la base de la fuente, aunque la ausencia de agua hará que se disperse en forma distinta y que no tenga vida. El lugar es tan y tan lindo que aún quitándole las flores, cánticos alados, murmullos de agua, aromas y todas esas cosas que tenía antes, seguirá siendo hermoso. Repentinamente, y corriendo como alma que lleva el diablo, Aqueles entrará y se sentará, casi arrojándose, en el banco en que se sentó la primera vez que en este parque lo observamos. Por si se le olvidó en qué banco fue, estamos hablando del banco delantero derecho. Está muy fatigado, Aqueles, el banco no, y ostensiblemente sudado, ídem. Desde que llega, tendrá el mismo tic que tenía en el canto anterior y que consistía en acariciar el dedo pulgar con el índice y el dedo del corazón. Para no repetir lo mismo, dicho tic lo va a mantener en todos los cantos restantes y el movimiento de dedos debe ser lo suficientemente ordinario como para que el público lo perciba claramente. Estando sentado en el banco delantero derecho tal y como dijimos anteriormente, se doblará y se colocará la mano derecha sobre el lado izquierdo del pecho como queriendo impedir que el corazón se le salga. El director tiene que poner a este hombre a correr de verdad antes de entrar a escena, ya que la fatiga tiene que lucir bien real. Vestirá la ropa que tenía en el canto anterior, la cual, no voy a describir porque todos la recuerdan. Poco a poco irá controlando el ritmo de su respiración hasta que casi casi esté normal. Estando jadeante aún, se virará hacia atrás y tentando con su mano izquierda, alcanzará una botella de alcoholado Superior 70 con cuello largo y todo. La mirará como para corroborar que es su marca y la colocará su lado. Mirando hacia el frente, se tocará el bolsillo de la camisa del mismo lado, investigando si tiene cigarrillos, procediendo sacar del bolsillo una cajetilla. Se colocará uno en la boca, recordemos que aún está jadeante, y ocurriró lo que nadie se puede imaginar que podría ocurrir en circunstancias similares: lo encenderá. Inmediatamente comenzará a toser con una tos que cualquiera diría que no es una actuación teatral de un buen artista, sino que es de verdad. El tipo será tan espeque, que tomará la botella de alcoholado que está a su lado y se echará un poco en su mano izquierda y se la pasará por la cabezota como si se estuviera embarrando de brillantina Brisas del Caribe. No sé de ustedes, pero si yo estuviera fatigado, no usaría alcoholado ni fumaría. De todos modos, tenemos que recordar que el tipo es un machote de triple sistema reproductivo, por lo que esas cosas realzan su hombría. De eso hablaremos en los otros cantos. Luego del chofo inicial y mirando a todos lados, se doblará hacia el frente y se echará el desagradable líquido directamente en la chola moviéndola de lado a lado como si estuviera espantando un espíritu malo. Se frotará con la mano derecha, y evitando que le caiga en los ojos, se escurrirá el exceso hacia la espalda apretándose el cuello y echando los hombros hacia atrás y hacia arriba como si tuviera escalofrío. De repente, se irá la luz. Cuando digo que se irá es que se irá, incluyendo el escenario y la sala. Aunque el público comience a gritar y rechiflar, así permanecerá por varios minutos y cuando regrese, regresará igual que se fue, esto es, súbitamente. Aqueles estará en la misma posición, pero tendrá a sus pies un pequeño promontorio de contaminación nicotínica de cajetillas de cigarrillos Winston estrujadas, colillas y cajitas de Three Stars (safety matches) con todo y palitos usados. El director debe entender que el asunto este de que se va la luz, es para poder colocar las cajetillas y los desperdicios a los pies de Aqueles para que nos den la sensación de que muchas horas han pasado. Si el director lo quiere hacer de otra forma, no importa, se admite la idea.Aqueles se levantará y colocándose el pulgar de la mano derecha donde y como ya dijimos en el canto primero, mirará lentamente a ambos lados, toserá ampliamente sin taparse la boca aunque sea con el boquete del puño, e incorporándose con mucha dificultad, como si estuviera agotado, en volumen normal estas no tan aguerridas palabras:AQUELESPariente Zeus que aún sigues en la alcaldía del Ida, sé que me estás ligando desde allá arriba. Quiero hablar unas cuantas cosas contigo. ¿Me escuchas?PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO Por sus movimientos, podemos notar que Aqueles se irá poniendo muy ansioso. Quiero decir que se rascará la cabeza y el cuello, se volteará, mirará para todos lados, cruzará los brazos y luego los descruzará, se meterá el índice derecho en la nariz, se rascará la nalga izquierda en tres ocasiones, se acomodará un fumón inmenso, se sentará y se levantará, etcétera. Luego, lentamente dará la vuelta al parque colocando su mano derecha detrás de la oreja del mismo lado, como queriendo aumentar su capacidad de captación sonora. No escuchará nada. Se dirigirá entonces hacia el lado izquierdo del parque por el lugar donde la primera vez apareció la luz que hablaba y volverá al ataque con volumen más alto.AQUELES¡Oooye, oooye, pariente Zeus, estoy aquí de regreso y quiero hablar contigo unas cosas! ¡Weeepa, weeepa, úuultima llamada... pariente Zeus, pariente Zeus!PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOComo habrán notado, todo lo anterior lo dirá alargando la voz. Al comenzar con el oye, oye, un paisano se irá aproximando sigilosamente por el lado derecho. Aqueles, que estará de espaldas, no lo verá (¿obvio, no?) ni lo sentirá. El hombre vestirá pantalón y camisa blanca con rayas verticales, tendrá puesta una gorra, unas medias altas que desde acá me da la impresión de que están metidas dentro del pantalón o que forman parte de él, calzará zapatos negros llenos de barro rojo, que en la parte inferior del frente parecer que tuvieran dientes. En la mano izquierda tendrá un guante y en la derecha un bate treinta y seis y gorra. Sin alardear mucho de conocimientos enciclopédicos, podría decir que el tipo es pelotero, o al menos, se viste como tal. Se detendrá a pocos pasos de Aqueles (más o menos en el centro del escenario) y colocando la parte gruesa del bate en el piso y la otra en su trasero (con todos los riesgos que eso conlleva) se recostará sobre él y cruzará los brazos con mucha dificultad (recuerde que tendrá un guante puesto). El maquillaje de difunto arreglado para ataúd abierto que tendrá, y la luz tenue que lo estará iluminando, harán que el pelotero luzca como cadáver andante y no como atleta marchante. Mientras esto ocurre, Aqueles irá caminando poco a poco hacia atrás. Poco antes de llegar al pelotero, se virará como si presintiera que alguien lo estuviera mirando. Ustedes se imaginarán para qué fue eso. El pobre hombre se sacará un santo grito de terror que estoy seguro de que varios espectadores se asustarán encima.AQUELES¡Coño, chico...! ¡Agamenón, pero qué carajo tu haces aquí. Por poco me matas. Tremendo susto. Muchacho, yo que estoy tratando de hablar con Zeus, que parece que me tiró una cañona porque no aparece por ningún lado y tú que te asomas sin que nadie te escuche, como caído del cielo y de ñapa, con ese aspecto mortuorio!AGAMENÓNMírame bien, so zángano, mírame bien. No hace tanto tiempo que me dejaste de ver como para que ahora te parezca un aparecido.AQUELESChico, es que estoy cagándome encima, asustado, intranquilo, con delirio de persecución.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO Agamenón agarrará el bate treinta y seis, que protestará porque ya se había acomodado, y junto a Aqueles se dirigirá hacia el banco donde originalmente estaba sentado. Por si no lo recuerda, era el banco delantero derecho. Se detendrán enfrente al banco pero no se sentarán.AGAMENÓN ¡Hay Aqueles, esa forma de vivir te hace caminar a la defensiva y siempre creyendo que alguien te está velando!AQUELESNo sé, creo que la gente la ha cogido conmigo porque respaldé a Mon.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOAgamenón se sentará y se pasará la mano derecha (recuerde que en la izquierda tiene el guante) por la cabeza.
AGAMENÓN¿Qué tiene que ver Mon con ésto? Tú no cambias. Siempre huyendo de alguien, alcahueteando a algún político para sacarle algo y echándole la culpa de tus miserias y vergüenzas a todo el mundo, como si la gente fuera la responsable de tus desgracias y papeles bochornosos. Además, ¿tú nunca te has puesto a pensar que eres tan insignificante y tan poco conmovedor e intrascendente, que al mundo le importa un pepino angolo lo que te pase? Cualquiera diría que eres el que le das cuerda al planeta para que gire. ¿Es que tu inflado ego te ha hecho creer que la UNESCO te declaró patrimonio de la humanidad? Hay chico, deja eso. ¿Nunca te has puesto a pensar por casualidad en que Briseida y Criseida tienen que ver con tu comportamiento? Recuerda, aquello fue una de tus primeras experiencias como timador adulto. Te pasó lo mismo que te pasa ahora y te seguirá pasando. ¿Es que la cesión airada de Criseida y su sustitución por Briseida, aquella que te raptaron allá en la casa de Helena la Negra, no te afectó? ¡Madre santa, que muchas trampas le hiciste a los Aqueos! Con la ira terrible que te dio, trataste de hacerle daño. Te enfureciste de verdad. En aquella ocasión te dije lo que te digo ahora.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOAqueles se sentará al lado de Agamenón.
AQUELESSí, lo recuerdo. Siempre he pensado que tuviste que ver con aquél lío. Hay veces que pienso que desde entonces no pego una. Creo que fue la primera ocasión en que creyendo que estaba cogiendo, me cogieron. Si tú supieras...AGAMENÓNDime, ¿qué te pasa que te encuentro jalao, sudado y apestoso? Y esa ropita y ese nuevo look, ¿qué significan?PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO Aqueles se levantará y se mirará detenidamente de arriba a abajo.
AQUELESGajes del oficio.AGAMENÓNNo me digas que ahora te disfrazas para que no te puedan reconocer.AQUELESNo, hombre no. Déjame aclararte algo. Tú y dos o tres como tú, creen que estoy actuando indebidamente y siempre me vienen con el mismo cuento y con sermoneos. En este país todo el mundo es servil, alcahuete, lameojo y alicate. Aquí el amiguismo, el palismo (de palas) y el mundo de las conexiones olímpicas es la orden del día y yo no voy a ser una excepción. Allá ustedes con esos aires de santurrones.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOAgamenón se levantará y Aqueles se sentará.AGAMENÓNEso es otra forma de ver las cosas. No se trata de sermoneos, se trata de realidades y vivencias. Hay gente que no naciÓ para triunfar porque no tienen la madera de triunfador. Mírate en tus actuaciones y date cuenta de que lo que estás haciendo es el triste y ridículo papel de mono que baila cuando le tocan y cuando no le tocan, roba. ¿Tú no crees que es hora de conformarte con lo que Dios te dio y dejarte de busconerías? Mil veces te lo he dicho, acostúmbrate a lo que tienes y deja esa maldita manía de querer quitarle las cosas a los demás aparentando ser un supermachote que a todo el mundo se guisa aunque para ello tengas que estar meneándole el... a Mon o a el primero que se te presenta y te ofrece algo.AQUELES (Volviéndose hacia Agamenón)¡No te esmandes!AGAMENÓNBendito, ¡qué mucho te impresionó aquella gente del Pepino de quien tanto hablabas! Cuando nos reuníamos en el balcón, allá en el hospedaje, después de comer y nos poníamos a fumar y a velar aquellos portentos atenienses que posaban (como lo escribí, posaban) por la acera y hablábamos del pueblo y su gente, tu tema era recurrente: que te graduarías a como diera lugar y harías lo que fuera para lograr tener al pueblo en la mano; que te idolatrarían y que después de tener dos o tres billetes, como tú decías, serías alcalde, representante o senador para hacerte millonario. La figura de Cucán, aquél banquero ladrón, te embelesó por muchos motivos y veo que no has superado aquella obsesión de parecerte a él. Siempre creímos que bromeabas y ahora con tus actuaciones nos demuestras que hablabas en serio.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOAgamenón se sentará.AQUELESEs que tengo genuinas aspiraciones económicas como las tiene cualquiera otro. Lo que pasa es que soy hijo de Peleo y de Tetis. Si fuera hijo de Zeus sería un ñame. Es por eso que mi vida ha sido difícil. Si no fuera por mi origen estaría forrado de billetes con cuatro o cinco hembras mejores que las que tiene Helena la Negra en el negocio. Coño, lo que pasa es que tengo mala suerte y todo me cuesta mucho trabajo. He tratado de dar mil tumbes distintos y no me cae nada bueno. A tí se te hace fácil hablar así, tú siempre lo has tenido todo.AGAMENÓNTodo lo poco que he querido.AQUELES (Sin entender las palabras de Agamenón)Eso mismo, lo que has querido. Por más que quiero, siempre me estoy comiendo un cable. No creas, con tanto fracaso, hay veces que me pregunto si vale la pena. He tenido que recurrir hasta a invocar a Zeus. No había nada más. Sabes que cuando nos graduamos estábamos desesperados y como si fuéramos el Cartero de Neruda, solo teníamos una sola ruta: el sa-cerdote (repito, se pronuncia como se escribe) aquél.AGAMENÓN(Levantándose, coloca el dedo índice de la mano derecha en los labios haciendo señal de silencio, mira a todos lados y se dobla un poco hacia Aqueles)No me menciones al cura que me botan del equipo. La verdad es que no has cambiado nada. Antes, cuando éramos estudiantes, casi nos hacías llorar contándonos aquellos cuentos bobos para copiarte las asignaciones que nunca entendías y los trabajos que no hacías. Nosotros, por la vergüenza que nos daba tu fuerza de cara y por pena, nos hacíamos los que te creíamos y tú siempre entendiste que nos estabas cogiendo de bobos. Pobre papel. Ahora tratas de justificar la utilización de Zeus. Aunque siempre vas a seguir pensando igual y buscando mil motivos pendejos para justificarte, creo que el llantén a Zeus no era necesario al igual que lo de Mon. Lo que pasa es que siempre has querido invocar o alcahuetear a alguien superior para coger pon con él. Ya es hora de que te recojas a buen vivir.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOAgamenón se sentará. En ese momento y sin ton ni son, el gordito piel canela del canto anterior, pasará por el escenario de un lado a otro desapareciendo en la misma forma en que llegó.AQUELES"Perdóname la letra, mi pulso me traiciona". Traté en el magisterio pero allí lo que había era un sueldo de hambre y no había espacio para buscarse una peseta adicional o como decían en Bartolo, ni una colecta se podía hacer. No soy conformista, no me conformo con lo que traje de cuna porque de cuna no traje traje. Para echar pa'lante hay que hacer lo que sea y esto incluye vender hasta la madre, pregúntale a Zaida la honrada asambleísta para que veas. El mundo es de los triunfadores y nadie nunca le pregunta a un triunfador cómo llegó al triunfo. A la gente lo que le interesa es verte triunfante y se acabó. Para triunfar hay que ser listo y eso incluye cualquier actuación con abstracción (Agamenón lo mira como asombrado) de esos valores pendejos que los poderosos esgrimen para que los demás se jodan y ellos sean los únicos que manejen el mundo. Tú y nuestros panas, no son hombres listos como yo. Ya has visto que mientras ustedes se fajaban trabajando en puestecitos provisionales, yo le hice un atajo en el progreso y me vine a la placita esta a invocar al pariente. Sabes que él siempre ha dicho en todos los tronos que se ha parado, que quiere mucho al viejo y todas esas cosas que se dicen de la parentela lejana. Pues dije, este es el dios que me va a ayudar a empezar a dar mis tumbes hacia el progreso. No se hizo esperar. El muy mamalón se me presentó, nada más y nada menos, que en una bombilla cien que hablaba y aunque al principio todo lo que hizo fue hablarme de mi niñez, luego me dio buenos consejos. Por ellos he sobrevivido hasta ahora, aunque ya ves que la calle se sigue poniendo dura. Hoy, nada más y nada menos, me entraron a tiros. Invocar a Zeus, a Mon o al que venga a sustituir a Mon no es nada malo, es sencillamente no ser pendejo.AGAMENÓNBuen discurso te has inventado para justificar tus fechorías e inmoralidades. Tu caso está perdido. Consistente con lo que dices, ahora vienes a invocar a Zeus de nuevo para que te consiga otro guiso.AQUELESNo me ofendas.AGAMENÓNNo te ofendo, lo que pasa es que si alguien te dice dos o tres verdades, rápido te haces el ofendido para desviar la atención y que no te sigan desenmascarando. Te digo como una vez le dijo un abogado a un alcalde del Pepino, te pareces a una de las señorita de los Cascabeles que no se podían mirar porque se dañaban. Déjate de esas mierdas y aprende a actuar correctamente y no sigas creyendo que tienes a los dioses agarrados por el cuello. Tus amigos, los de verdad, los que estudiamos juntos y jangueamos por aquellos villorrios ponceños, siempre te hemos aconsejado bien aunque no tuvieras la inteligencia mínima para entender lo que te decíamos. Por ello siempre picaste fuera del hoyo.AQUELES No voy a invocar a Zeus para que me consiga un "tumbe", como tú lo llamas. Zeus es mi pana, al igual que Mon Medina Salas. Lo que quiero es que me consiga otro trabajo, fácil, duradero y con mayor rendimiento. Acabo de renunciar al primer trabajo que me recomendó.AGAMENÓN (Poniéndose de pie) ¡Cuál era ese?AQUELESLa venta de la pirámide...AGAMENÓN (Se sienta)No sigas, no sigas. Estamos hablando del cuento de atreverse a ser grande. Buena cosa te recomendó Zeus. ¡Ves lo que te digo? Con las actitudes que has desarrollado en la vida, ¡qué crees que te iba a sugerir? Eso, según tu derrotero, era lo que te quedaba bien, vender la pirámide. De todos modos, si te metiste en esa, debes ser, más que afrentao, loco. Por ahí andan hasta los federales del Olimpo haciendo redadas contra esos buscones... no me digas que... ¡entonces fue cierto lo que vieron mis ojos en un hotel de Esparta!AQUELESEsa palabrita de "derrotero" me la empujó Zeus en su discurso, pero dime, dime, ¡que fue lo que viste?AGAMENÓNPues hace unos meses fui a una asamblea de peloteros y me quedé en un hotel de esos de lujo. Tú sabes, la Federación paga y uno no puede ser muy zángano. De vez en cuando hay que sacrificarse. Pues estando allí en horas de la mañana vi un nutrido grupo de muchachos jóvenes que gritaban a coro y se querían quedar con el mundo oyendo a un elemento que le hacía promesas, le hablaba de millones, de motivaciones, de tumbes, busconerías y chanchullos. Los muchachos hacían un gesto, daban un pasito hacia adelante y gritaban unas consignas que no recuerdo. Estaban idiotizados. Aquello, por lo menos, se me pareció a un batallón nazi ensayando para comerse una población de judíos.
AQUELESQuédate callado que seguramente yo era uno de esos. Fui de esos muchachos que se espetó hasta el cuello. Cogí a mi familia. Al de mi familia que no pude coger lo declaré mi enemigo. Así me lo enseñaron. A los amigos me los guisé a casi todos. El que se me escapó fue porque no estaba en el pueblo o me conocía de atrás. Te voy a decir más. Me compré hasta un Cadillac y hacía los tumbes al por mayor, como fuera. Me calzaba las botas estas y una vestimenta parecida a la que tengo, y... ¡a volar que el sol cambea! Pero ya no sé qué hacer. Hace como dos horas me guisé a Héctor y si no es porque corro y llego hasta aquí, me mata.AGAMENÓN¡Me cago en mi madre! ¿A Héctor el necrófago troyano? Coño, chico, no me digas que tras no pagarle todo el dinero que te daba en la universidad para que no te murieras de hambre, también te atreviste a venderle la pirámide.AQUELESBendito mijo, en esto no hay "mamita pásame del río". Eso fue una de las primeras cosas que me enseñaron el curso de motivación, seguramente aquél en que me viste. Yo primero, segundo, tercero y siempre. Los demás, que se jodan. Claro está, siempre hay que dar la impresión de que se vive para los demás. Pero olvídate de eso. Lo cierto es que fui a visitar a Héctor y el muy mal agradecido sacó una pistola y si no es porque vuelo, me limpia el pico. Fíjate, siempre creí que el troyano ese era un peligro.Agamenón le dará por la espalda y se reirá.AGAMENÓNDale gracias a Dios que el asunto fue con Héctor, que a pesar de ser troyano, siempre te tuvo alguna consideración como un gesto de fin de guerra. Si llega a ser con cualquiera de los otros muchachos, te limpian.AQUELESHe dado la carrera más grande de mi vida. Ahora estoy aquí a ver qué me dice el pariente.AGAMENÓNOlvídate del pariente, de las palas y los amiguismos y ponte a trabajar decentemente que ya es hora.AQUELESTú me conoces mejor que nadie. No vine a este mundo a pasarla mal. Vine a ser grande. O gano muchos billetes, o me ahorco como el Pitito ese que está por nacer y que venderá un supuesto mecías.AGAMENÓN (Levantándose le da la mano a Aqueles)Lamento tener que irme, pero tengo un compromiso con Ulises y Ayax para jugar un partidito y meternos unas Medallas.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO Agamenón se irá. Aqueles lo acompañará hasta que sale de la placita. Luego, y muy apesadumbrado, volverá a sentarse en el banco. Mirando a todos lados y en voz baja casi musitará:AQUELESHay Zeus, Zeus, Zeus... PEPÍN DE LA VEGA, PERÓN DEL PUEBLO Repentinamente, una bola de béisbol lo golpeará en el pecho. Muy molesto, Aqueles se doblará y la cogerá. La mirará, jugará lanzándola suavemente hacia arriba dos o tres veces y mientras hace tal movimiento se irá levantando y caminando hacia el lugar de donde provino la bola. Se asomará y mirará a todos lados no encontrando al que la lanzó.
Haciendo el movimiento clásico de los lanzadores de agarrarse la huevera, levantar la pierna, hará equilibrio y cogerá impulso para lanzar. Aqueles se apresta a botar la bola. De momento, se detendrá con la pierna al aire como si fuera una estatua en honor a un lanzador, se sonreirá, mirar la bola, la besará, bajará la pierna y tomando la posición normal de cualquier mortal dirá:AQUELESLo sabía, pariente, que no me fallarías. Lo de Agamenón vestido de pelotero no lo entendí, pero lo de la bola lo tengo claro. Me estás recordando tu segundo consejo: búscatelas en el deporte.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOAqueles, manteniendo una risa constante, se dirigirá a su banco, pateará el promontorio de cajetillas de cigarrillos, colillas, cenizas y encendedores y se sentará. Aún manteniendo la risa, abrirá la botella Superior 70 y mirando hacia el cielo para que no le caiga en los ojos, se echará en la cabeza el resto del alcoholado. Cerrará los ojos y el sonido de una multitud aplaudiendo y gritando en un parque, servirá de motor al telón que irá bajando.
(Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, se irá con las luces)FIN DEL CUARTO CANTO

CANTO QUINTOPepín de la Vega, Peón del Pueblo, entrará por la pasarela frente al escenario como Juan por su casa y se sentará.PEPIN DE LA VEGA, PEON DEL PUEBLOEl telón irá subiendo, y rítmicamente, apagando la luz de la sala mientras encenderá la del escenario. Veremos la perspectiva de un pasillo ancho con piso en cascajo. Entre los muchos guindalejos que habrá de rótulos de cartón, papel, tela, aluminio, hierro y madera, podremos identificar al lado derecho, una verja en alambre eslabonado de unos diez pies de altura. Bajando como unos ocho pies y medio desde la parte más alta de la verja, encontramos una tapa de hormigón que toca en sus lados derecho e izquierdo con el piso a través de dos patas de igual material. Esto es así, si lo describiéramos de arriba hacia abajo. De abajo hacia arriba, podemos decir que en el lado derecho del escenario y pegado de la verja, hay un banco de hormigón, que quedará en el primer plano del escenario. Al lado izquierdo tendremos una pared en bloques sin enlucir que estará en las mismas condiciones que la verja que le queda enfrente. Tendrá dos cristales separados entre sí, a una distancia de dos pies y medio aproximadamente. Estarán colocados a una altura de tres pies del piso con un ancho de dos pies, formando dos cubículos. Son rectangulares ya que su altura será de cuatro pies. Bueno, la verdad es que si miden tres de ancho y cuatro de largo, no pueden ser cuadrados. En la parte inferior tendrán un medio círculo por el que habrá comunicación manual-económica con el exterior. Como yo sé que el genio, discípulo en todo de Hernán (creo que le decían Evaristo) va a empezar a criticarme, disculpen los detalles de la descripción por adelantado, ya que para mí son bien importantes y no cuento con muchos recursos literarios que digamos. Enfrente a los cristales habrá dos líneas de tubos galvanizados de pulgada y media de espesor por ocho pies de largo, colocados en forma paralela y separados entre sí como por pie y medio, sobre otros iguales que le servirán de columnas o soportes y que llevarán en la parte baja otros tubos más finitos, diría que de tres cuartos de pulgada. No estarán pintados, por lo que lucirán su color de fábrica: gris curtido. Al lado izquierdo y antes de llegar a los cubículos, habrá un espacio abierto que más bien representará la calle que quedar perpendicular al pasillo que antes mencionamos, por donde la gente irá llegando para acomodarse entre los tubos antes descritos, quedando obligatoriamente en fila. No hay que hacer un estudio doctoral para entender que la idea de los tubos es evitar que la gente se cuele, pero usted sabe que eso es un anhelo eterno y en este mismo canto podrá ver lo que siempre ocurre cuando hay más de una persona en espera. La verja de la derecha estará iluminada al igual que la pared izquierda. El medio y fondo del escenario no tendrá mucha iluminación, recibiendo la que sobra de los dos laterales. En el interior del primer cubículo, esto es, el izquierdo mirándolo de frente, habrá una luz encendida. Más adelante volveremos con la iluminación. Al final de lo que podríamos llamar el pasillo o vestíbulo, habrá dos portones de hierro pintados de negro. En la parte superior de cada uno habrá un rótulo mal hecho: uno dice "Griegos" y el otro "Troyanos".Vamos ahora a llenar todo esto de gente. En el banco que queda al lado derecho habrá tres paisanos sentados y dos de pie. Será gente tan común y corriente que conversarán entre sí. En el lado izquierdo y haciendo fila entre los tubos, que son como cepo para vacas pero destinados a la fanaticada, habrá muchas personas. La fila se compondrá predominantemente, de hombres de todas las edades, niños y una u otra mujer vestidos como usuarios de aeropuerto internacional. Casi todos los hombres llevarán una cerveza en la mano, otros caminarán en parejas con neveritas rojas y pequeñas que los une en propósito común, varios estarán fumando, una señora llevará un cojín anaranjado como los que usan los recién operados de hemorroides y varios niños se guindarán de los tubos que, como ya dijimos, para lo que sirven es para delimitar el espacio lateral de las personas en fila y no para que los niños estén jodiendo en ellos utilizándolos como parafernalia de acrobacia o columpios de escuela. Casualmente, en la fila habrá un gordito no muy alto que tiene pantalones cortos azules, camiseta apretada, chancletas y movimientos rarísimos y que llevará en su mano derecha un jugo de china y en la izquierda un pañuelo azul claro. Al tipo ya lo hemos visto en escena. Si no es el mismo, se parece mucho a uno de los que pasaba por enfrente de la funeraria aquella del segundo canto y al que interrumpió en la placita del canto anterior. El director tiene que procurar ir cambiando esta fila de gente por gente similar que haga más o menos lo mismo que están haciendo éstos. Un poco más adelante le indicaré cómo hacerlo. Por la música, o más bien el sonido de fondo, y por la apariencia del lugar, podemos imaginarnos fácilmente que estamos en la entrada, algunos le llaman "la taquilla", de un parque de pelota. Todos los espacios que usted pueda imaginar, excepto que podemos identificar los bloques sin empañetar y el alambre eslabonado, estarán llenos, repletos, tapados, embarrados, embadurnados, pintados, garabateados, grafiteados y violados con todo tipo de anuncios de cervezas, ron y cigarrillos.
Como usted sin mayor esfuerzo supondrá, la gente de la fila estará comprando sus boletos y luego seguirán hasta el fondo, entrando por una de las dos puertas disponibles. La puerta que tiene el rótulo de "Griegos" será la más utilizada. Esas entradas estarán un poco oscuras, la boletería más alumbrada y en el lugar donde estarán los amigos conversando en el banco, habrá luz de playa en día claro de verano. Para lograr que la fila de fanáticos no quede vacía o no cambie su composición quedándose tan solo con hombres, mujeres o niños, el director utilizará un ujier para que busque personas entre el público que compren boletos. Aclaro que el gordito piel canela no volverá a la fila. Le aconsejo con mucho cariño a la administración municipal, que el público que sea utilizado en este trabajo de extras, le regalen una de las preciosas medallas de bronce que se vendan esa noche en conmemoración de la inauguración del Centro Cultural y Teatro del Guajataca y que se venderán para supuestamente sacar dinero para cubrir los costos de esta obra pero que verdaderamente serán para perpetuar la cara y nombre del alcalde. Los extras pasarán por la entrada del teatro y entrarán por la puerta que queda hacia el cuartel de la policía, para pasar al escenario por el lado delantero izquierdo donde habrá un bache de aguas blancas contaminadas, el que tendrán que saltar para llegar hasta la taquilla.Se escucharán trompetas, congas, bocinas, gritos, rechifletas, pitos y algarabía. No habrá ritmo en el sonido el que, en algunas ocasiones, y por circunstancias que desconocemos, aumentará repentinamente.Ya que siempre se me olvida algo, y para no perder la costumbre, olvidaba decirles que tan solo estará funcionando uno de los cuchitriles de la boletería: el izquierdo mirándolos de frente y el primero mirándolos en orden de aparición desde el público. El otro estará clausurado con dos alfajías en forma de equis. El que funcionará, tal y como indiqué anteriormente, estará bien iluminado y dentro podremos divisar claramente, desde el pecho inmenso hacia arriba, una mujer vestida con traje rojo intenso y cuello blanco, peinada como en plástico, trigueña, gorda y caripelá, que estará encargada de la venta de taquillas. Reirá continuamente a mandíbula batiente.La gente que estará en fila y conversando entre sí, lo hará en volumen que no interrumpa la conversación de los amigos de la derecha. No empece lo anterior, de vez en cuando alguien hará algún comentario en voz alta sobre el que se está colando o sobre cualquier asunto intrascendente, pero no interrumpirá la conversación del grupo ya que entrará como cuña en algún paréntesis de la otra conversación.Los tres que estarán sentados se llaman ABANTE, BALEOS y ZÉFIRO. Los dos que permanecerán de pie son TRASIO y TENEO. No estarán así mucho tiempo, ya que mientras vayan dialogando, muy lentamente irán cambiando de posiciones, esto es, uno de los sentados se levanta, uno de los levantados se sienta, etc. Luego de que los espectadores, por varios minutos, estén viendo la escenografía, leyendo los rótulos de cervezas, observando la gente de la fila murmurando y comprando, los del banco dialogando y la algarabía del parque sonando, irá bajando el volumen del sonido del parque y de la gente que estará en fila, mientras aumentará el del grupo del banco. El sonido del parque nunca desaparecerá del todo y de vez en cuando aumentará en forma de cuadrangular o de ponchete con bases llenas.TRASIOBueno, pero es que los negocios son negocios.ABANTENo hables así, déjale esas expresiones a la gente sin escrúpulos que con esa filosofía pendeja pretenden espetar hasta a su madre.BALEOSEs Verdad. Eso como que es una justificación para preparar el camino para actuar a lo joyo de res y guisarse a todo el mundo con la excusa de que esto es un negocio y los negocios son negocios.TRASIOEso es así, pero como en todo asunto donde hay gente, tiene que haber unas reglas de juego. Eso es a lo que le llaman la filosofía comercial. Los negocios son para hacer negocios y no para actos de caridad. La caridad la hacen las instituciones de caridad y los caritativos.ZÉFIROEso es verdad.TENEOLo que pasa es que ustedes primero tienen que definir si el equipo de pelota es un negocio o no.ABANTECreo que no. Eso de negocio es para los estadios, para la gente de grandes ligas. AquÍ nosotros no podemos darnos esos lujos. Mucho hace la fanaticada con los recursos que tiene los que hay veces se limitan al chequecito del PAN. Nosotros conseguimos la franquicia, organizamos el equipo, tratamos de contratar el mejor talento, lo entrenamos para la temporada, le cacheteamos el uniforme a alguien que le guste tanto la pelota como para estar pegado de la espalda sudada de los peloteros todo el tiempo, todos nos fajamos para una buena representación y mejor espectáculo y nadie está pensando en ganarse una peseta.TRASIOLa verdad es que eres bien cándido por no decirte pendejo. ¿Realmente crees que Aquel-es desacreditó al otro apoderado gordote y bombero, le hizo la guerra, le tiró hasta anónimos, todo por el deporte? Bendito, no seas idiota. Este vino a buscar en grande, aunque ustedes vieron que empezó como un bobito.TENEOEsa es la purísima verdad. ¿Recuerdan cuando comenzó con el equipito de bola suave? Lo primero que hizo fue que le cambió el nombre a lo que según él debía ser el nombre de la doble A: Los Hamaqueros. Mira si nos trató de guisar que hasta las cuentas del equipo publicaba. El nene estaba haciendo embocadura para luego tirarse en grande.ABANTEParecía una monjita.BALEOSSol Isolina se quedaba corta al lado de él.UNO DE LOS QUE ESTÁ EN FILA¡Fooo, malditas sean las aguas negras esas!OTRO DE LOS QUE ESTÁ EN FILA¡Si votaste por Mon chúpate ese tostón!ABANTE El Teresa de Calcuta del Pepino.BALEOSCon la ayuda económica de Mon Medina y Salas, que repartía los billetes del pueblo privadamente, preparó el camino y se quedó con lo que tanto criticaba. El tipo es un ladrón.TRASIOBendito, es que no tiene cerebro para más. Se las tiene que buscar a como dé lugar. Para eso lo único que se necesita es ser fuerza de cara y buscón. Es más, la gente que es así, esmandá, me cae bien.ZÉFIROA mí también.TRASIO¿Todavía ustedes son tan ignorantes como para no pensar que a Aqueles le importa tres carajos el deporte?ZÉFIROVerdad.BALEOSSí, pero una cosa es saber lo que está pasando y otra cosa es aplaudir lo que está pasando.TRASIOPues yo lo aplaudo.ZÉFIROY yo.TENEOVamos a dejarnos de boberas, Trasio. No seas sarcástico. Hasta ser ladrón tiene sus límites. ¿Cómo vas a justificar tanta estafa, tanta deshonra (esto lo dirá mirando hacia la taquillera) y tanto pillaje?TRASIOVolvemos a lo mismo. Olvídate de cómo el tipo llegó ahí. Olvídate de las trampas y las cuestiones morales. Lo importante es que está ahí y si está ahí tiene que sacar el mayor provecho posible en el tiempo más corto posible como aprendió de Medina el ex alcalde. ¿O es que creen que Aqueles se había rehabilitado después de que lo acusaron por estar vendiendo la pirámide? Deja eso chico, el palo que nace virado jamás nadie lo endereza.TENEOPero vamos a volver al principio. De lo que estamos hablando es que el hombre se está lucrando inescrupulosamente de algo que no debe lucrarse.UNO DE LOS QUE ESTA EN FILA¡No te cueles maricón, párate atrás como hicimos nosotros!TRASIOVolvemos con lo mismo. Los negocios son negocios. Si la gente es tan pendeja de creer eso de que se corta las venas por el deporte, que el equipo le da pérdidas, que todo le sale caro, eso es problema de ellos. El hombre se está hartando y eso es lo que le importa. Esa es su paga por tener fuerza de cara. Él hace su espectáculo y el que se lo aplauda, pues santo y bueno. ¿Por qué ustedes están aquí como fanáticos si creen como dicen que creen?TENEOSe está hartando y de qué forma. Un hombre que se babea tanto por el poder, ¿tú sabes lo que es poder decir que va a vender peloteros como si fueran bates del Centro de Deportes, que va a negociar con gente, que va a cambiar a otros...?TRASIO (Mirando hacia la taquilla)Dilo, dilo, que va a trasladar a otros para que jueguen en un pueblo lejano para tenerlos distantes mientras les atiende a la corteja que nunca conoció hombre propio...ZÉFIROEs verdad.ABANTEEsas son cosas personales.TRASIOEsa mierda de que son cosas personales a mí me jode. Todas las cosas son personales cuando son de las personas.ABANTEBueno, por lo menos íntimas.TRASIO ¡Íntimas, mierda! Si fueran íntimas no la tendría ahí cobrando la taquilla y exhibiéndola por todo el pueblo como su gran señora. Si la quiere tener en la intimidad, que lo haga y estoy seguro que nosotros, particularmente por la vergüenza que nos daría, no estaríamos hablando, pero si la haces pública, y ni él ni ella se respetan ni respetan a los demás, pues pública la discutimos. Aquí si cagas en público, no pidas limpiarte en privado.ABANTELo que pasa es que independientemente de lo que Aqueles haga, el equipo es de nosotros y lo tenemos que apoyar.UNO DE LOS QUE ESTÁ EN FILA¡Gandinga, tú eres mío!TRASIO¡Mierda es de nosotros! ¿Cuántas veces te han ido a preguntar quién va a ser el apoderado? Muchacho, no seas ignorante. El equipo es de nosotros para sacarnos, para hacer colectas, para las rifas, los bingos, los préstamos para el equipo, para los radio maratones, para pedir. ¿A que Aqueles nunca te ha dicho cómo carajo es que el equipo le dá pérdidas si él no trabaja en ningún otro lugar y no tiene ni en qué caerse muerto? Las pérdidas hay que pagarlas, ¿con qué las paga él? ¿A que no te dice cuánto le da el municipio ni cómo traquetea con la taquilla? ¿A que no te dice cómo maneja los recaudos de todo tipo que casi diariamente hace? ¿Y qué pasa con las dietas? Eso sí, lo único que te repetirá es que da pérdidas y tú se lo crees como si él fuera un multimillonario que se da el lujo de tener un paquetón de atletas para que jueguen privadamente para él.UNO DE LOS QUE ESTA EN FILA¡Tu maaaadre afreeentao!ZÉFIROEso es así.ABANTEYo lo que sé es que a mí me constan personalmente los traqueteos que hacía con el municipio cuando tenía el negocito. ¿Ustedes no se han fijado en que Mon perdió y el negocio cerró?TENEO¡Qué lengua brother, después dicen que las mujeres son chismosas!ABANTELengua no, la verdad es la verdad.TRASIOA mí de quienes me da pena es de esos muchachos ignorantes que él los hace creer importantes para lavarle el cerebro y que le perdonen los cheques sin fondo que le da después de los partidos. A todos les dice que los quiere como a sus hijos y los idiotas se lo creen y se enternecen y todo. Yo he estado presente en ese teatro y créeme que da vergüenza. Bendito, los otros días trajo un marica de San Juan para que les pasara hierbas por el pecho, les apretara la sien y los sobara para supuestamente motivarlos. Eso lo vi con mis propios ojos. Ese día para maldición, nos dieron una buena comida de...UNO DE LOS QUE ESTA EN FILA(Gritando hacia el lugar por donde entran los fanáticos)¡Mejor con salsa dulce y no me traigas pan!TENEOA mí sin embargo, quienes me dan pena son los fanáticos.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO Poco a poco la fila de fanáticos irá reduciéndose. Son muy pocos los que quedan.TRASIOTe voy a decir la verdad. Los fanáticos no me importan y me estoy incluyendo entre ellos. Todos saben lo que pasa y la mayor parte, por intereses que no tienen que ver con el deporte, callan. Es más, aquí ni fan ticos hay. Aquí lo que hay es un chorro de alcohólicos y tipos encojonados con la mujer, que lo que hacen es justificar con el deporte las salidas del hogar.ZÉFIROEs verdad.BALEOSEste Trasio es un caso. Yo por lo menos no tengo esos problemas.TRASIOPero eres tú. Ve y pregunta por ahí cuántos son iguales a ti. Es más, no lo preguntes, ve asiento por asiento y mira a ver quién es quién. Los puedes contar con los dedos de la mano y te sobran dedos.ABANTEDe que los hay los hay.ZÉFIROEs verdad.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOEl último fanático en la fila, comprará su taquilla y se dirigirá hacia la puerta de troyanos.TENEOCreo que lo mejor es comprar los boletos porque ya mismo la doña cierra la taquilla.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOTodos se dirigirán hacia la taquilla. De pronto, aparecer Aqueles con paso ligero y muy fatigado. Mirando a todos lados, como si lo estuvieran siguiendo, le dirá a la taquillera:AQUELES¡Afrodita de ojos de lechuza, recoge y arranca en fa que se nos hace tarde!
(Inmediatamente meterá ambas manos por el orificio del cristal mientras la actividad de la taquillera producirá el ruido de monedas cayendo en una lata de galletas Sultana vacía. Claramente se podrá ver que coloca muchos billetes en las manos de Aqueles, que están colocadas como si fuera a coger agua de pozo para tomar. Los tertuliantes se detendrán a mirar la escena. De repente, se escuchará el sonido de una sirena y llegará corriendo al lado de un policía, un hombre escandalosamente calvo. El policía agarrará por la nuca a Aqueles. Los cinco conversadores, que ya dejaron de conversar y no dicen ni pío, se retirarán hasta el banco. Nadie se sentará, quedando estáticos mirando lo que está pasando.)AQUELES ¡A Dios, mano Osvaldo!, ¿qué haces por aquí?OSVALDO¡Quédate quieto, ladrón!AQUELES (Virándose, agarrado por el cuello por el policía y con los muchos billetes en las manos)¡Chico, tremenda sorpresa, hacía tiempo que quería verte!OSVALDOPapito, no seas pendejo. Yo seré otro Patroclo de la vida, pero bobo no soy. ¡Dame el dinero de las taquillas! (Mostrándole varios papeles) Esto es otro embargo. Creías que te ibas a salir con la tuya y te volví a coger con las manos en la masa.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOSoltando el cuello de Aqueles, el guardia lo tratará de esposar pero este se resistirá un poco.AQUELESBaldi, dile que no. Ahora mismo salía a llevarte esos chavitos.OSVALDOCuéntame una de misterio... (viendo que Aqueles hace un gesto suplicante) No lo esposes, pero dame el dinero.PEPÍN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO Aqueles le hará entrega del dinero. En ese momento, caerá un panel que tapará el cristal de la taquilla. Se escuchará una voz de mujer que dice:AFRODITA¡Se jodió la langosta!(Todos los personajes quedarán inertes como retablo. La luz irá bajando su intensidad mientras lentamente el telón caerá al ritmo del sonido de un cuadrangular con bases llenas. Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, sale caminando lo más campechano llevando en su mano derecha la inmensa pluma con la que escribe. La tenue luz del perseguidor lo seguirá hasta que desaparezca.)FIN DEL QUINTO CANTO

CANTO SEXTO Con ambas manos metidas en los bolsillos de su mameluco, Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, entrará sumamente desganado y caminará hasta su escritorio. Luego de sentarse, y sin decir nada, se vuelve a levantar y regresa al lugar de donde salió. Varios segundos después, vuelve a aparecer. Ahora traerá en su mano derecha su pluma de escribir. Toma asiento y comienza su trabajo.PEPIN DE LA VEGA, PEON DEL PUEBLO¿Recuerdan ustedes el parque del primer y tercer canto? ¿Aquél parque hermoso que tenía música, pajaritos, una fuente, mucha vegetación y todo eso? Pues olvídese de él. Mire lo que nos encontramos en este canto sexto. Según vaya subiendo el telón, cuyo movimiento estará acompañado de música en bajo fondo que identificaremos ya mismito, veremos desde la línea de abajo de la cortina, la cual se moverá muy poco a poco, una calle asfaltada. Al subir un poco más, nos encontraremos con una zanja llena de papeles, maderas, botellas, latas, plásticos y todo tipo de desperdicios tal y como lo vimos en el canto de la funeraria troyana. Con pie y medio menos de telón, podremos observar una acera gris y una gotitita más arriba, veremos en el medio del escenario, unos zapatos de charol negro de esos que usan los policías y que con un pañito cualquiera quedan limpios al instante, con algunos movimientos. Están medio de dos patas de un banco de hormigón como el que había en el parque de pelota del canto anterior. Al seguir subiendo el telón, veremos que hacia el fondo, al terminar la acera, todo está lleno de hierbas y claramente observamos que las patas de hormigón soportarán sobre ellas, en perfecto nivel, una tapa de igual material, convirtiendo el conjunto de tapa y patas en un banco barato cualquiera. Luego veremos dos piernas con pantalón azul claro cuyos terminales de pies estarán dentro de los zapatos negros que vimos antes. Más arriba y sobre la tapa del banco, observaremos dos manos, una al lado derecho y la otra al lado izquierdo. Una de las manos estará haciendo un movimiento con sus dedos pulgar, índice y del corazón, el cual ya usted conoce, y la otra tendrá un cigarrillo entre sus dedos. Entre ellas se interpondrán, dos rodillas separadas como pie y medio. Al continuar subiendo, veremos dos brazos que corresponden a las manos que ya mencionamos, separados por un torso vestido con camisa roja chillona que tendrá un bolsillo en el lado izquierdo, el cual contendrá, lo que por encima del bolsillo, podremos identificar como una caja de cigarrillos y un bolígrafo. El ascenso del telón llega hasta el cuello de este personaje y ahí se detiene como no queriendo subir dando la impresión de que se avergüenza de lo que va a descubrir. Bajará un poco, se colocará en la mitad del torso, y volverá a subir hasta el cuello. Los extras que tendremos sentados entre el público, muy descontroladamente y sin ninguna consideración, comenzarán a gritar: ¡que suba, que suba, que suba! Repentinamente, la persona que es dueña de todas las partes humanas mencionadas, se levantará del banco, caminará hasta el telón y levantará con las manos el ruedo de éste que es lo que queda por subir. Pasando por debajo de la cortina, saldrá y el público lo identificará. Es Aqueles. Cuando llegue casi al final de las tablas, gritará estas violentas palabras:AQUELES¡No sean desesperados! ¡Ya ustedes saben que soy yo, cójanlo con calma y esperen a que esto termine de subir!PEPIN DE LA VEGA, PEON DEL PUEBLOEl hombre dirá lo anterior, lleno de coraje. El público, motivado por los extras, gritará, rechiflará, sonará trompetillas, le dirán ridículo, buscón, mediocre, cipayo y muchas cosas más, pero finalmente, callará. Mientras Aqueles se dirige hacia el banco nuevamente, se reanuda la subida del telón, por lo que no tiene que doblarse para llegar hasta el banco donde volverá a sentarse. Después de la vergüenza que le hace pasar a todos este puro machote, podemos reanudar la descripción del lugar. Los laterales derecho e izquierdo del escenario, tan solo están iluminados con una luz indirecta color verde. El banco y el personaje recibirán la luz de un reflector exclusivamente para ellos. La música de fondo continuará con el mismo volumen. En este canto veremos a un Aqueles mayor, medio pipón, con un puente entre el pelo y la barba color grisáceo y con la frente mucho más ancha, si es que los lectores tienen suficiente imaginación como pensar en una frente que sea tan ancha como para que le quede bien a su cabezota. Se ve un hombre cansado. Los que lo hemos visto en tanto corre y corre a través de esta obra, sabemos que debe estar bastante agotado de tanto trampear. Fumando y agitando sus dedos, permanecerá por varios minutos. De repente, aparecerá por el lado izquierdo del escenario, aquél gordito bastante joven y no muy alto, piel canela y con unos ojos que dijimos eran una monería y que hemos estado viendo de vez en cuando en cuanto canto presentamos. Viste pantalón rosa, corto, a cuadros, pegadito, camiseta del mismo color con tenues estampados de colores, también pegadita. La camiseta estará muy pegada a su cuerpo, demasiado. Usará chancletas rosas también, de esas abiertas de meter una tirita entre los dos dedos grandes del pie. Pelo corto, como si fuera militar y un gracioso amago de bigote. Figura pintoresca, de esas que encontramos en todos los pueblos con apellidos distintos, pero igual nombre y que día a día proliferan más. Lleva en su mano derecha una cadena con algo al final que parece una llave, e irá dándole vueltas, como haciéndose el desentendido. El resto de detalles de su vestimenta y gestos típicos de una persona con esa vestimenta, se los dejamos al director para que use su imaginación. Caminará muy despacio y mirará a todos lados como si estuviera paseando. Por dos ocasiones cruzará el escenario de un lado a otro. Cada vez que pase, caminará más lento frente a Aqueles, mientras sigilosamente virará la cabeza para mirarlo. Aqueles se hará el desentendido, aunque el público se dará cuenta de que también lo estará ligando. En el último viaje de derecha a izquierda y cuando comience a pasar frente a Aqueles, éste lo seguirá con la mirada hasta que desaparezca. Aqueles permanecerá fumando por varios segundos sin que ninguna otra cosa ocurra en escena. La camiseta rosa volverá a aparecer con todo y cadenita. Esta vez caminará de izquierda a derecha y cuando regrese de derecha a izquierda, se sentará al lado derecho del banco que ocupa Aqueles. Desde que este aparato sale por primera vez, dos cosas irán pasando, la luz cambiará a un color atardecer y Aqueles sin que nadie se haya percatado, se habrá movido poco a poco hacia el lado izquierdo del banco. Aqueles se hará el chivo loco y continuará con su fumadero. El personaje continuará con el gracioso juego de darle vueltas a la cadenita, aunque le acortará el largo para poder moverla estando sentado. Mientras le da vueltas, irá moviendo las rodillas en compás perfecto con el movimiento de la mano. Los movimientos tendrán una proporción de dos a uno, esto es, por cada dos vueltas, habrá un movimiento de rodillas. De vez en cuando mirará a su lado derecho, que es el lado izquierdo del público y de Aqueles, aunque Aqueles le quede en el lado izquierdo mirando de aquí para allá. Demostrando estar ansioso, Aqueles no podrá aguantar más, dando comienzo al diálogo.
AQUELES Oye gallo, ¿cómo te llamas?PATROCLO (haciendo un gesto como si desfalleciera) Yo soy Patroclo, hijo de...AQUELES (con mucho asombro)No me digas, no me digas. ¿Acaso eres el hijo de Menatio y de Stenele? ¡Muchacho, qué chiquito es el mundo, si podemos decir que tú casi casi viviste en casa!PATROCLOSí, lo sé, soy el mismo que viste (mirándose de arriba a bajo) y calza. Siempre recuerdo con cariño a Peleo y a Tetis.AQUELES¡Demonios chico, la verdad es que aquél enamoramiento de Amaltea la del pirotécnico te afectó!PATROCLOSiempre he sido el mismo aunque he cogido de tontos a todos. ¿A qué te refieres?AQUELES (Turbado)Pues... te ves mucho más... (echándose un poco hacia atrás y dándole una mirada panorámica) universal, genérico, no sé. La verdad es que siempre me pregunté cómo era posible que te enamoraras de aquella cosa.PATROCLO No entiendo.AQUELES Olvídalo. Dime, ¿qué haces por aquí después de tanto tiempo?PATROCLO (Sonriéndose coquetamente) Vine a verte y traje este papelito rosita en blanco.AQUELES ¿Qué carajo es eso de que viniste a verme y trajiste un papelito rosita en blanco?PATROCLOAy... no te pongas bravo, es que te he seguido por mucho tiempo y... quería tener un recuerdo tuyo. Sé que no me lo negarás.AQUELES¿Un recuerdo mío? ´¿Y qué tiene que ver el recuerdo con el papelito rosita en blanco?PATROCLO Hay, no te hagas. Tú siempre tan así. Tan solo quiero... este... tu autógrafo.Aquí sonará la música de Esplendor en la hierba, que era la que desde el comienzo estaba de fondo musical bien tenue y la luz cambiará a roja. Rápidamente Aqueles se levantará, se pasará la mano por la cabezota (se tarda bastante en el recorrido) como si se estuviera peinando, carraspea y apaga el cigarrillo, mientras un reflector rojo le ilumina el rostro.AQUELES Un autógrafo mío... he, he... (mirando sigilosamente a todas partes) pues sí, si, no hay problema, venga la cadenita, digo, el papel rosita en blanco.Patroclo le hará entrega de un papel rosita en blanco. Aqueles sacará un bolígrafo color vino del bolsillo donde tiene los cigarrillos, se sentará, tomará el papel y se virará hacia el lado opuesto a Patroclo, esto es, el lado izquierdo mirándolo desde el público y el lado derecho de Patroclo desde donde estará sentado éste. Acto seguido, hará un gesto como si estuviera pensando, se rascará la sien con el bolígrafo y escribirá algo. Mientras todo esto ocurre, Patroclo se asomará por encima del hombro de Aqueles sin que este se dé cuenta, queriendo ver lo que escribe. Luego de Aqueles escribir, se enderezará hacia el frente, doblará el papel rosita que ya no está en blanco y sin mirarlo, se lo entregará a Patroclo. Este lo abrirá, lo leerá y lo colocará en la parte delantera interior del cuello de la camiseta. Mientras Patroclo examina el papel rosita, Aqueles parsimoniosamente va encendiendo un cigarrillo mientras lo mira como para ver su reacción.PATROCLO ¡Qué belleza!AQUELES Una pregunta.PATROCLO Sí, dime.AQUELES¿Yo no soy homofóbigo ni nada por el estilo, pero, ¿te estás iniciando en una fraternidad?PATROCLO¡Sabía que me preguntarías algo así. Eres tan humilde en tus triunfos que nunca te jactas de las victorias y tan valiente, que eres salvaje en tus batallas, mucho más cuando tienes el poder municipal detrás de ti. Hasta haces callar a tus enemigos y logras que se guarden la lengua en el estuche. Eres un verdadero machote. Hace mucho que te conozco de atrás porque te he estado velando.AQUELES (muy interesado) ¿Cómo es eso?PATROCLO Llevo varios años velándote.AQUELES No me digas que me estabas haciendo una carpeta.PATROCLOCarpeta no, muchacho, eso es lo que tú hubieras querido que te hiciera la policía para ganar puntos con los grupitos de izquierda que tanto utilizas. No te tengo una carpeta, pero te tengo un álbum. Te he visto correr en varias ocasiones hacia la placita aquella donde hablabas con alguien que, por más que traté, nunca pude ver. Sé que le hablabas como si fuera tu pariente y en par de ocasiones escuché una voz muy grave, seguida de cambios en la iluminación, como si fueran relámpagos, pero no sé quién era el que hablaba.AQUELES Pero... ¿cómo es posible?PATROCLOTodos en el mundo tenemos nuestros admiradores y desde hace tiempo yo soy tu más ferviente admiradora. Así como lo oyes. (Respirando profundamente) Imagínate que Julio César me invitó a formar parte de un fan club de Selena y de veras, le dije que no, que yo tenía mi propio club privado y que era un secreto. (Guiñando un ojo y levantando las manos en forma de las 10:10) Mi secreto eres tú. No es para menos, es que te he visto hacer tantas cosas... que no sé.AQUELES (más interesado aún) ¿Como cuáles?PATROCLO También sabía que me preguntarías eso.AQUELES ¿Cómo que sabías lo que te iba a preguntar?PATROCLO Es que te encanta que te hablen de tí y yo no me canso de hacerlo.
Aqueles se acomodará trepando un poco el muslo izquierdo sobre el banco colocando el brazo del mismo lado sobre éste y cruzando entre sí (siempre manteniendo el movimiento entre sus dedos) ambas manos. Patroclo juntará los muslos, se colocará la mano izquierda entre las rodillas, colocará el dedo meñique en la rodilla izquierda, el índice y el pulgar en la derecha, mientras los dedos del corazón y el anular se acomodan entre estas con mucho recato. Su mano derecha la posará graciosamente sobre la cadera del mismo lado.AQUELES Síguelo, síguelo.PATROCLO (Acomodando de lado a lado y muy delicadamente sus glúteos sobre el banco) Te aclaro que no soy Pitonisa. Aqueles se ríe.PATROCLO Pues mijo, para que lo sepas, lo que hay son Pitonisas y no Pitonisos, investígalo para que veas.AQUELES No discutamos de mitología ahora.PATROCLOPues como te iba diciendo antes de que me desconcertaras con esa sonrisita burlona, conozco toda tu vida, incluyendo la amorosa.AQUELES (riéndose) ¿La amorosa?, zúmbale, zúmbale.PATROCLOSi, mijito, la amorosa. Por ejemplo, sé que como eres así, tan... no sé, tan... esmandao diría yo, te casaste jovencito. Como siempre te has creído tan importante y tan machote, cosa que a m¡ me encanta y para los gustos se hicieron los varones, digo, los colores, y no quieres que nadie te opaque, nunca hiciste vida pública matrimonial. Dime si me equivoco.AQUELES (sonriendo y fumando como un loco) Síguelo, síguelo.PATROCLO (Mirando de reojo a Aqueles)Es que yo no entiendo a la gente. ¿Cómo un muchacho como tú, que estabas acabadito de graduarte, que habías conocido al sacerdote aquél, que digan lo que digan por ahí eras un padrote, perdón, hombrote joven, esbelto, bruto y cabezón, te ibas a quemar con el mundo? Noooo... Tus amigos, mucho menos libres que tú, pero creyendo que lo eran más, te burlaban, te retaban, pero no creas, te envidiaban. Recuerdo una vez, siendo yo más joven, que te retaron sobre quién era el que mandaba y daba las órdenes en tu casa. Tú, que nunca has tenido mucho cerebro pero que por lo que he visto eres un listerín, ese día te quedaste afuera. Hasta las tres de la madrugada y con el corazón a punto de salírseme por la boca por el susto horrible, te estuve velando. No lo podía creer, con tus cervezas verdes en la mano y bien cawboy sentado al revés en una silla en la que colocabas tus brazotes sobre el espaldar de la silla, perdiste la noche mientras tu esposa se la pasó sola, sin dinero y con los nenes llorando de necesidad y desolación. ¿Recuerdas, canalla? Eres bravo de verdad.AQUELESTú estás loco.PATROCLOEn todo caso, loco, no. Pero d‚jame, d‚jame seguir.AQUELESSí, pero por favor, nada m s de la familia. Eso son cosas privadas. Tampoco me menciones al sacerdote.PATROCLO¿Es que él es privado también?AQUELESOlvídate de eso y sigue.PATROCLOPues déjame ver... déjame ver..., s¡, ya sé. Te vi también cuando le vendías la pirámide a Reymundo y todo el mundo. Sabes, a varios amigos míos te los tiznaste. La verdad es que eres bien...
AQUELESCuidado, cuidado.PATROCLO (en tono confianzudo)Sátiro y ladroncito. Tanto que te critican, pero la gente es más mala que tú. Aquél día que entraste a la funeraria troyana, sabía a qué ibas. Yo fui uno de los que pasó por allí.AQUELESAhora que lo mencionas, mira que lo recuerdo.PATROCLO (Mostrando alegría)¿De verdad? Pues fíjate que ese día me dormí pensando que cada vez que pasaba, me mirabas.AQUELES (riéndose)No tan así, no te vistas que no vas.PATROCLOTambién recuerdo cuando empezaste con un amigo a hacer un negocio para la venta de bolas para Mon el ex-alcade y te le quedaste con la idea y el negocio completo a aquél veterano pensionado que te venía a guisar y tú te lo guisaste primero.AQUELES¡Muchacho, yo ni me acordaba de eso!PATROCLO (con mucha más confianza)Inmoralito, pero Rafi y yo sí, y recuerdo otros muchos tumbes más que pasaron allí en el Olimpos Sport Shop.AQUELESPásalos y síguelo.PATROCLOEl que con más cariño y pena recuerdo, es aquél tumbe que le diste al grupito de maestros bobos a quienes les robaste los chavos de un periodiquito. Los usaste para salir de unos aprietos económicos prometiéndole grandes beneficios y que iban a hacer una gran contribución social, y te los guisaste. ¡Pobres corderitos! ¡Qué mucho te gustaba el Palique! ¿Recuerdas aquél montón de tontitos que confiaron en tí mientras tú abusabas de su confianza?
AQUELESRealmente no sé a qué te refieres.PATROCLO¿Que no recuerdas? Hay mijo, es que haz hecho tanta trampa que ya ni las recuerdas. (sonando los dedos como castañuelas en la cara de Aqueles) Haz memoria... eran tus panas. Tú andabas detrás de un tumbe ya que por poco te meten preso con lo de la venta de la pirámide y le hiciste un cuento bobo a seis o siete amigos y le cogiste los chavos. Eso hasta Rafi Aymat lo sabe. Después le dijiste, "fuera del juego, aquí el guiso es sólo para mi." Eso yo no lo vi, pero una de las víctimas lo fue aquella maestra retirada de riquezas pasadas y consorte de un alcohólico que decía que era tu amiga del alma y lo estaba contando en un salón de belleza al que fui a ver a una compañera. La pobre estaba desconsolada repitiendo, "abusó... sacó provecho de mí, abusó... sacó provecho de mí, abusó..."Mientras Patroclo dice estas últimas palabras, y ya con el dominio total del banco, se remeneará sobre el hormigón como queriéndole sacar brillo.AQUELESAhora recuerdo, sí, recuerdo. Aquella gente creía que sabía de periodismo. De periodismo sé yo. Ya sabes que siempre fui fanático de los grandes patriotas y siempre quise ser como ellos, como dice un escrito que hay por ahí. ¿Es que no te has fijado que cada vez que lees una biografía de uno de los grandes, comienza diciendo que era periodista? ¡Hasta la de Ferré dice eso! Repito, de eso yo sé. Los hombres que queremos retar la grandeza tenemos que tener un medio de comunicación para poder decirle al mundo nuestras creencias, genialidades y grandes pensamientos. Nosotros somos libres y revolucionarios y tenemos que llegar a las masas en alguna forma.. Por eso es que tenemos los coj... pantalones para apoyar a Mon.PATROCLOEs verdad. Tu hermosa cabezota siempre está pensando cosas tan profundas... como eso de llegar a las masas, (tocándose ambas caderas) por ejemplo. Pero no creas, te he dicho que te he visto funcionar y creo que tienes un tremendo enredo entre tus orejas. Confundes inteligencia con inmoralidad y jaibería. Los medios los confundes con los fines y las bolas de baloncesto con los faroles de la plaza por aquello de que son redondos. Papito, estás medio perdido, pero no importa, yo te acepto como eres.AQUELESAlgo así me dijo Zeus... ¿tú estás seguro que el día que hablé con él en la placita no estabas escuchando?PATROCLO (cruzando las piernas una detrás de la otra)Te lo juro.AQUELESPues para que no repitas lo que dicen los demás, eso quienes lo dicen son los envidiosos, los que no tienen mi inteligencia. Yo siempre me estoy inventando algo. Precisamente eso hacía aquí, pensando. Yo lo que hecho en esta vida es trabajar y pensar. He tenido que traquetear, lo sé, pero no hay nada más. Yo no heredé una fortuna pero quiero tenerla y la voy a tener a como dé lugar. Bueno, la verdad es que ahora estoy pasando por un momento de crisis.PATROCLO¿De crisis dijiste?AQUELESSí, de crisis. Tengo un lío económico del carajo; los cheques rebotan por doquier; a cada santo le debo una vela; hice que un banquero casi perdiera el trabajo por estar confiando en mí; me confiscaron la taquilla; tengo dos hijos en la corteja y soy tan valiente y libre que falsificándole la firma a mi esposa y a mi hermano, le monté casa y todo aunque debo la de los otros hijos y me la van a quitar. Me investigan el negocito de bates y los pagos que me hacía el municipio; nunca he pagado contribuciones, desempleo, subastas, patentes ni seguro social, ni para mí ni para los empleados. Además, Mon el que era alcalde y me ayudaba, perdió, y no veo por ahí un candidato al que me le pueda trepar y lamerle el ojo para que me beneficie y proteja. La verdad es que estoy asfixiado y hago cualquier cosa. Cuando Patroclo escuche la última expresión, se moverá en el banco como si estuviera caminando con los glúteos y la música de Esplendor en la hierba subir de volumen.PATROCLO¿Estás seguro que harías cualquier cosa?AQUELES¿Coño, chico, no me dices que te la has pasado ligándome? ¿No sabes de lo que soy capaz? ¿No te has dado cuenta de que me le cagué encima a los escrúpulos? Seguro que hago lo que sea.PATROCLO (agitando las manos entre s¡, grita)¡Arroz, que carne hay!AQUELES¿Qué dijiste?PATROCLONo, nada, que tengo hambre.AQUELES¡Si yo me consiguiera un guiso, si yo me consiguiera un guiso! (mirando hacia el cielo) ¡Esta vez, Dios mío, te juro que te lo voy a agradecer!PATROCLOEstás asfixiado, nene. ¿Y si ese candidato existiera, estuviera en la pelea, necesitara a un machote como tú y yo tuviera acceso a él, pero te pidiera que renegaras de tus anteriores lealtades políticas, qué dirías?AQUELESMaldita sea a Mon, a mí me importa tres carajos a qué partido pertenezca... pero, recuerda que estamos empezando, no me des muchas sorpresas. A propósito, ¿alguien te ha dicho que tienes una sonrisa preciosa y unos ojos encantadores?PATROCLO (Virando la cabeza como para fajar, en gesto típico de los niños cuando se avergüenzan)No me digas...AQUELESPues sí te digo...La luz irá bajando y cuando nuestros personajes terminan de dialogar, se apagará. Se escuchará un ¡ay! muy fino y la música de Esplendor en la hierba se encargará de cargar con el telón que lentamente irá bajando. Quitándose la boina y rascándose la cabeza, Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, irá dejando la pasarela con paso más lento que nunca. Esta vez no cargará con la pluma. Una vez sale Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, se le pedirá al público que abandone la sala por breves minutos.FIN DEL SEXTO CANTOCANTO SEPTIMO Cuando el público entre a sala, ya el telón habrá echado vuelo. A pesar de ello, no se podrá ver el escenario (ni siquiera a Pepín de la Vega, Peón del Pueblo) ya que no tendrá ningún tipo de iluminación, recibiendo apenas una caricia de la luz de la sala, la cual no será abundante para evitar que el público novelero pueda identificar, interesarse o examinar el escenario, el cual permanecerá con bruma y sin luz. Para lograrlo, la iluminación consistirá de varios reflectores que saldrán de los laterales y el nivel de las tablas hacia la sala o de cualquier otra forma que crea mejor el luminotécnico. Al sonar la tercera campanilla de aviso de entrada, luego de la tertulia de rigor entre actos y cuando todo el público haya ocupado sus asientos, habrá una mudanza de iluminación de un lado a otro, esto es, la sala se irá apagando mientras el escenario se irá iluminando tal y como ocurrió en el canto segundo.PEPIN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLOSegún se va imponiendo la luz y disipando la bruma, iremos identificando una estancia desierta de ideas, estética, limpieza, elegancia e importancia. Un horrible olor a alcoholado Superior 70 peleará con el aroma de un café prieto y ambos se combinarán con un sahumerio de cigarrillo mal oliente que brindarán a la habitación un toque nauseabundo, putrefacto y asqueroso. Los olores llegarán a sala a través del sistema de ventilación para que afecten a todos por igual. Una sola ventana miami que alguna vez fue blanca y que, perdidas sus maniguetas permanecerá abierta por la intervención de una lata de cerveza colocada entre las mugrientas hojas de aluminio, se impondrá como único objeto en la parte posterior derecha superior de la pared izquierda, mientras los tornillitos que mantendrían en su lugar el “screen” que le falta, se agarrarán al metal temerosos de caerse. Entre esta pared y el piso, un enorme promontorio de cajetillas vacías y estrujadas de cigarrillos Winston, se levantará como sacando la cabeza empujando una alfombra. El piso será un asco, no pudiendo distinguirse su color. En la parte superior de la otra pared, esto es, en la pared derecha habrá muchos cachivaches, de esos que usan los espiritistas, los cuales guindarán en forma desordenada. En la parte baja de la pared habrá varios grafitos relacionados con política nacional y municipal: PIP, PUP, PSP, MON, MELO, YEYO, PNP y JUSTO SALAS Y BELTRÁN, alcalde actual del pueblo. Todas tendrán una equis encima, excepto la del PNP y JUSTO, que además de ser un poco más grandes que las anteriores, estarán enmarcadas, ambas, en un corazón. Curiosamente, al lado del corazón, habrá una cita de don Pedro Albizu Campos que apenas se podrá leer completa (dice algo as¡ como que el honor no está en el mercado) ya que una foto de una enorme paca de billetes verdes, pinchará parte de la cita como si se estuviera entrando a las bofetadas con ésta en reclamo de preeminencia en el lugar. La pared del fondo contendrá tres retratos, dos de los cuales no tendrán marco, separadas equidistantes. Los dos de las esquinas serán más pequeños que el del centro. Mire a ver si se lo imagina: pegado al lado derecho estará el de don Pedro Albizu Campos y en el lado izquierdo, pero a la misma distancia de la pared que el otro del otro lado, estará el retrato de nada más y nada menos que de Fidel Castro. Ambos retratos serán en blanco y negro. En el centro, no lo debo decir ya que ustedes los lectores lo saben, pero se lo voy a decir ya que si esta obra fuera traducida a otras lenguas, no la podrían entender si no lo digo, habrá un retratote a colores, con marco ancho dorado y tallado en madera, de nada más y nada menos que de JUSTO SALAS BELTRÁN pintado por Lenoil, que es el seudónimo de Lionel el que hacía la tirilla cómica de Filito para un periódico de la capital. En una pequeña tablilla en la parte de abajo del retrato habrá dos velas encendidas y una maceta con las flores más radiantes y hermosas que ojo humano hayan visto. Lo que podríamos llamar el único mueble de la habitación, será un escritorio de metal gris medio mohoso, de esos que usan en las escuelas de la comunidad, el cual ocupará la esquina donde habrá alguien sentado. No sabremos sobre qué estará sentado ya que no se observará silla alguna. De todos modos, este personaje no se verá hasta que el otro entre y eso no lo diré ahora sino horita. Sobre el escritorio habrá un tremendo revolú pero predominarán una pantalla o monitor apagado de una computadora que no se ve por ningún lado, como aparentando estar allí para aparentar. Además habrá un cenicero, una taza mugrienta, un fardo de cartas de cobro, muchas demandas por cheques sin fondos, una denuncia por falsificación de firma de esposa y hermano, dos embargos de taquillas de la doble A, un nombramiento municipal de apoderado del voleibol, una convocatoria desinteresada para una colecta de los Caribes, un mensaje sospechoso de alguien que apenas sabe escribir y que tiene por firma un garabato que dice algo así como Ramón, muchas facturas mensuales de color rojo, una citación de un fiscal especial para investigar una difamación a una institución bancaria y varias cajetillas de cigarrillos abiertas. Casi cayéndose por estar sobre el monitor apagado que no tiene una superficie nivelada y que no sirve para colocar nada sobre él, se encontrará una mariconera color marrón un poco más grande que las comunes, la cual estará repleta de picadura de cigarro o algo parecido que se estará saliendo e irá cayendo sobre el monitor, el escritorio y el piso. La verdad es que no sé cómo el encargado de los efectos especiales lo logrará, pero la picadura tiene que dar la impresión de estar cayendo continuamente. Todo el decorado será una añoranza y torpe imitación de lo que sería un estereotipado estudio de periodista.Como habrán podido notar, el escenario será un personaje silente por lo que cuando se complete la iluminación, el primer plano, menos la esquina donde se encontrará el personaje sentado, estará iluminado para que hable como museo que exhibe una colección macabra. Así permanecerá por diez largos minutos mientras el público se impacientará, aplaudirá, pitará, rechiflará, hablará, maldecirá y se incomodará.El público se irá calmando poco a poco ya que el luminotécnico comenzará a trabajar bajando un poco la intensidad de la luz del escenario y enfocando con una luz blanca intensa, una cajetilla de cigarrillos que aparecerá de repente agarrada por una mano, la que comenzará a hacer su entrada por la única puerta que tendrá el salón al lado derecho. La mano moverá la cajetilla como si ésta estuviera bailando la danza de las serpientes, algo así como mover un Cuba Libre con mucho hielo cuando está por mitad, pero un poco más lento. Detrás de la mano aparecerán dos ojitos asustaditos, cuyo color usted apreciará que pertenecen al cuerpo de la mano. Una criatura como una manzanita piel canela se irá mostrando sigilosamente y con cajetilla en mano se adelantará hacia el lugar donde se encontrará el otro. Esta parte del encuentro entre lo que podríamos llamar la bella y la bestia tiene que lograrse adecuadamente con movimientos en cámara lenta, como si fuera en video. Cuando el manzanita piel canela, ataviado con un chaleco azul de las altrusas, que le queda pequeño y con una grabadora portátil amarrada a su tobillo derecho, notándose que no lleva medias puestas, termine de entrar, se supone que el público aplauda, grite y rechifle delirantemente por la identificación inmediata que harán del personaje y por el mucho tiempo que habrán esperado para que algo pase. Mientras el encuentro del tercer tipo, pero con el segundo tipo ocurre, una luz rosita acariciará el cutis del visitante acabado de llegar, una luz blanca apuntará continuamente la cajetilla y una roja se irá encaramando en el otro personaje que se pondrá de pie lentamente a la vez que el primero avanza. El que se levantará, mantendrá un humentín que dará la sensación, o debería darla si es que el director va a hacer lo que quiero, de ser una nube. Mientras se vaya produciendo el encuentro, las luces rosita y roja se mezclarán llegando el momento en que la rosita desaparecerá confundiéndose en un abrazo mortal con el rojo vivo. En ese momento el manzanita piel canela, muy delicadamente le coloca al otro la cajetilla en el bolsillo delantero izquierdo de su pantalón, éste se estremecerá y la luz blanca se apagará.Los dos personajes permanecerán muy cerca, nerviosos, mirándose fijamente a los ojos. La nube se irá diluyendo. Finalmente el que se encontraba en el salón le dará una mirada de tasación a la manzanita piel canela y éste se derretirá mientras su mirón se torcerá una de las puntas de su bigote, como gato que se limpia el hocico después de degustar un sabroso ratón criollo. Este movimiento de entrada, levantada, acercamiento, miradas, nerviosismo y mínimos gestos, será un acomodo del escenario el cual todavía estaba incompleto. Después de ésto es que iremos en grande.Ahora el sonidista pondrá de fondo musical una canción de Danny Rivera que se llama Yo quiero un pueblo o algo así, que habla entre otras cosas, de que nos vendemos por unas mentidas monedas baratas. La música la mezclaremos con el lío de las luces, humentín, escritorio, silla, papeles de cobro, denuncias por fraude, citaciones, olores, miraditas, nerviosismo, cigarrillos y otras cosas más que los productores siempre meten en estas escenas. Para completar el cuadro y sin colocarlas a fuego lento porque el cuadro estará bastante caliente, las mezclaremos toditas, le pondremos algunas tonalidades de azul a las tres paredes que utilizaremos y finalmente zumbaremos este canto de esta trascendental obra teatral, necesaria y obligada para que la gente que va a ocupar nuestras calles en el futuro y se va a embrollar como nosotros, sepan quién era quién en este bendito pueblo y cómo se explica todo este lío en que estos personajes nos han metido.Olvidaba decirles, como en el brindis del bohemio, ¿viste?, que el que entrará a paso lento, cámara lenta, dije antes, y que se parecer a una manzanita piel canela, es el que ya ustedes conocen: Patroclo, hijo de Menatio y de Stenele, y para sorpresa de todos, el mirón que lo recibe ser Aqueles, el nene de Tetis y Peleo, con todo el deterioro de los cantos anteriores. Quitándose los zapatos mediante un coqueto sacudión de pies, pero manteniendo la grabadora en el tobillo, como si hubiera llegado a su casa, Patroclo comenzará a lo rompe y raja.PATROCLOCariño, ¿recuerdas de lo que hablamos ayer... ?AQUELESAyer hablamos de muchas cosas.PATROCLODe la academia de ética.AQUELES (Demostrando mucho interés)Sí, lo recuerdo, lo tengo bien presente.PATROCLODime si realmente te atreves a esmandarte. Aqueles tomará una larga y profunda bocanada de un cigarrillo que parece que no se va a extinguir nunca ya que desde que comenzó el canto es el mismo, con movimientos lentos porque los pantalones le apretarán hasta más no poder y mirando fija y amorosamente a Patroclo y luego de toser estrepitosamente le empujará estas aladas palabras:AQUELESChijí, chijá, chijá, ja, ja ja, "que se quede el infinito sin estrellas y que pierda el ancho mar su inmensidad, pero el verde de tus ojos que no muera, piel canela de tu piel se quede igual"... tú sabes que yo zumbo y cómo lo hago. No creas que cuando te hablé del tema estaba tripiando. Bien sabes que no soy combatiente de palabras huecas y que a diferencia de ti que lo que te gusta es el chisme, mi pasión siempre ha sido el magisterio (recuerden que en el canto tercero dijo que en el magisterio no había nada que buscar) con micrófonos, periódicos, alcaldía y billetes. Mil veces te lo he repetido, ahora que Zeus es de los nuestros, o mejor dicho, ahora que yo soy uno de los de Zeus (se enciende un reflector que proyecta una luz en forma de estrella sobre el retrato del medio), el plan que elaboramos hace muchos años como si fuera un sueño, lo haremos realidad a como dé lugar. ¡Dios mío, cómo se sentirán Hostos y Mariano Ramos al contemplar este sublime momento de gloria! ¡Y vivamos la moral que es lo que nos hace falta! He dicho.(Inmediatamente se apaga el reflector)PATROCLOAplauso, please.PEPIN DE LA VEGA, PEON DEL PUEBLOPatroclo se babeará mientras mira fijamente a Aqueles que no se cansa de hablar basura que le brota de la boca como abejas en panal y que le sabrá a gloria a su interlocutor. Aqueles caminará por el salón mientras Patroclo lo sigue con la mirada y gracioso movimiento de cabeza. Se detendrá enfrente a la radiante paca de billetes (ahora iluminada) de la cual hablamos en la descripción de la escenografía, se inspirará y aumentando el tono de voz, se dirigirá al público diciéndole lo siguiente:AQUELESHe llegado hasta este cuatrienio metiendo la pata, lo que no es la pata, dando empujones y malos ejemplos a mi familia y a mi pueblo, quitándole la chilla a mi amigo el pelotero después de trasladarlo a las tierras del gran cacique Utuado, haciendo todo tipo de malabares, indecencias y supercherías. He defendido a José Arsenio el enfermito sexual, a la escuela de la comunidad, a Toledo y sus borracheras, gagueras y ocupaciones de residenciales públicos; la privatización, a la Lady Diana Spencer boricua Norma Burgos, al sí del referéndum, a Lolin, a mi primo Pitito y hasta a Zaida y a todo lo que huela a oficial, gubernamental, estatal y municipal. Hasta de paparazzi he actuado. Si, todo, todo, lo he hecho, pero la gente llena de odio y envidia me quiere difamar porque estoy con Justo (la luz del centro se encenderá) el magnífico y chévere y porque en todo he triunfado viniendo desde abajo y colocándome boca abajo. Todo lo he hecho para redimir a mi pueblo, que soy yo. ¡Envidiosos! Yo soy la salvación, la verdad y la vida, y al que me siga nada le faltará como no le falta nada a mi corteja mar y sol, titulo 8 y subsidios federales. Con la ayuda del Justo (la luz nuevamente alumbrará el retrato del medio pero rápido se apagará), con unos billetes verdes y con un poco de dureza en el rostro, podré repartir el bacalao entre mis congéneres. Yo s‚é qué enseñarle a este pueblo. Soy maestro invencible al que nadie se atreve a meterle mano. Vengo de regreso de un curso de modificación de personalidad diseñado exclusivamente para los megalómanos, que se llama Cómo bajar la autoestima y puedo decirte con orgullo que dos de mis profesores se ahorcaron porque no lograron nada conmigo. Aunque soy cobarde como ninguno, saco pecho e impresiono. Para decir mi verdad a los cuatro vientos (en ese instante sonará algo como un pedo que hará que Patroclo se saque una loca carcajada) cuento con mi magnífico verbo, mi tos, mi voz potente, mi valentía, coraje, trabajo y con todas las experiencias de tumbes, robos, falsificaciones de todo tipo, traqueteos, “vendetas”, traiciones, coqueteos sin distingos y puñaladas traperas que he acumulado en mi vida. (Aquí se dirigirá repentinamente hacia Patroclo el cual para ese entonces danzar a su alrededor con raros movimientos de glúteos y barriga como si estuviera bailando la música de fondo en ritmo de mambo) Además te tengo de aliada, que es el nombre de la, digo, de aliado. Yo soy el quinqué, soy la linterna, la luz y el megáfono capaz de demostrarle al mundo que mi nuevo Zeus (se volverá a encender la luz del medio) está bien en todo lo que hace. Soy zalamero, celestino, servil, caga pasto, alcahuete, sopla pote, alicate, chupa cayos y carga bate. ¡Yo soy aquél! (esto último lo gritará mientras levanta ambos brazos a lo Roselló, como si fuera un anuncio de desodorante y la luz del retrato se apagará. Acto seguido, Patroclo, que ya ha detenido su cadencioso movimiento, le dará la espalda, se pasará la mano derecha de abajo hacia arriba por la nuca, sacudirá un poco su cabecita y mirando hacia el techo como si estuviera hablando con el cielo, pronunciará estas aguerridas y no tan varoniles palabras:PATROCLO¿Qué es lo que pasa camaleón? No te esmandes. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Sabes que mi amor por ti todo lo supera pero reflexionemos. Desde que yo era una nenita y te descubrí para tomarte como modelo y que tú fueras mi mentor y mi papito, aunque te las justificaba y te hacía sentir como un hombre inteligente, padrote y grande, siempre me di cuenta de tus muchas vendetas de honor.Como si supiera que Patroclo va a decir lo que dijo, pero antes de decirlo, Aqueles se le irá acercando y exactamente cuando termine con la expresión "vendetas de honor", lo halará bruscamente por el hombro. Patroclo, en movimiento de baile de jula ju, se moverá rápidamente quitándose de encima la mano que peca y aprieta, continuando con su guerrilla verbal.PATROCLOTodo lo he soportado porque todo me gusta, pero entiende que no podemos seguir disimulando (en ese instante se colocarálas manos en el rostro como si fuera una máscara). Una academia de ética y moral necesita cuentas claras desde el principio. Sí, así como lo oyes. Aclaremos pues varios asuntos de nuestras vidas. (Aquí Patroclo se botará en un dramatismo exagerado) ¿Es que tú crees que verdaderamente yo te creí que eras inteligente, machote y que tenías madera de patriota? ¡Lezna es! ¿Por qué crees que te escogí siendo yo republicano y lo otro? Bruto, bruto, eres un bruto. Tal y como te dije aquella tarde romántica en que nos encontramos, hace mucho tiempo sé todo de ti. Estas otras cosas nunca te las he dicho, pero sé por ejemplo, que por poco te cuelgas en la católica que fue donde único te admitieron con tus 2.65. Si no es por los favorcitos aquellos, te liquidabas y no hubieras podido vender los cursos de atreverse a ser grande, aquellos en que retabas a la grandeza queriendo vender la pirámide. ¿A que no te atreves a publicar en el Progreso (la luz del retrato del medio se volverá a encender pero se apaga rápidamente como si fuera un parpadeo dando la sensación de que el luminotécnico puso un huevo) una trascripción oficial de la universidad? Lo sé todo de ti. No te hagas ahora. No me digas que no te habías dado cuenta de mi jugada cuando te permitía y te creía cuanto me empujabas. ¡Por favor, no sigamos así campeón, no te vistas que no vas! Sabes perfectamente que nuestra relación simbiótica y erótica nos mantenía juntos frente al mundo, pero si ahora vamos hacia un nuevo comienzo, es mejor que calles y escuches. Este guiso apenas comienza con subsidio y todo, y tenemos por delante un milenio completo, nuevo, sólo para nosotros dos. Todo te lo perdono pero quiero que sepas que nunca me cogiste, que siempre lo he sabido todo. ¡Cuentas claras, como las del contralor, en nuestra relación y nos amanecemos! ¡Yo también he dicho! (Esto lo dirá levantando ambas manos frente al público, que se escocotarán por la muñeca, en forma de las dos menos diez) Con indiferencia, como si la conversación no fuera con él y bien machito y jaquetón, Aqueles tirará de bombito su cigarrillo y Patroclo, en movimiento gracioso, lo cogerá en el aire, lo besará y con coqueteo sin igual se lo echará en el bolsillo delantero izquierdo inferior de su chaleco de altrusa. Mientras está mirando a Patroclo, asumirá la pose de estar pensando profundamente mientras trepará una nalga en el borde del escritorio gris del que hablamos horita. La música de yo quiero un pueblo que ría y que cante, yo quiero un pueblo que baile en las calles y todas esas cosas que dice Danny, aumentará un poco de volumen. La intensidad de la luz irá bajando en el lugar donde se encuentra Aqueles mientras se mantendrá constante en la figura de Patroclo. El telón comenzará a bajar lentamente. Según la luz vaya bajando, el volumen de la canción Yo quiero un pueblo que había aumentado, ahora irá bajando, la de Camaleón irá aumentando y la nalga irá subiendo. Cuando se encienda la luz de la sala, tan sólo se escucha la canción del Camaleón que logra predominar con volumen robusto. Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, sale casi casi corriendo sin esperar a que el telón caiga completamente.FIN DEL SÉPTIMO CANTO

CANTO E FINAL (0 CANTO OCTAVO)Entre celestiales cantos de ruiseñor, la cortina subirá como si estuviera bailando la música alegre del cantor. Nuevamente tendremos como escenario, la placita de ensueños aquella del primer canto. Parecer ser temprano en la mañana, ya que podremos apreciar tenues rayos de luz que se asoman entre la verde vegetación jugando con el espacio. A través de la armoniosa voz de la fuente, el agua cantará una rítmica canción de ensueño. Hermosas flores engalanadas con los más brillantes colores, se presentarán humildemente, como temiendo que su encanto se demasiado para el lugar. El perfume de la mañana esplendorosa se esparcirá por el salón y el mágico y apacible cuadro, será motivo de profundos suspiros.Un anciano de pelo blanco y escaso, con todo tipo de tatuajes en todas las partes visibles del cuerpo, entrará por el lado derecho del escenario, con paso de grillete y gran dificultad para respirar. Irá tomado de la mano de un niño de unos cinco años. El niño no compondrá nada en la obra, pero ayudar a que el escenario no se vea tan solo. El anciano moverá los dedos de la mano que tenga desocupada como ya usted sabe, excepto que ahora combinará su movimiento, con el temblequeo de la mano completa: evidentemente el hombre tiene Parkinson. Aunque su vientre es abultado, es enjuto. Se detendrá enfrente a la fuente mirándola detenidamente y suspirará. Luego caminará a su alrededor con gesto de inquisidor, como si estuviera asegurándose de que todo está en orden, tipo Contralor en visita al municipio pepiniano. Su andar será lento y podremos notar que una gran joroba le pesa a su espalda. Toserá contínuamente con gran esfuerzo, y cuando regrese de dar la vuelta a la placita, tomará la mano del niño para ayudarse y se sentará con mucha dificultad en el banco que ocupó Aqueles en aquél primer canto. Cuando el anciano se siente y se acomode, el niño se sentará a su lado. El viejito se virará un poco y extenderá la mano buscando algo en la parte de atrás del banco. Desde que el anciano hace su entrada hasta que busca algo detrás del banco, la iluminación matutina que al comienzo disfrutábamos, irá desapareciendo con todo y los lindos rayos de luz que jugaban con el espacio. El día se entristece.Cuando el anciano se enderece, el reflector que estará iluminando la fuente bajará un poco la intensidad y un rayo de luz cruzará el escenario chocando contra su rostro. En ese instante lo veremos claramente y no habrá dudas, el muy hijo de puta, es Aqueles. Evidentemente, lo que buscaba detrás del banco era una botella de alcoholado Superior 70 tal y como lo hacía antes. Sin embargo, no estará fumando. Por breves minutos los personajes permanecerán inertes. El único movimiento que vemos es el de los dedos y las manos de quien ya usted sabe. Lentamente y con gran dificultad, Aqueles se pondrá de pie y se dirigirá hacia el lugar donde una vez estuvo hablando con Zeus. Se detendrá enfrente a los arbustos y extendiendo los brazos hacia adelante y hacia arriba, hará un gesto con ambas manos como preguntando qué es lo que ha pasado. Una pequeña luz irá naciendo donde por primera vez estuvo Zeus, el que hiere de lejos, mientras el cántico de los ruiseñores y la fuente, se mantendrán en bajo fondo. La luz enfocará directamente el rostro de Aqueles, siendo la única iluminación que tendrá el escenario en ese momento. Cuando comience la voz de locutor de Radio Oro, sabremos de inmediato quién es el personaje y al igual que en el primer canto, la luz variará de intensidad dándonos la impresión de ser ella la que habla. Mientras esto ocurre, el niño permanecerá tranquilamente sentado mirando hacia Aqueles. Al iniciar la voz su perorata de aladas palabras, el viejo bajará ambos brazos y comenzará a caminar cabizbajo por todo el escenario, mirando a la luz de reojo cada vez que alguna expresión sea demasiado fuerte. Cuando la voz termine su discurso, el anciano estará parado enfrente de la luz, habrá cruzado sus brazos en cruz sobre su pecho y bajará la cabeza en señal de vergüenza y recogimiento.ZEUS Sé a qué has venido Aqueles de cabeza ligera. No me digas nada y escúchame ya que "es muy tarde para remediar todo lo que ha pasado, ya es muy tarde para revivir nuestro viejo querer, ya no insistas en reunir tu vida con la mía, ya es muy tarde, si tratas de volver resígnate a perder". Esa joroba que cargas a tus espaldas como tributo al camello, no es otra cosa que la acumulación de tus malas actuaciones y bajas pasiones. Luces como vulgar cachivache de la vida. Te equivocaste con natura. Ella te dió normalidad y tú, que aparentemente tenías vocación de anormal, te alegraste tanto que te creíste superior... casi 70. Viniste para dar toques y querías ser jonronero. Para sentirte así, te rodeaste de los más flojos y mediocres personajes de tu tiempo. Lo último que te faltaba era asociarte con Patroclo y hasta a eso llegaste. Tanto guille de machito ronroneador para terminar en eso. ¡Qu cafre eres! Él te hacía corillo mientras tú te relamías de satisfacción. Por sus intereses, no por los tuyos, te engañaba acariciando tu ego para abonar tu megalomanía. Cuando compartías con alguno de tus otros soplapotes, hacías como el ingeniero aquel que se casó muchas veces o como Rubén Berríos a sus carga bates: le hacías creer que era brillante, genial, talentoso o magnífico. El corolario era sencillo: si ellos eran brillantes, geniales y talentosos y estaban a tu alrededor, entonces tú eras la estaca donde se amarraba la perfección y tu cerebro era tan grande, que la materia gris se te chorreaba por los oídos. En otras palabras, te llegaste a creer una jodienda. Te engañabas cuando te mirabas al espejo (muy frecuentemente, al igual que el hijo de Cefiso y de Liríopelo) y veías en ti la encarnación de la grandeza. Siempre te parabas al lado de los pequeños para que irremediablemente te vieran más grande. Para agigantarte más aún, le hacías creer que ellos eran grandes también para poder coger pon con su grandeza de cartón y hacer de ellos una falsa fanaticada de talentosos inventados por ti. Era como si buscaras movimiento empujándote a ti mismo. En varias ocasiones te acercaste a los que tenían alguna gracia para tratar de robarle su don. A los inteligentes no te le pegaste porque hacían patente tu mediocridad. Cuando lo hiciste, fue cuando creiste que la inteligencia y el talento se contagiaban. Al descubrir lo contrario, saliste corriendo como un Abrax cualquiera. Tu ego creció tanto que hasta con Pola y Busquets trataste de inyectarte neuronas. Lo que natura non da, Salamanca non presta. Eres el segundo que me hace eso en mi eterna existencia. Algo parecido me hizo aquél Dionisio, Zagreo infernal. Eras tan talentosamente imbécil, que cuando estabas comiéndote un cable, decías que la gente inteligente nunca podía tener nada, porque en vez de estar haciendo dinero, estaban pensando y cuando empezaste a conseguirte unos pesos con todo tipo de embeleco ilegal e inmoral, porque no tenías cabeza para más, entonces alegaste que solo los inteligentes podían hacer capital. ¡Qué clase de enredo Aqueles, qué clase de enredo y qué obsesión aquella por las pesetas! Llegaste a creer que la moral era un pedazo de barro que moldeabas a tu antojo, que emanaba de tí, que se movía contigo siguiéndote como si fuera tu sombra. Por eso atacaste los más nobles principios de tu época. Como no viv as a su altura, los catalogaste de vacas sagradas y les disparaste a mansalva. ¡Qué pichoncito! ¿Alguna vez alguien te dijo que eras la burla de cualquiera y la comidilla de todos? Creíste ser punta de lanza y fuiste palo de escoba; no hiciste caminos, pero te defecaste vulgarmente en los que los demás hacían. Eres la clásica definición del mediocre y la vergüenza de todos en tu pueblo. ¿Cómo era posible que te creyeras grande e importante rodeado de la gente de Reto a la Grandeza, de Mon, Yeyo, Carmelo, Justo y Patroclo? No era posible, pero te lo creíste. Ellos te reían las gracias y tú lecobrabas la risa. Tus vendetas, sobornos, busconerías y ego inflado llegaron a tal extremo, que creíste estar por encima de los demás imitándome como si fueras dios del Olimpo. ¡Ay Aqueles, el hombre que se cree estar por encima de los demás nunca sabrá lo bajito que se encuentra! Te enamoraste tanto de ti que no te sonrojabas cuando públicamente decías que las intrusas hacían reuniones para hablar de tus encantos. Para lograr tus objetivos de grandeza e imponer tu mediocridad como valor supremo, quisiste construir una nueva moral con Patroclo. El pobre la necesitaba tanto como tú. De acuerdo a tus nuevos postulados, decías ser un independentista revolucionario que creía en la estadidad. Criticabas a los esposos maltratantes públicamente, pero tenías una Afrodita de ojos de lechuza con dos hijos, paseándola con orgullo públicamente, llevándola a la inauguración de la emisora de Justo, a la taquilla de la pelota, al templete el primer día de las Fiestas Patronales y a todas las actividades oficiales del partido de turno como si fuera un prendedor mientras Medina lloraba. Mientras tanto tu Vesta tenía que trabajar de noche para poder ayudar a la educación de tus hijos. Criticabas las batatas políticas, pero sin vergüenza alguna, le conseguías a tu amante trabajitos de embuste y pago de subsidios residenciales y obtenías favores de empleo en la Autoridad a cambio de tus cipayismos. No fuiste buen hijo, esposo, padre, hermano o amigo, pero hacías programas especiales en que con llantenes hipócritas alababas tus cualidades como tales. No fuiste ni buen cortejo, según canta Afrodita por las calles del Pepino pregonando a viva voz tu flojera y falsa descendencia. Predicabas la moral en ropas menores. Esa ausencia de honor fue la que te permitió falsificarle la firma a tu mujer y a tu hermano para tomar un préstamo para tu corteja que después no querías pagar. Te cantabas cooperativista pero le caíste encima a la Cooperativa de Ahorro y Crédito por la simple razón de que te quería cobrar el dinero que le debías y que habías tomado ilegalmente. Tu verbo era tan poco convincente que los socios de la cooperativa aumentaron cuando te escucharon. Querías vivir como rico con el dinero que le embrollabas a los demás como un Bienvenido de la vida, insultando a los que te cobraban como hiciste con Gallina y con aquella dama pepiniana que te cobró el servicio de energía eléctrica de la casa de tu amante y que por tal pecado tú la querías trasladar para Vieques. No tenías progreso en el alma y tu cuerpo se llenó de embrollas. Decías ser el más honesto del mundo, pero tu pasatiempo favorito era expedir cheques sin fondos para defraudar a los que te ayudaban en tus necesidades económicas. Te llegaste a creer que tus acreedores se honraban teniéndote de deudor.Estabas con el magisterio porque según tú eras maestro por vocación, pero te aliaste a las mierdas de José Arsenio el enfermito sexual, al que ni Roselló quiso apoyar. Hiciste causa común con cuanto tránsfuga había en el pueblo para sacarle provecho a algo o a alguien mientras mantenías alguna cita de algún patriota a flor de labios como si las citas fueran salvaconductos para tu desfachatez. Decías estar con los obreros, pero maldecías las uniones y sus reclamos y cuando alguno trabajaba para ti, le pagabas con cheques de goma. Te aliaste con cuanto embeleco hacía Justo o el gobierno colonial (como el de la privatización), con tal de que te dieran algunas pesetas, o te hicieran favores especiales como fiarte las subastas de las Fiestas Patronales. Por esos mismos favores hacías diariamente el triste y bochornoso espectáculo de maestro de ceremonias municipal. Perdiste el calor de la cara, si es que algún día lo tuviste. Fuiste deportista de pacotilla para tumbarte unos billetes, como los últimos treinta y dos mil que te consiguió Justo personalmente entre los guisadores del Municipio para supuestamente pagar a los Caribes cuando los ibas a utilizar para pagar el templete municipal. Imagínate hasta dónde llegaste, que hasta el pichoncito de Osvaldo Gil (otro Patroclo más de la vida) te botó como bolsa de la doble A. Escalaste hasta la cima de la bajeza cuando te hiciste compinche de los chotas que perseguían a los independentistas como Cancel y Vargas con tal de que te archivaran algún caso o no te investigaran tus delitos. Cuando el alcalde o Patroclo llamaban a su gente para que te tiraran la toalla en alguna investigación criminal, no te avergonzabas, pero te pasabas hablando de lo que tú llamabas amiguismo. En tus locuras de mediocridad, trataste de desacreditar públicamente a los que te cuestionaron tus tumbes y raterías. Eres tan bruto que nunca te diste cuenta de que tus difamaciones de quien hablaban mal era de tí. Confundiste los éxitos con las entregas y ventas del espíritu y flotaste sobre tu pueblo no como aroma, sino como peste.
Creiste ser tan especial que te dormías pensando en el gran éxito que sería tu funeral, al igual que de Hostos, con varias viudas disputándose tu hermoso cadáver, mientras un alcalde bolitero le pediría de favor a cualquiera de ellas, que le permitieran hacerte guardia de honor en el municipio.La voz aumentará considerablemente al igual que la luz que la transporta y gritar estas olímpicas palabras:ZEUS¡Yo lo que quiero saber es a qué carajo vienes ahora, paparazzi municipal! Inmediatamente se escucha un ¡cooorten, cooorten! y Aqueles y el niño saldrán por el lado opuesto al que entraron, esto es, por el lado izquierdo. Con la misma premura con la que salieron los personajes, el telón cae. La sala se iluminará y se escuchará por los altavoces la voz de una dama con sonsonete de una empleada del departamento de cosméticos de Sears.VOZ CON EL MISMO SONSONETE DE UNA EMPLEADA DEL DEPARTAMENTO DE COSMÉTICOS DE SEARSSu atención, por favor. Favor de disculparnos. Tenemos un pequeño fallito técnico que en breves minutitos resolveremos. Pueden salir de sala y disfrutar de nuestros piscolabis y deliciosos refrigerios. Además, por un precio especial pueden adquirir la medalla de bronce acuñada especialmente para esta ocasión, la cual contiene en una de sus caras la cara del alcalde. Adquiera esta pieza de colección antes de que se agote, ya que es una edición única y limitada. Las locas González, Gallina, Sammy, Vera y un ayudante especial son las únicas autorizadas para venderlas y pueden ser identificadas por el localizador en el tobillo prendido por una cinta color de rosa. Si compra dos se les regalará uno e lso envoltorios del anuario de las Fiestas Patronales con la foto de Aqueles y un poemita que él plagió.Provenientes del escenario, se escucharán los sonidos de sierras, caladoras, serruchos, taladros, martillos, maderas quebradas, pequeñas explosiones como si fueran petardos y muchos murmullos entre los que se cuela una u otra palabra soez. El sonidista, en acción desesperada por apaciguar al público que comenzará a pitar, aplaudir, rechiflar y gritar, colocará todos los temas musicales que fueron utilizados en la obra. Esto producirá mayor desconcierto, ya que la gente que salió al vestíbulo, entrará en estampida. La música cesará y la gente volverá a salir. Cuando se comienzan a escuchar algunos gritos de ¡piiiiillos! y de ¡cuaaaadra Quiterio!, volveremos a escuchar la voz que habló por los altavoces, anunciando que en breve continuará el último canto. Tendrá razón, ya que casi inmediatamente comenzarán las tres llamadas y el público irá tomando asiento. Una vez las luces estén apagadas, el telón subirá normalmente. En escena no hay nada. El escenario estará vacío pero con iluminación de parque de Calabazas en noche de juegos. Nadie dice nada aunque el público estará por varios minutos mirando hacia el negro cajón iluminado. De momento, veremos aparecer por el lado izquierdo, un mural en panel de madera sobre un carretón de metal con ruedas de automóvil pequeño, que chirriando y entamente, hará su entrada colocándose en medio del escenario. Lo primero que identificaremos será unas letras, pero como no aparecen de izquierda a derecha que es como se escribe, sino de derecha a izquierda que es como van entrando, ya que dije que vendrán del lado izquierdo por lo que aparecerá en primer lugar la parte derecha de las letras, no entenderemos lo que dice el panel. Ya casi al terminar de entrar, comprenderemos de qué se trata: es el panel de Pepín de la Vega, Peón del Pueblo, autor de esta maravillosa y conmovedora obra teatral. El truco, aunque más bobolón,se parece al de Niebla, de Unamuno. En el extremo izquierdo, sobre una pequeña tablilla, estará él en persona como si fuera una efigie. (Recomiendo esta estampa a las ricas y embrollonas empresas Progreso, para que el municipiose la monte para el desfile de la Novilla) Aquí, los ayudantes que tendrá el director distribuidos entre el público, harán que todos se pongan de pie y comiencen a gritar y a aplaudir. Poco a poco Pepín irá tomando vida como si los aplausos le dieran cuerda a su cuerpo. Lentamente, colocará los pinceles que tiene en su mano derecha en el bolsillo traserodel mameluco y con la izquierda se quitará la boina verde en señal de respeto. El pie izquierdo que siempre tiene hacia el frente lo moverá un poco hacia atrás como buscando balance y hará un humilde gesto pidiéndole al público que se siente. Ya calmado el público, Pepín cobra vida plena. El silencio que hay en sala tan solo se interrumpe con dos escalofriantes gritos: "¡Pepín, tú eres mío!" y "¡Pepín te quiero!".
Acto seguido y con mucha soltura, Pepín comienza su mensaje.PEPIN DE LA VEGA, PEÓN DEL PUEBLO Se acabaron los cantos. (Los ayudantes que el director tiene entre el público, comenzarán a protestar y a pitar pero Pepín los mandará al... sentar.) Hemos expuesto esta obra hasta esto que podríamos llamar el canto final, pero ustedes saben que saltamos unos cuantos cantos. Ustedes conocen a los Aqueles y Patroclos de la vida. Estos aparatos no son más que dos mediocres enfermitos, uno un ambicioso y el otro un necesitado, ambos inescrupulosos. Como hemos dicho ya por dos ocasiones en esta obra, son seres que predican la moral y viven la deshonra, todo a cambio de unos inmediatos intereses mezquinos. Los cantos que omitimos, son historias que ustedes conocen y que tal vez algún día se recojan por escrito para la posteridad. Esa responsabilidad le corresponde a ustedes, pepines de la vida. No dejen de hacer su parte. Yo (que soy muchas personas), síntesis del pueblo, he hecho la mía. Escríbanlos como crónica de lo que nunca debió ser para que jamás se repita. Con estos antihéroes también se aprende. Con círculos jugamos cuadritos. Según mis investigaciones, las actuaciones de Aquél‑es y Patroclo se han repetido a través de la vida de este pueblo aunque con diversos personajes, por lo que ellos no se están inventando la maldad. Aunque sé que lo saben, esta obra ha sido el producto del esfuerzo de muchas personas que querían exponer públicamente, el tipo de comportamiento de esa pareja de amigos entre sí, que hemos tenido en escena. La idea era confrontarlos con ustedes sin que se le pudieran esconder detrás de un micrófono de radio progreso, de un papel cagalitroso de un periodiquito amarillento o de un escritorio de loca oficial, ayudante ejecutiva de las desviaciones munipales. Hay ocasiones que el escarnio público puede más que mil discursos. Como en el antiguo teatro griego, aunque sabemos que no con tanta intensidad, esperamos que todos hayan tenido algo de catarsis. Repito, corresponde a ustedes escribir el resto. Tienen la ventaja de conocer los personajes. Esa mezcla simbiótica de intereses en contrapunto, puede causar mucho daño en comunidades como la nuestra, ya que para que la sociedad los justifique y los acepte, estos personajes aparentan adelantar causas nobles simulando ser tan y tan buenos, que pueden coger el reto milenario de Jesús y atreverse a lanzar la primera piedra. Pongamos punto final. Este canto terminó, aunque la obra sigue. Sería una pocavergüenza de mi parte no darle las gracias a todos mis pepines. Ustedes son yo. Muchas gracias.Instantáneamente Pepín volverá a parecer una efigie. Lentamente y con chirrido y todo, el mural irá moviéndose hacia el lugar de donde salió y el telón irá bajando. Mientras el Pepín va hacia el lado, el telón hacia abajo y el público hacia afuera, todos los personajes, extras, ayudantes, elenco, técnicos, las voces que se escucharon y demás colaboradores, incluyendo a Moncho Quiles si es que lo contrataron como director, irán entrando de derecha a izquierda. El penúltimo será Patroclo y el último será Aquel‑es,quien en una mano traerá una guitarra y en la otra, una silla blanca de plástico de esas que se rompen de nada y valen siete dólares. Ambos estarán vestidos como en el canto sexto. Aquel‑es se sentará, mientras Patroclo se parará a su lado a mirarlo dulcemente. Aquel‑es rasgará la guitarra y comenzará a interpretar aquella vieja canción que dice: "vale más cualquier amigo, sea un borracho o sea un perdido, que la más linda mujer". El público, puesto de pie (ya que anteriormente dijimos que caminaba hacia la salida), aunque no entiende el porqué de la canción, aplaudirá delirantemente.El telón, que ya no resiste más, se cae.FIN DEL OCTAVO Y ÚLTIMO CANTO